Por Montxo Urraburu
Como cada día de la semana, el 19 de febrero de 1985 me encontraba a las seis de la mañana delante del micrófono de Radio Bilbao. Había terminado el programa madrugador “¿Hola que tal? “ y me había incorporado a “Matinal Cadena Ser”. Estaba informando para el programa nacional de la actualidad del País Vasco cuando, el técnico de control, Luis, “ El tío Luis “ , empezó a hacer, teléfono en mano, gestos de asombro. Mientras completaba la información, le di a entender con las manos, mi preocupación. Finalizada mi intervención se encendió la luz verde y fue cuando, Luis me dijo que había llamado Pedro Markinez, técnico de Radio Bilbao, de servicio en el aeropuerto, para informarnos de la pérdida del avión procedente de Madrid.
Eran las 8,30 h. de la mañana. Un Boeing 727 “ Alhambra de Granada”. A los mandos del avión se encontraba el comandante José Luis Patiño, un piloto con más de 13.000 horas de vuelo y buen conocedor de nuestro aeropuerto. Le acompañaba en la cabina, como auxiliar, Emilio López Peña. Entre los pasajeros se encontraban el ex ministro Gregorio López Bravo; el doctor José Ángel Portuondo; el empresario teatral y fundador de la Cadena Astoria Julián Vinuesa; el directivo de Vidrieras de Llodio, Isidro Delclaux y una larga lista de distintos profesionales. El que luego fue ministro, Francisco Fernández Ordoñez y Marcos Vizcaya diputado del PNV, renunciaron a tomar ese avión. Murieron 141 pasajeros y 7 tripulantes. A los pocos minutos de accidente habíamos localizado la zona donde se produjo.
Mi compañero Miguel Ángel Oliver había llegado ya a la radio. Le puse al corriente y le dije que cogiera todo lo necesario, que yo iba a por la unidad móvil y que le esperaba en la calle. Los dos nos dirigimos hacia el monte Oiz, lugar donde según la torre de control del aeropuerto se pudo producir el accidente. Era una mañana fría de invierno y a medida que nos acercábamos al Monte Oiz la niebla dificultaba la visibilidad. El acceso a la cumbre del Oiz lo hicimos por una pista de montaña. A lo largo del recorrido nos encontramos con reporteros gráficos de distintos medios a los que acomodamos como pudimos en nuestra unidad móvil. La carretera finalizo y el recorrido hasta la cima lo hicimos andando en medio de una intensa niebla y frio.
No tardamos en localizar el ala del avión que había impactado en la torre de EITB. Se encontraba a un lado del camino. Del resto del avión, nada más. Nos llegaron noticias que situaban al avión en otra zona próxima pero inaccesible por el monte y peligrosa. Volvimos a la unidad móvil y nos dirigimos a Ziortea – Bolivar. La familia Urkiola, del caserío del mismo nombre, fue la primera en descubrir el avión que había recorrido 900 metros de desnivel en caída libre por un bosque de pinos y que descansaba en una vaguada de difícil acceso.
En su día y durante los posteriores, ofrecimos la información más completa y desagradable que nos toco vivir. Prefiero no entrar en detalles durísimos, que los hubo, y si recordar lo sucedido un MARTES DE CARNAVAL de 1.985, como homenaje. Solo una cosa más. Los cuerpos de los pasajeros fueron difícilmente reconocibles. El pillaje, el robo de objetos personales de las victimas en el escenario del accidente, dificulto la identificación de los pasajeros. Seis familias nunca recibieron los restos de sus familiares Según Aviación Civil la antena de EITB no figuraba en las cartas de navegación. Tras el accidente, Aviación Civil dio orden de sustituir los altímetros de tambor por otros modelos que evitasen los errores de lectura. Irónicamente, en esa época, el Monte Oiz tampoco estaba registrado en las rutas de vuelo y tiene más de 1.000 metros de altura ( 1.026,40. Tampoco existía libro de entradas
Preguntas sin respuesta
Informo el Gobierno Vasco en su día a la Dirección General de Servidumbres Aeronáuticas, antes Ministerio de Transportes. ¿? La cosa se arreglo entre Gobierno Vasco y Gobierno Central ( cambios de documentación, fechas, permisos . . .¿? Se actualizo la documentación ¿?
