Por Jesús Bastante.
«Permitidme que os cuente mi sueño». El Papa Francisco se encontró esta mañana con la plenaria del Dicasterio de la Comunicación, el órgano encargado de mejorar la comunicación de la Iglesia, y de hacerla legible para el mundo actual, y les compartió sus sueños en materia comunicativa, para después pedir la ayuda de los comunicadores: «Ayudadme a que la comunicación sea un instrumento de comunión«.
¿Con qué sueña el Papa? «Sueño con una comunicación capaz de conectar personas y culturas. Sueño con una comunicación capaz de contar y valorizar historias y testimonios que suceden en todos los rincones del mundo, ponerlos en circulación y ofrecerlos a todos», comenzó Bergoglio, quien valoró cómo, «a pesar de las dificultades económicas y de la necesidad de reducir gastos», el dicasterio ha aumentado la presencia de los medios vaticanos, hasta medio centenar de lenguas, añadiendo el lingala, el mongol y el canarés.
«Sueño con una comunicación de corazón a corazón, dejándonos tocar por lo humano, dejándonos herir por los dramas que viven tantos hermanos nuestros», añadió el Papa, quien invitó a los periodistas a «salir más, a atreveros más, a arriesgar más, no para difundir vuestras ideas, sino para contar la realidad con honestidad y pasión».
Mantener el foco en los pobres
«Sueño con una comunicación que sepa ir más allá de los eslóganes y mantener el foco en los pobres, los últimos, los emigrantes, las víctimas de la guerra», porque «una comunicación que promueva la inclusión, el diálogo, la búsqueda de la paz». «¡Qué urgente es dar espacio a los artífices de la paz! No nos cansemos de contar sus testimonios, en todas las partes del mundo», clamó el Pontífice.
No tengáis miedo de implicaros, de cambiar, de aprender nuevos lenguajes, de recorrer nuevos caminos, de habitar el entorno digital
«Sueño con una comunicación que eduque a renunciar un poco a sí misma para dejar sitio al otro; una comunicación apasionada, curiosa y competente, que sepa sumergirse en la realidad para poder contarla», insistió, para pedir a los comunicadores que «no tengáis miedo de implicaros, de cambiar, de aprender nuevos lenguajes, de recorrer nuevos caminos, de habitar el entorno digital», y hacerlo con precaución, «sin dejaros absorber por las herramientas que utilizáis, sin hacer que la herramienta se convierta en «mensaje», sin trivializar, sin «sustituir» las relaciones humanas reales, concretas, de persona a persona, en el encuentro online.»
Y, como el Evangelio es una historia «de encuentros, de gestos, de miradas, de diálogos en la calle y en la mesa», el Papa también sueña «con una comunicación que sepa testimoniar hoy la belleza de los encuentros con la samaritana, con Nicodemo, con la adúltera, con el ciego Bartimeo».
Construir puentes
«Con vuestro trabajo y vuestra creatividad, con el uso inteligente de los medios que la tecnología pone a vuestra disposición, pero sobre todo con vuestro corazón, estáis llamados a una tarea grande y apasionante: la de construir puentes, cuando tantos levantan muros; la de favorecer la comunión, cuando tantos fomentan la división; la de dejaros implicar en los dramas de nuestro tiempo, cuando tantos prefieren la indiferencia», reclamó Francisco, quien insistió que «si razonáramos y actuáramos según categorías políticas, o corporativistas, no seríamos Iglesia. Si aplicáramos criterios mundanos o redujéramos nuestras estructuras a la burocracia, no seríamos Iglesia».
¿Cómo afecta esto a la información? «Como comunicadores, estáis llamados a tejer la comunión eclesial con la verdad alrededor de vuestras caderas, la justicia como armadura, los pies calzados y listos para propagar el Evangelio de la paz«, glosó Francisco, quien pidió ayuda para «dar a conocer al mundo el Corazón de Jesús, a través de la compasión por esta tierra herida». A que «el mundo, «sobreviviendo entre guerras, desequilibrios socioeconómicos, consumismo y el uso antihumano de la tecnología, pueda recuperar lo más importante y necesario: el corazón»».
Como comunicadores, estáis llamados a tejer la comunión eclesial con la verdad alrededor de vuestras caderas, la justicia como armadura, los pies calzados y listos para propagar el Evangelio de la paz
En definitiva, «ayudadme a que la comunicación sea un instrumento de comunión», especialmente en un mundo «sacudido por una violencia terrible». «Los cristianos sabemos mirar las muchas llamas de esperanza, las muchas pequeñas y grandes historias de bien«, culminó, agradeciendo el trabajo de los periodistas vaticanos.
