Entrevista a Gorka Orive, profesor titular de la Facultad de Farmacia de la Universidad del País Vasco
Por N. Garay vía El médico interactivo
Gorka Orive es profesor titular de Biofarmacia y Farmacocinética y Farmacia Genética del Departamento de Farmacia y Ciencia de los Alimentos de la Universidad del País Vasco (UPV-EHU). Investigador del grupo NanoBioCel del Laboratorio de Farmacia y Tecnología Farmacéutica de la UPV/EHU, Gorka Orive es miembro a su vez de la plataforma CIBER-BBN (Centro de Investigación Biomédica en Red de Bioingeniería, Biomateriales y Nanomedicina), al tiempo que ejerce la docencia en la University Institute for Regenerative Medicine and Oral Implantology–UIRMI (UPV/EHU–Fundación Eduardo Anitua).
La Academia Iberoamericana de Farmacia , que ha creado seis premios destinados a estimular la vocación farmacéutica y recompensar los méritos científicos de investigadores, le ha premiado en esta esta edición de 2022 por su labor comunicadora durante la pandemia. Orive es firme partidario de seguir investigando en nuevas plataformas que puedan hacer frente a futuros desafíos patógenos biológicos o a una hipotética resistencia a los antibióticos: “esto nos crearía otro problema. Sinceramente pienso que hay que intentar evitar que haya nuevas amenazas. Para mí, el concepto de “Una sola Salud” (en inglés, One Health) es muy importante para que la humanidad se plantee convivir con su entorno de una manera sostenible”, explica con contundencia.
¿Podemos dar por amortizada la pandemia de COVID-19?
Pronosticar el futuro en esta pandemia básicamente es imposible. La mayor parte de los que lo han hecho no han acertado, por lo que no me voy a sumar a esos pronósticos. Todo parece indicar que con ómicron la situación es un poco diferente, sobre todo porque la tasa de vacunación es elevada y a pesar del riesgo que tiene la variante para los no vacunados, estamos llegado, en líneas generales, a un punto de poder tolerar la situación que tenemos y hacerla endémica. Esta es la situación actual bajo el prisma buenista. Porque el riesgo de que aparezca una nueva variante nunca se puede descartar, no una de las que conocemos, sino otra nueva. ¿Por qué? Porque la vacunación a nivel global es mucho menos del 60 por ciento de la población mundial y, por otra parte, porque en las personas inmunodeprimidas, en muchos casos, se produce mayor riesgo de mutación del virus.
¿Es previsible que la pandemia pronto evolucione a endemia?¿Cuál puede ser la evolución más probable del virus, a más contagioso, pero menos fatídico …?
Los expertos dicen que va a ser una situación endémica, que el virus convivirá con nosotros. Pero endémica no significa que ya no haya ningún problema o que no pueda haber nuevas oleadas ligadas a que aparezcan otras variantes y cambie la situación. Hasta el momento ha habido oleadas, tanto en invierno como en verano, aunque es cierto que la tasa de vacunación era diferente. En tanto en cuanto haya variantes menos virulentas y muy infectivas irá aumentando la inmunidad híbrida, natural de respuesta más vacunación y, lógicamente, será cada vez más difícil para el virus infectar a más gente. De todos modos, con este virus siempre tendremos más riesgos en épocas invernales, porque es cuando más uso hacemos de los espacios cerrados.
En Europa las cifras de vacunación son muy elevadas, pero en América Latina los vacunados están en el 35 por ciento y en África no llegan al 17, ¿con estos datos podemos pensar que la pandemia ha desaparecido?
La pandemia en algunos países sigue estando muy incipiente y, en otros, como el nuestro, con tasas de vacunación superiores al 85 por ciento, se está yendo a una situación de convivencia con el virus. Es la Organización Mundial de la Salud (OMS) quien tiene que valorar, aún no lo ha hecho, cuándo se podrá considerar que la situación de riesgo ha finalizado. Entonces nos podremos relajar algo más. Pero hasta que esto llegue tendremos que estar atentos y vigilantes ante el virus, sin bajar en ningún momento la guardia.
Las vacunas actuales están demostrando su eficacia en los casos graves y en evitar fallecimientos, pero ¿para cuándo las vacunas que sean esterilizantes y eviten los contagios?
¡Ojalá que sea pronto!, pero todavía no estamos en esa tesitura, y ya no sé si por la dinámica de esta pandemia tendrá que ser para la siguiente que nos llegue. Es verdad que se está intentando trabajar en vacunas que generen inmunidad en la mucosa nasal y que eso afecte al grado de infección, por lo tanto que se evite esa infección, bien sea por vacunas intranasales o por espray. Eso sería un paso fundamental, pero si no llega ahora sería deseable que se continuara trabajando en ello para que se tuvieran las plataformas listas en caso de que haya futuras amenazas.
¿El futuro de las vacunas van más por las de tipo RNAm o por el de vacunas con el patógeno completo atemperado o por la inoculación de algunos componentes antigénicos concretos? ¿o convivirán todas ellas?
Lo ideal sería tener muchas plataformas. Igual el siguiente desafío biológico con patógeno no se ajuste específicamente bien a un tipo de vacuna u otra, entonces lo ideal es seguir desarrollando plataformas basadas en vectores viales, en proteínas , que son vacunas más parecidas, y desde luego en la plataforma RNA mensajero que estamos viendo que está dando unos resultados de seguridad y efectividad muy elevados.
¿Es previsible que vayamos hacia una vacunación anti-COVID estacional, al menos para mayores, personal sanitario y de riesgo?
Los pronósticos, repito, son complejos de determinar. Pero, quizás, sí que habrá que observar que las personas de mayor riesgo que sufren ya una enfermedad, las más ancianas o aquellas que tengan comorbilidades que les hacen tener una respuesta inmune más débil tendrán que ser vacunadas de forma estacional. Aunque tal vez para el resto de personas con las dosis existentes en la actualidad y, además, con ese gran porcentaje de vacunación que es híbrida, que tiene vacuna y ha pasado la infección no sea necesario.
Vista la rapidez de la respuesta científica ante el reto de conseguir una vacuna contra el SARS-CoV2, ¿podemos ser optimistas ante una nueva posible y probable situación de pandemia vírica o bacteriana?
Sería diferente una pandemia vírica o bacteriana. Pero quién sabe cuál será la siguiente amenaza. Si la próxima amenaza es otro virus, las vacunas que tenemos ahora no valen y habrá que desarrollar otras nuevas, porque las vacunas que valen ahora actúan solo sobre el SARSCoV-2 y esa familia de coronavirus. Por otro lado, si el siguiente desafío es la resistencia a los antibióticos contaremos con otro problema. Lo que creo, sinceramente, es que debemos de intentar evitar que haya nuevas amenazas. Para mí, el concepto de “Una sola Salud” (en inglés, One Health) es muy importante para que la humanidad se plantee convivir con su entorno de una manera sostenible.
¿Aboga por mantener sine die como obligatorio el uso de mascarillas en interiores?
Depende de cuál sea la situación epidemiológica. Si la prevalencia del virus en nuestra comunidad es muy bajita y la incidencia de infecciones cae no será necesario seguir aplicando medidas. Las medidas no son blancas o negras. Habrá que seguir ajustándolas a la situación que vivimos. Todavía tenemos tasas de infecciones altas, pero llegado el caso por qué no poder eliminarlas si se ajustan a la situación epidemiológica.
Pandemia y vacunas nos han subsumido en otros problemas sanitarios y de administración pública de la Sanidad. También farmacéuticos. Le planteo dos: uno es el auge de las superbacterias o bacterias superresistentes a antibióticos, causantes de millones de muertes al año (en 2019 casi tantas como el sida y la malaria juntas). ¿Tiene solución o nos abocamos a una catástrofe farmacológica?
Es una amenaza que también tiene mucho que ver con el concepto One Health, con las ODS (Objetivos Desarrollo Sostenibles) y con el uso inapropiado que se hace de los antibióticos; un uso masivo, desproporcionado del todo. El hecho incluso de que haya presencia de antibióticos en el medio ambiente que pueden afectar. Se podría solucionar o tratar, por un lado, mejorando el uso más racional de los medicamentos y, por otro, mejorando también los nuevos antibióticos, con tratamientos médicos que pongan solución o permitan tener más expectativas ante la aparición de ese conjunto bacterias superresistentes.
El otro es la automedicación en auge. Entre cuidar la propia salud y automedicarse, ¿hay posibilidad de encontrar el término medio que no nos lleve a una degradación de la salud?
En el tratamiento debemos de implementar cada vez más el aspecto de salud única One Health, de ir al uso adecuado de tratamientos médicos, que los hay, que son seguros y eficaces siempre que sea necesario y, desde luego, teniendo en cuenta siempre qué efectos que puedan tener no solo en la salud humana, sino también los que puedan tener en la salud medioambiental y en la animal. Este es un concepto que la pandemia nos tiene que dar como conclusión, tenemos que aprender de él.
¿Cómo ve la lucha farmacológica contra el Alzhéimer?
Es complicada, pero la veo con optimismo. Han sido dos décadas complejas, pero ahora mismo hay un número de medicamentos en ensayos clínicos bastante importantes, con nuevas moléculas que intentan actuar sobre la enfermedad. Y, desde luego, veo el tratamiento del Alzheimer muy ligado a su diagnóstico precoz.
Usted habla de la contaminación por medicamentos, ¿a qué se refiere?
Al impacto de los medicamentos que se utilizan tanto en Medicina como en veterinaria, porque una vez que salen de los organismos, sean humanos o animales, pueden dañar gravemente el medio ambiente. Las actuales estaciones depuradoras no son capaces de eliminarlos y se ha encontrado que de los aproximadamente 4.000 fármacos disponibles, unos 700 aparecen en matrices acuosas o sólidas en el medio ambiente. Por lo tanto, estamos hablando de algo con gran impacto e importancia hoy en día, pero que de no atajarse incrementará su perniciosa incidencia en los próximos años.
¿En qué está trabajando ahora?
Trabajo en líneas de Medicina Regenerativa, verificación de fármacos, diseños de nuevos medicamentos, trabajo con la empresa que fundamos para el diagnóstico temprano del Alzheimer y también en la línea de contaminación de medicamentos, intentando impulsar esta iniciativa a nivel de Álava y del País Vasco.
¿Le hacen caso las instituciones?
Estoy percibiendo bastante sensibilidad por parte de las Administración públicas. Cuento con su apoyo y espero que se intensifique en los próximos años.