Son las once de la mañana, hace treinta grados y escribo protegido bajo estos porches que evocan tan perfecta y deliberadamente la rue Rivoli parisiense. Hasta nuestra terraza del Listón llegan con cierta cadencia rítmica algunos aplausos que acompañan el partido de cricket que se adivina delante, más allá de los árboles de la Spianada…
…Hace treinta años visité Corfú por primera vez .Donde antes había grandes y fecundos campos de olivos, se alzan hoy enormes bloques de apartamentos hasta el límite de las playas de piedras blancas, ahora recubiertas con fina arena amarilla. Pues en efecto, la isla, que cobró cierta fama gracias a la familia Durrell, ha sido sometida a una urbanización salvaje, posiblemente dinamizada por la proximidad de la costa albanesa, tan de moda desde hace un tiempo.
Una vez más, parece que la alternativa económica global de aquellos lugares que el Financial Times denominó PIGS (Portugal, Italia, Grecia, eSpaña) es articular su PIB en el turismo, gentrificando las ciudades, favoreciendo la implantación de las multinacionales hoteleras y hosteleras e imponiendo horarios y modos de vida ajenos a su ciudadanía.
Lo más curioso es que también por nuestros lares originarios, las autoridades con mando en plaza van adoptando descaradamente esta alternativa, felicitándose ostentoreamente por la llegada de grandes cruceros y de sus correspondientes cruceristas, como si se tratara de algo novedoso y singular, obviando que esa fue precisamente la clave de la dependiente economía franquista.
Una clave que, como ya se ha podido comprobar, desde su dispositivo algorítmico es pan para hoy y hambre para mañana, pues los destinos pueden variar según las modas y sobre todo según las renuncias a las que se esté dispuesto a hacer política y colectivamente… Y mientras tanto, se incrementa la precarización laboral, las pensiones se retrasan, suben los impuestos indirectos… De todo lo cual, por cierto, la cinematografía griega reciente ha dado buena cuenta- como, por ejemplo, El albor de la tragedia (Michalis Konstatatos, 2020).
Pero, en fin, la capital todavía conserva cierto tono de autenticidad multicultural, fruto de las sucesivas invasiones y colonizaciones que pueden combinar el tzatziki con un gran vaso de Corfu red beer. Y cuenta con nuevos atractivos como el Museo de Arte Asiático, que expone una excelente colección de arte chino, japonés, tibetano y nepalí, y que es a donde nos vamos a dirigir a continuación porque además en sus galerías se puede disfrutar de un reparador aire acondicionado… (*)