La compañía vasca comercializa y distribuye una amplia gama de dispositivos médicos que mejoran la calidad de vida de las personas
Por N. Lauzirika
Cardiva, con su sede central en Lezama, es una compañía con más de 30 años de experiencia en el sector salud, dedicada a la comercialización y distribución de una amplia gama de dispositivos médicos, especialmente en cirugía cardíaca y cardiología intervencionista, terapias celulares que regeneran los tejidos corporales dañados y medicamentos biológicos. Dispositivos que mejoran la calidad de vida de las personas.
Cuentan con un equipo de más de 160 profesionales y una red de oficinas que garantizan la calidad, la seguridad y la eficacia de sus productos y servicios y trabajan en España, Portugal e Italia.
La compañía vasca dispone de más de 4.000 productos sanitarios con los que son tratados más de 300.000 pacientes cada año en todo el mundo. “Colaboramos con los profesionales de la salud para ofrecer terapias de alto rendimiento apuntó Unai Atristain, director de Clínica de Cardiva, en un encuentro con periodistas especializados en el área de salud que visitaron recientemente sus instalaciones centrales en Bizkaia.
El verdadero valor diferencial de una compañía estatal frente a una extranjera es que todos los costes anteriores contienen impuestos, que afectan a todo el proceso de producción, desde el comienzo. Por ejemplo, como remarcó Atristain, si una empresa española llevara a cabo ventas por valor de un millón de euros, habría aportado al Estado cerca de 400.000 euros en impuestos.
Invertir en el país
Las empresas extranjeras incluso contratando parte de su personal en España, no llegan a semejantes cifras de impuestos, por lo que el coste final para el Estado es más alto. “Las cuentas no pueden ser más claras: comprar producto local es invertir en nuestro país”, apostilló Atristain.
Porque la venta de dispositivos médicos fabricados en el Estado hace que todo el dinero de la producción se ponga en circulación en nuestra economía en forma de salarios, impuestos y gastos, siendo un elemento de reactivación económica y creación de riqueza; la creación de empresas en suelo y con capital español fortalece el tejido industria.
Además, como se ha visto en la pandemia, ayuda a depender menos de las importaciones y mejora nuestra balanza de pagos. “Lograrlo es sencillo: solo hay que apostar por el talento y la calidad que tenemos más cerca”, sentenció Atristain.
En total son ocho las divisiones de la compañía: cirugía cardíaca vascular y endovascular, sistemas y equipos neurorradiología, dolor, cardiología intervencionista, neuromodulación, radiología y oncología intervencionista y clínica.
Sin perder el foco en esta actividad y en la esencia de los dispositivos médicos tradicionales, Cardiva está ampliando horizontes, invirtiendo en otras compañías de la “nueva Medicina” que ya está entre nosotros.
Su fuerza es la cercanía
Desde Cardiva transforman vidas a través de soluciones médicas innovadoras que mejorar la salud de los pacientes de todo el mundo y favorecen la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. El equipo de sostiene sobre cuatro pilares:
Inclusión. El 54% está compuesto por mujeres.
Diversidad. Un 2,5% tiene algún tipo de discapacidad.
Oportunidad. El 45% cuenta con menos de 40 años.
Conciliación. Con un plan de carrera estable y escalable, y políticas de conciliación e igualdad.
Alianza con Histocell
Actualmente, esta compañía vasca forma parte de diferentes empresas referentes en el sector salud, entre ellas con la biofarmacéutica Histocell, que tiene su sede central en el Parque Científico y Tecnológico de Derio y su planta de producción en Larrabetzu.
Histocell se dedica al desarrollo, fabricación y comercialización de terapia celular para Medicina Regenerativa innovadores. Dispone de 55 patentes concedidas y 20 en tramitación, todas con un enfoque terapéutico, centrado en la protección y regeneración de tejidos dañados por ambientes oxidativos e inflamatorios.
Histocell y Cardiva tienen un acuerdo para la distribución en todo el Estado del producto Reoxcare, un tratamiento antioxidante de ingredientes naturales para la cura de heridas crónicas. Esto refuerza capacidad comercial de la biofarmacéutica en todo el territorio estatal, la estrategia centrada en el desarrollo y fabricación de productos innovadores para medicina regenerativa
Histocell, como reconoció su director general Julio Font, apuesta por la colaboración con empresas líderes en distribución de productos sanitarios, como es el caso de Cardiva para la comercialización de sus productos entre ellos Reoxcare y Vexoderm, para el cuidado de heridas. Se basan en un kit antioxidante que permite tratar úlceras y heridas en fase de proliferación y también de pacientes diabéticos con mala evolución.
La biofarmacéutica dispone igualmente de otra línea de productos dermocosméticos antiaging y capilares con esta misma capacidad regenerativa.
Terapia celular
Histocell ha desarrollado fármacos de terapia celular basados en células madre mesenquimales adultas que someten a distintos procesos físico-químicos para que sean más resistentes ante situaciones de inflamación o de estrés oxidativo. “Esto nos ha permitido desarrollar medicamentos diferenciales a los existentes actualmente”, apuntó Font.
Se conoce que las células madre mesenquimales tienen una supervivencia limitada cuando se exponen a hipoxia, inflamación o agentes oxidantes. “Por lo tanto, el objetivo, era lograr que las células vivieran más tiempo y que hubiera más más con actividad terapéutica. Esto se ha logrado con las HCO 16”, explicó.
De hecho, la compañía ha patentado un proceso que consigue reforzar sus mecanismos naturales de defensa. Por el momento, se ha producido en distrés respiratorio agudo y en lesión medular aguda con resultados esperanzadores. La investigación se encuentra en ensayos fase II.