Ainara Larrondo Ureta
Prof. Titular de Periodismo
UPV/EHU
Coord. Grupo Investigación Gureiker (IT1496-22)
Julen Orbegozo Terradillos
Prof. Adjunto de Comunicación Audiovisual
Investigador Grupo Investigación Gureiker (IT1496-22)
El debate electoral televisado es un formato comunicativo admirado por quienes forman parte del mundo de la Compol -comunicación política-. En la práctica se convierte en una especie de representación simbólica de la lucha política, en un ‘ring’ que se sirve de la retórica para vencer al contrincante con la palabra, alcanzar al electorado y ganar también en las urnas. Más allá del atractivo que tienen este tipo de representaciones para determinados sectores, un debate electoral es una herramienta comunicativa formidable para reunir los ingredientes y elementos centrales de unas elecciones: conocer a las personas candidatas, comunicar propuestas políticas e intentar convencer a la ciudadanía para que ejecute un call to action que, en la práctica, se traduce en la introducción del voto en la urna. En todo sistema democrático, por tanto, los debates constituyen un derecho fundamental desde una triple perspectiva: la de los/las sujetos políticos/as que quieren presentarse al público y contar sus propuestas; la de la ciudadanía que tiene derecho a ser informada; y la de los medios de comunicación que reivindican su función de intermediarios entre el sistema político y la opinión pública.
El formato del debate televisado se popularizó en Estados Unidos y en los últimos años ha ido evolucionando hasta adquirir estilos muy diversos, especialmente al calor de las redes sociales (Casado Ruiz, 2012). Como es sabido, estas plataformas digitales pueden llegar a condicionar el mensaje de quienes participan en el debate, además de convertirse en el principal ámbito de viralización de datos e informaciones lanzados en estos debates, aunque carentes en algunos casos de rigor, exactitud o veracidad.
La cuestión, por tanto, sería la siguiente: ¿cómo afrontamos desde el ámbito del periodismo y los medios los debates electorales en nuestros tiempos contemporáneos? Vivimos inmersos en sociedades polarizadas que sacralizan el entretenimiento y que sobreviven en un ecosistema ultradigitalizado. Vivimos, además, bajo amenazas tecnológicas diversas, como las que prometen los usos disruptivos de la Inteligencia Artificial (IA) generativa. Considerada como uno de los grandes problemas para las sociedades democráticas, sin una regulación eficaz y con unas bases éticas por ahora al menos, algo renqueantes, los sistemas algorítmicos pueden utilizarse para crear contenido falso, fake. Todo ello impacta directamente en la credibilidad de elementos tan trascendentales en nuestro entorno como los medios, las instituciones públicas o los partidos políticos.
En este contexto, la verificación informativa o fact-checking se ha convertido en una prioridad en la profesión y, por tanto, también de la investigación y la enseñanza en las Facultades de Periodismo y Comunicación. La verificación y la lucha contra la desinformación, si bien no es algo nuevo en el marco de nuestro trabajo, sí se ha convertido en uno de los principales campos de batalla en un entorno mediático con altas capacidades para propagar desinformaciones de todo tipo, en los medios tradicionales y digitales, con especial protagonismo de las redes sociales, como veníamos apuntando en líneas precedentes (Aïmeur, Amri, y Brassard, 2023).
El periodismo observa cómo la desinformación se amplifica en los soportes digitales y cómo la perspectiva de la IA promete intensificar aún más los retos a los que se enfrenta esta lucha. El marco es claro: el periodismo reivindica su rol, su papel al servicio a la sociedad; ante el surgimiento de otros agentes informadores, reclama su legitimidad y autoridad como fuente informativa fiable y de calidad. Para muchos, “en el reino de los ciegos, el tuerto es el rey”. La lucha contra la desinformación otrora promovida en exclusiva por determinados medios de comunicación tradicionales se ha convertido, sin duda, en uno de los principales compromisos con el papel del periodismo auténtico en valores y principios. Situaciones como la ‘infodemia’ vivida durante la pandemia por Covid-19 (García Saisó et al., 2021) han contribuido a que medios, profesionales y ciudadanía pusiéramos en valor, aún más si cabe, la tarea de verificación del dato. A este respecto, los contextos electorales no representan una excepción, más bien al contrario, reclaman máxima atención, por la importancia ya comentada que encierran los debates electorales en el campo de la Compol, desde abordajes diversos, lo que incluye la perspectiva de género (Orbegozo, Larrondo y Morales i Gras, 2020).
En este escenario de oportunidad, trasladamos a estas páginas la colaboración desarrollada entre la agencia de verificación informativa Newtral y la Universidad del País Vasco/Euskal Herriko Unibertsitatea a través del Grupo de Investigación Consolidado ‘Gureiker’ (IT1496-22), perteneciente al Sistema Universitario Vasco (UPV/EHU). En calidad de docentes e investigadores, quienes firmamos estas líneas hemos impulsado con ilusión esta colaboración académica con fines formativos, a través de la creación de un grupo de trabajo integrado por once estudiantes de los últimos cursos del Grado de Periodismo de la UPV/EHU. Durante varios días de trabajo, en abril de 2024, este grupo ha participado en un “verificatón” impulsado por Newtral Educación para formar al alumnado en la detección de datos verificables y aplicación de técnicas de fact-checking de los mensajes lanzados por los/las candidatos/as políticos/as en los debates televisados. El alumnado participante se ha mostrado proactivo y motivado para aplicar los conocimientos teóricos adquiridos durante su formación a tareas de verificación de los debates electorales televisados con motivo de las Elecciones al Parlamento Vasco del 21 de abril de 2024 (Debate de RTVE celebrado el 9 de abril y debate de EITB del 16 de abril). Dichas tareas han sido supervisadas por los docentes participantes y por un equipo de profesionales de Newtral. La cooperación entre alumnado, profesorado y miembros de Newtral se ha llevado a cabo a través de sesiones virtuales y de la plataforma Slack.
Este proyecto participado por Newtral y Gureiker con fines didácticos constituye un bien público para ofrecer consistencia, rigor y credibilidad al propio formato del debate electoral. Este tipo de formatos han de plantearse desde la sensatez, desde la honradez política y la rigurosidad en cuanto a la información que manejan y comunican los partidos políticos y sus candidatas/os. Solo ello prestigiará este producto político relacionado directamente con la Compol y conseguirá que la ciudadanía se sienta identificada con él.
Agradecimientos
Newtral Educación y Grupo Gureiker IT1496-22 (Gureiker.info)
Referencias