Por José Manuel Alonso
“El hombre es un animal que se acostumbra a todo» (Dostoyevski) // “Pávlov, demostró, con perros, que se puede condicionar respuestas entrenando a un ser vivo para que reaccione de forma automática ante un estímulo repetitivo” (Elena Escudero, profesora de Fisiología Animal) // “Sorprende ver en la lista de especies en declive a aves que forman parte de nuestro imaginario colectivo, aves que nos han acompañado siempre, como el gorrión , las golondrinas y los vencejos, que son el termómetro de la salud de nuestro medio ambiente y, en definitiva, del estado de nuestra calidad de vida” (Asún Ruiz, ecologista) // “La Historia, tal como la conocemos, ha acabado y se halla próxima la hora del contacto con otras inteligencias. Por ejemplo, la inteligencia del delfín puede superar a la del hombre” (John C. Lilly, doctor norteamericano)
No hace mucho me sorprendió esta pregunta universal: ¿Has oído hablar de la sexta extinción de animales?… Se trataba de que el ritmo de desaparición de las especies es vertiginoso, unas 100 veces más rápido de lo normal, y todo parece estar provocado por una única especie, el Homo sapiens o ser humano… Y raro es el día en que no se produce alguna noticia dramática o sorprendente relacionado con el comportamiento del hombre y la suerte del resto del mundo animal. Y subrayo al hombre porque es de todos el peor de los animales, no solo por su criminalidad con otros hombres y/o mujeres, e incluso con otros pueblos como la situación de enfrenamiento de medio mundo contra el otro medio, como estamos viviendo en la actualidad, sino por el mal trato y la innecesaria matanza, abandono o desprecio de otros animales. Por ejemplo, en los últimos días se han publicado los miles de elefantes que se matan para vender (explotar comercialmente) sus colmillos. Y si esta noticia nos parece lejana, la más cercana es el abandono a diario de sus supuestos mejores amigos: los perros, con España a la cabeza: 140.000 abandonos al año, según la Real Sociedad Canina.
La última de esas maldades la vimos en televisión hace unos días: los propietarios de un coche abandonaban en la carretera a su fiel compañero, al que solo le faltaba hablar porque ladrando siguió al coche a la carrera hasta donde pudo… Y recuerdo con frecuencia dos hechos de mi propia experiencia: Uno, cuando de niño tenía un perro al que llamada Pînki, y nos vimos obligados a matarle. Recuerdo su última alegría con la boca abierta y sus ojos clavados en los míos; como diría el poeta: “su amorosa mirada se clavó en la mía en aquel instante breve y triste”. Y dos, residiendo en una urbanización vizcaína en Leioa, todos los comienzos de verano aparecían conductores que abandonaban en aquel espacio a sus perros para recogerlos a la vuelta de vacaciones… Como siempre se ha dicho: “sin seres humanos no hay cultura, desde luego, pero igualmente y esto es más significativo, sin cultura no hay seres humanos… Como decía aquel viejo sabio: “la economía genera la riqueza, la política la destruye, la cultura nos permite disfrutarla” (…)
Hay otras noticias, también a diario, que se proyectan o se escriben en favor de los animales aparentemente irracionales que aprovecha el hombre no solo para alimentarse, acompañarse o admirarse de ese enorme mundo animal. Y hay estudiosos e investigadores que han demostrado la existencia de animales incluso más inteligentes que el hombre, como veremos inicialmente…
¿Es el delfín animal superior al hombre civilizado?
En un libro titulado “El hombre y el delfín”, el doctor norteamericano John C. Lilly nos enseñó su investigación sobre el comportamiento de los delfines, y su conclusión fue la de uno de los hechos más cautivadores de pasado siglo. Anunciaba en él no solo los comienzos de una intercomunicación entre el hombre y un ser de otra especie, el delfín, sino que, elevándose aún sobre los simples problemas biológicos, planteaba con claridad y rigor científico todos los problemas de la existencia de inteligencias superiores a la del hombre, el nivel sobrehumano, para lo que está aún pendiente de crearse una ciencia de este nivel. Y es que en ningún caso se excluye el hecho de que vivan entre nosotros seres superiores al hombre…
El doctor Lilly afirma que hay poderosas razones para pensar que el delfín pueda acceder un día a un nivel superior al del hombre civilizado. Ensayos científicos le han permitido mostrar al doctor que los delfines poseen un lenguaje completo, que son extraordinariamente inteligentes y que pueden aprender. Oyen los sonidos y los ultrasonidos sobre 102.000 hercios, mientras que el oído humano se detiene en los 20.000. También el lenguaje de los delfines es mucho más sutil que el humano, lo que da una vaga idea del lenguaje de los delfines. Y el doctor afirma que, si el lenguaje humano se emite por altavoces colocados en el agua, parece ser que los delfines lo comprenden y lo imitan no estúpidamente, como el loro, sino entendiendo el sentido de las palabras y repitiendo la risa humana cuando les parece chusca alguna cosa… “La risa –según el doctor Lilly—es lo propio del hombre, ha podido decirse en el pasado; la risa es lo propio de la inteligencia, se dirá en el futuro”.
Hace casi sesenta y dos años, el 16 de abril de 1960, las registradoras electrónicas observaron a delfines en trance de añadir palabras humanas en su lenguaje, sobre todo las de “This is a trick” (Esto es un truco), y Lilly hace observar que nos encontramos ahí en las fronteras del misterio…, en presencia de grandes cerebros cuya mentalidad es, sin duda, enteramente diferente de la nuestra…
El cerebro del delfín pesa 1.700 gramos y el del humano 1.450, y el del delfín parece ser más finamente estriado, mejor organizado. Sus órganos sensoriales son también mejores que los nuestros. Por todo ello, el doctor Lilly escribe: “La clave de la relación del hombre y el delfín está en persuadirles a que nos comuniquen su saber” (…) Pero, como en el género humano, no todo es digno de elogio en el delfín, por ejemplo el hecho de ser violentos con las hembras, y parece también que se han demostrado casos de violación a otras especies y acoso a los humanos…
Paulov (1849-1936), los perros y el reflejo condicionado
Elena Escudero, profesora titular de Fisiología animal de la Universidad Autónoma de Madrid, celebraba en octubre de 1999 la “química” que aún perduraba de los 150 años del fisiólogo ruso Iván Pávlov (1849-1936), premio Nobel de Medicina en 1904, célebre por haber formulado el reflejo condicionado o condicionamiento clásico. Pávlov diseñó los conocidos descubrimientos que le llevaron, en palabras del gran conocedor de su obra, el Dr. Colodrón, “a verificar la conjetura de la causalidad y hacerlo en la forma más compleja de comportamiento de la materia”. Es decir, el reflejo condicionado, reflejo adquirido, aprendido, fruto o consecuencia de la asociación repetida entre un estímulo que anteriormente no causaba ninguna respuesta con otro que, posteriormente, sí es capaz de causarla. Ese condicionamiento, Pávlov lo demostró con un perro, método que ha sido de grandísima utilidad a la psicología…
Tanto el doctor Colodrón como la profesora Escudero explicaban ese experimento de Pávlov de reflejo innato y condicionado con los perros y lo hacían partiendo de la salivación copiosa que es el preludio de la digestión (la respuesta). En sus experimentos, Pavlov hacía sonar una campana inmediatamente antes de dar carne a su perro. Así, repetidas veces, cuando al animal se le hacía escuchar el sonido en ausencia de la carne, producía salivación de forma igualmente abundante. Es decir, el estímulo sonoro ahora producía por sí solo el reflejo de salivación. El animal había adquirido un tipo de conducta, al que Pavlov denominó reflejo condicionado, es decir, un reflejo basado en una asociación aprendida por repetición, muy diferente de la respuesta innata, a la que denominó reflejo incondicionado.
Los experimentos de Pavlov fueron trascendentes porque con ellos se inició el análisis objetivo de la conducta, y, lo que es muy relevante, porque demostraron que los reflejos condicionados son una fuente continua de experiencias que ayudan al individuo a prever acontecimientos y le permiten anticiparse a ellos: el ambiente, pues, modula la conducta.
El doctor Antonio Colodrón 1931-2018), probablemente el psiquiatra más relevante del siglo XX, al que le hicimos una larga entrevista en 1974, en la sección “Tema Vivo-Tema de Opinión” que este periodista publicaba semanalmente en “La Hoja del Lunes de Bilbao”, subrayaba entonces el hecho de que las experiencias de Paulov han permitido posteriormente someter al hombre y a la mujer a una domesticación y control, y el ejemplo más claro está en la propaganda política y en la publicidad en los distintos medios”. Incluso hoy en día, casi 50 años después, esa domesticación y control está en los titulares de muchos periódicos y en los informativos de la radio y la televisión…
El humano y el chimpancé comparten el 99% del ADN
Julen Rekondo, premio nacional de Medio Ambiente en 1998 y compañero en tareas periodísticas, escribía hace unos años: “los chimpancés son probablemente los primates que manifiestan una mayor capacidad para comunicarse con los seres humanos, manejando incluso un lenguaje simbólico aprendido de unas 3.000 palabras” (…) El chimpancé y el Homo sapiens tienen básicamente el mismo número de genes, aproximadamente 25.000. El 29% de las proteínas son iguales y en el resto sólo se detectan cambios mínimos en la estructura. Y es que la diferencia entre ambas secuencias de ADN es de poco más del 1%, pero el tipo de cambios encontrados permite apuntar líneas de investigación para resolver el origen biológico del lenguaje o del andar erguido. El catedrático Carlos López Otín señalaba que “lo que nos hace humanos no es la aparición de nuevos genes. Sólo hemos duplicado, cambiado o incluso perdido algunos en los últimos seis millones de años, momento en el que nos separamos de los chimpancés»
En un estudio del genoma completo del chimpancé y su comparación con el humano presentado hace unos quince años, concluía afirmando que los chimpancés y los humanos tienen en común casi el 99% de la secuencia básica del ADN. Y otros trabajos de investigación han fijado en seis millones de años el tiempo que llevan evolucionando por separado chimpancés y homínidos… Y los sutiles cambios en el control de los genes durante el desarrollo pueden explicar llamativas diferencias anatómicas entre ambos. Los científicos aseguran que las enormes diferencias cognitivas deben encontrarse fundamentalmente en el cómo (la funcionalidad o regulación de la actividad) ya que no es distinto el qué…
Matanzas por los colmillos del elefante y los cuernos del rinoceronte
62.000 euros por el kilo del cuerno del rinoceronte
Los colmillos de los rinocerontes son dientes incisivos que crecen desde su mandíbula superior y se van curvando al lado de la trompa. Están hechos de marfil, un material de alta dureza y resistencia, el cual es inicialmente blanco, pero con el paso del tiempo se va tornando amarillento o color crema claro. Por sus características, el marfil se usa para tallar objetos artísticos o decorativos. … Con marfil se han fabricado bolas de billar, teclas del piano, peines, cepillos y otros objetos. El precio del kilo de ese marfil del rinoceronte ha pasado, en 25 años, de 765 euros a 62.000. Una vez mutilados, los cadáveres son abandonados por los cazadores furtivos. Y no hace mucho se produjo un suceso insólito: un rinoceronte apareció muerto y sin cuerno en el zoo de Thoiry, cerca de París. Esta fue la primera vez que un rinoceronte de un zoológico europeo había sido asesinado para obtener su cuerno.
En cuanto al elefante, en Botswana, país de África austral, viven más de 130.000 ejemplares y fue precisamente la disminución drástica de alrededor del 30% de esos ejemplares entre 2007 y 2014 la que llevó al gobierno a intentar proteger su fauna silvestre con una ley que prohibía la caza de estos animales. Sin embargo, ahoralos cazadores podrán matar de nuevo elefantes para la venta de los colmillos e incluso como deporte, tal y como se justificó el safari de caza del entonces rey Juan Carlos I, en el que sufrió la fractura de una cadera con 74 años... Esa noticia de eliminar la prohibición no ha gustado a nivel internacional, pero, según el gobierno de Botswana, contenta a la mayoría de la población implicada, población en la que está incluida la española..
Insectos en la dieta humana: cucarachas, escarabajos, hormigas…
Ahora que hay políticos como el ministro español de Consumo, Alberto Garzón, que se manifiestan en contra del consumo de carne, se habla y se especula sobre el alimento de insectos: cucarachas, orugas, abejas, avispas, hormigas… Esa costumbre no es fenómeno nuevo. Al parecer, formó parte de la vida de nuestros antepasados homínidos, y en la Roma clásica, cuando Plinio El Viejo, en su ‘Naturalis Historia’, narraba cómo los patricios romanos enloquecían por las larvas de insectos criados en harina y vino. Hoy, organismos como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura consideran la entomofagia como una salida sostenible al reto de cubrir la demanda de alimentos de la población mundial en el futuro próximo. En nuestro país, se venden ya productos derivados de harinas en forma de galletas, barritas e incluso chocolates y pastas, con más proteínas, fibras y grasas saludables que las de los alimentos más comunes de la despensa.
Recogidos en el listado de los Novel Foods (Nuevos alimentos) de la Comisión Europea, los insectos forman parte de la dieta tradicional de casi 2.000 millones de personas que consumen cerca de 1.900 variedades comestibles, según un estudio de la FAO y la Universidad en los Países bajos. A la cabeza de los insectos más demandados están los escarabajos (31 %) y las orugas (18 %), seguidas de las abejas, avispas, hormigas (14 %), saltamontes y grillos (13 %). Pueden adquirirse envasados, a granel, deshidratados, dulces… Aunque la investigación de los insectos para el consumo es incipiente, la mayoría de los nutricionistas los contemplan como un complemento y no como sustitutivo de otros alimentos.
Y hoy en día, se han llevado a cabo estudios que demuestran el potencial benéfico de las cucarachas para la salud humana. Por ejemplo, en el caso de China, es conocida una de las maneras de preparar este alimento y es friéndolo dos veces. Hay expertos que aseguran que esta es la mejor manera ya que de este modo el caparazón se vuelve crujiente y el interior sabroso. Hay expertos que ha demostrado que los insectos tienen un alto contenido de proteínas y aminoácidos, por lo que ingerir este tipo de alimentos podría mejorar la alimentación de la carne. Esta última proporciona un 45% de proteínas al ser humano mientras que los insectos aportan entre el 50% y 80%. Incluso, debido a que contienen nutrientes necesarios y un bajo porcentaje de azúcares, se ha llegado a la conclusiónY pde que pueden ser buenos para combatir enfermedades: como la diabetes o la obesidad. Parece ser que, en la actualidad, donde más se consumen estos insectos es en Latinoamérica… Incluso se ha investigado la producción de harina a partir de estos insectos y podría ser sustituida por la del trigo. Y ha sido en Brasil donde un equipo de expertos ha producido pan de cucarachas a partir de esa harina, y aunque este proyecto no haya salido del laboratorio, ya que en Brasil el consumo de insectos para alimentación humana no está aún permitido, da pie a la formulación de cómo será la alimentación del futuro, ya que no solo parece beneficioso para la salud, sino que también favorece el medio ambiente.
La tragedia del pesquero gallego a 450 km de Terranova
No puedo terminar el artículo sin hacer referencia a la tragedia humana de hace unos días en Terranova tras engullir el mar al pesquero gallego “Villa de Pitanxo”, con base en la localidad de Marín y dedicado a la pesca, alimentación preferida por la mayoría de la humanidad. En el barco viajaban 24 marineros (16 españoles y el resto peruanos y ghaneses), y estaba faenando a 450 kilómetros al sureste de Terranova con el agua a 0,9 grados centígrados…
De los 24 marineros en la tripulación, solo hay tres supervivientes: el patrón del barco, Juan Padín Costas, su sobrino Eduardo y Samuel Kwesi Koufie, un marinero natural de Ghana que vivía en Marín. En el caso del patrón, ya había sobrevivido a otro naufragio en 1983 en el Sahara, cuando tenía solo 16 años. Precisamente en Terranova hay numerosas muestras de vida, historia y sabiduría gallega y vasca. En los mapas de Terranova que se exhiben en las paredes del aeropuerto se leen nombres con referencia y dedicatoria a lo vasco y al gallego… Esta pasada tragedia se agravó al interrumpir la búsqueda de los cadáveres y por eso cientos de personas se reunieron para insistir en su petición de reanudar la búsqueda «cuanto antes». Especialmente críticos fueron con el Gobierno de Sánchez al que afearon la falta de información y de medios propios en Terranova, que “sí se destinan para otras catástrofes o para prestar ayuda en conflictos y no lo hacen en tragedias marítimas” (…) Los familiares de las víctimas advertían: “no estamos pidiendo una ayuda, estamos pidiendo un derecho y defendemos el respecto que se debe a la recuperación de los cuerpos de los 12 desaparecidos que siguen en la mar. El problema posterior fue el empeoramiento del tiempo, bajo muchos grados bajo cero…
Concluyo recordando a Gabriel Albiac en un artículo titulado “De perros y de hombres”, en el que, a la vista del comportamiento humano con los animales, asegura que “hemos sabido identificar a la bestia que hay en nosotros y resistir a ella. Y hemos sabido también que esa batalla no está ganada nunca… Resistir a su silencioso acecho resulta, al fin, la única apuesta decente. Algunos lo llamamos sólo inteligencia” (…) O como decía Saramago: “el ser humano no es sólo un animal inconsolable, sino un animal crédulo. La prueba es que todavía hay quienes confían en los crecepelos, en los caldos concentrados de gallina muy ponedora y en los discursos” (…) Y una última advertencia de filósofos y pensadores como Lucrecio, Tirso de Molina, Roussean o Unamuno, que coincidieron afirmando que “la Naturaleza no miente” (…) Entendámoslo así, inteligentemente…