Por María García de la Fuente– Presidenta de APIA.
Hace 50 años que celebramos el Día Mundial del Medio Ambiente y en estas cinco décadas el medio ambiente ha estado presente en los medios de comunicación unas veces dando voz a las catástrofes y otras, como en la actualidad, de forma diaria y también aportando soluciones.
En 1972 se celebraba en Estocolmo la primera Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano y se acordaba la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
El periodismo ambiental ya existía y venía reivindicando un espacio propio en los medios de comunicación. Espacio y tiempo que hoy son realidad en muchos soportes y medios generalistas y especializados, locales e internacionales, digitales y en papel, radio y televisión, podcast y nuevos formatos. El medio ambiente ha llegado al prime time.
Durante estos 50 años las preocupaciones ambientales han ido cambiando: el foco se centraba en la capa de ozono y los clorofluorocarburos (cfc), los vertidos de petróleo o la radiactividad, mientras que en la actualidad son tres las pandemias que afectan al medio ambiente: el cambio climático, la de la pérdida de la biodiversidad y la de la contaminación y los residuos.
A lo largo de este tiempo, el papel de los periodistas ambientales ha sido fundamental para visibilizar los problemas que afectan a nuestro planeta y que el ser humano está provocando. Contar historias e informar con rigor y dar voz a las fuentes fiables ha sido el trabajo diario de miles de periodistas ambientales que desde las redacciones o de manera freelance se preocupan por dar a conocer lo que le pasa a nuestro único hogar, la Tierra.
El lema elegido este año por Naciones Unidas para conmemorar el Día del Medio Ambiente es “Una sola Tierra”, en el que hace un llamamiento a vivir de manera sostenible y en armonía con la naturaleza.
El periodismo ambiental no sólo cuenta las catástrofes y daños que sufre nuestro planeta, si no que aporta soluciones y es capaz de mostrar ejemplos y realidades que mejoran la biodiversidad, personas que trabajan por un modelo de producción y consumo que no esquilma los recursos naturales y muestra iniciativas que son replicables y capaces de cambiar el actual ritmo de destrucción insostenible.
El periodismo ambiental apuesta por el periodismo de soluciones y en positivo, porque tiene un compromiso con el medio ambiente, porque necesitamos vivir de forma sostenible, en armonía con la naturaleza, porque es indispensable que adoptemos medidas contra la emergencia climática y de pérdida de biodiversidad ya, y porque solo tenemos este planeta.
La pandemia de la COVID 19 nos ha mostrado la fragilidad de la humanidad ante un virus de origen animal. Cuando los ecosistemas viven bajo estrés y en condiciones al límite, los virus encuentran su caldo de cultivo. La pérdida de biodiversidad y el cambio climático favorecen la aparición de coronavirus y no nos lo podemos permitir.
El medio ambiente tiene que estar en el centro de las decisiones políticas y empresariales. No habrá economía sin ecología. Por eso, el periodismo ambiental es clave en la transición ecológica y económica. Los periodistas ambientales somos creadores de conciencia y a lo largo de muchas décadas hemos sumado para cambiar hábitos y actuar en favor del medio ambiente.
Para que los gobernantes aprueben legislaciones, las empresas tomen decisiones y los ciudadanos compren con criterio ambiental, la información ambiental es esencial y para eso somos necesarios los periodistas.
Desde la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano de hace cinco décadas se han conseguido avances significativos en la protección del medio ambiente, pero no podemos darnos por satisfechos y hoy más que nunca el medio ambiente debe estar en el centro de las decisiones, y los periodistas ambientales estaremos para contarlo.