Por Marino Montero.
La popular Hucha Txikitera, empotrada en la esquina de la calle Pelota con Santa María, único punto del Casco Viejo desde el que puede verse a pie de calle la Basílica de Begoña, llama la atención de los viandantes por la singular talla de piedra que la orna, esculpida en 2008 por Josu Meabe en base a la imagen tradicional de la Amatxu de Begoña, pero con un típico vaso de vino de los de txikititeo, de los de culo, en su mano derecha, que ha motivado que se la conozca como la Amatxu Txikitera.
Pero lo que le da carácter y sentido, convirtiéndola en un peculiar exponente de esta nuestra Villa de Bilbao, es el hecho de que sea el lugar, la ranura abierta en el muro de fachada, donde los txikiteros han venido depositando anónimamente la calderilla, los ‘chines’, las monedas en el decir bilbaino, que les sobra del pago de sus rondas por los bares de la zona, para su posterior donación a diversas entidades sociales.
Un gesto de solidaridad único en el mundo y con varias décadas de antigüedad, al que los Custodios-Jagoleak de la Hucha Txikitera queremos dar una mayor proyección social, buscado la forma de implicar a la ciudanía, y a los visitantes, en el cumplimiento de esta costumbre de los txikiteros bilbainos de donar la calderilla, que tiene su origen en las huchas que, en la década de los 50 y principios de los 60 del pasado siglo, había en todos los bares del Casco Viejo para recaudar dinero, las llamadas «perras», céntimos de entonces, para el Asilo de Huérfanos de la Villa, popularmente conocidos como «los niños de la Casilla»,en referencia al lugar de ubicación de este establecimiento, cuya desaparición, como consecuencia del mejor funcionamiento de nuestros servicios sociales, llevó a la actual diversificación del destino de lo recaudado en la Hucha Txikitera, que se entrega anualmente a diferentes entidades sociales de la Villa.
El anagrama de esta acción solidaria, a la que cabría calificar como la primera ONG bilbaina y puede que mundial, el popular ‘Txakur Txiki’ (que representaba el reverso de una moneda de 10 céntimos, «perra chica» de las de entonces, y un vaso de txikito de los de culo), que en aquellos años llegó a ser la insignia de distinción de la bilbainía, se ha perpetuado adaptándose, en 1997, como el anagrama de la Fiesta Txikitera que desde 1964 se celebra en Bilbao cada 11 de octubre, un día laborable en Bizkaia, pese a ser el de la conmemoración litúrgica de su Patrona electa, la Amatxu de Begoña, en el que se rinde homenaje a quienes han contribuido mantener la costumbre del txikiteo, el salir a la calle para compartir la vida en alegre camaradería, y se reivindica la trascendental importancia de esta forma de relación cívica, para garantizar el equilibrio emocional y propiciar la solidaridad y la integración social.
Con un cordial saludo
y siempre a vuestra disposición
Ad Maiorem Bilbao Gloriam
Marino Montero
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AMATXU TXIKITERA
Empotrada en la esquina de la calle Pelota con Santa María para dar cobijo a la HUCHA TXIKITERA, aquí ubicada por ser único punto del Casco Viejo desde el que, a pie de calle, puede verse la Basílica de Begoña, esta singular talla mariana, esculpida en 2008 por Josu Meabe en base a la imagen tradicional de la Patrona de Bizkaia, pero con un típico vaso de vino de los de txikititeo en su mano derecha, que le ha dado su nombre, es el distintivo de la solidaridad bilbaina y de sus txikiteros, que aquí depositan la calderilla, las monedas que sobran del pago de las rondas, para donarla a las entidades sociales de la Villa de Bilbao.
* Amatxu, diminutivo cariñoso de madre.