Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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Apagón: las nuevas emergencias

Por Javier Larrea. Presidente del Observatorio de Prevención de Riesgos y Accidentes
Publicado Web OPRA www.opra.info • 29 de abril de 2025

A las 12:32 horas del día 28 de abril de 2025 se produjo un apagón eléctrico en España, Portugal y parece que parte del sur Francia. Ha sido una emergencia inusual. Es una de las nuevas emergencias.

Hasta ahora denominábamos como grandes emergencias de protección civil las situaciones de grave riesgo, catástrofe o calamidad pública a aquellas en las que la seguridad y la vida de las personas podían peligrar y sucumbir masivamente. Sin embargo, no ha sido el caso de este apagón.

Las consecuencias

Brevemente las principales consecuencias han sido la afectación a:

La movilidad

  • Colapso del tráfico en las ciudades, por el fallo de los semáforos y paneles que regulan el tránsito creando un gran caos en las grandes ciudades.
  • Parálisis de todos los servicios ferroviarios y del transporte suburbano (metro) que mueve millones de pasajeros en las grandes ciudades.
  • Imposibilidad de cubrir con otros medios de transporte la demanda.
  • Gasolineras que no podían suministrar combustible.
  • Coches eléctricos que no podían cargar sus baterías.

Las telecomunicaciones

  • Sin electricidad no funcionaban los ordenadores, ni internet, ni las redes wifi.
  • Sin telefonía.
  • Sin televisión.
  • Y sin información.

El comercio

  • Imposibilidad de pagar con el sistema de monedero electrónico (tarjeta de crédito o móvil).
  • Sin poder conseguir dinero efectivo porque no funcionaban los cajeros automáticos.
  • Comercios que no podían cobrar a sus clientes que tuvieron que cerrar.
  • Comercios que no podían cerrar sus puertas por tener sistemas de cierre electrónico.
  • Industrias y empresas que tuvieron que suspender sus actividades productivas y laborales.

Recursos insuficientes de servicios públicos

  • No había suficientes policías para regular el tráfico.
  • Miles de personas atrapadas en los túneles del metro y más de 30.000 personas atrapadas en trenes parados por toda la geografía.
  • Los servicios de bomberos ocupados en rescatar a miles de personas atrapadas en los ascensores.

Algunas lecciones aprendidas

Afectación

El caos ha sido mayor cuanto mayor ha sido el tamaño de la ciudad. La superpoblación añade complejidad y la densidad de población implica mayor vulnerabilidad.

Las ciudades con mucho turismo son más afectadas. Los turistas no conocen la ciudad ni las calles ni los transportes públicos ni tienen dinero efectivo. Hay que auxiliarles.

Por eso los grandes municipios necesitan planes excepcionales de emergencia y han de dotarse de muchos más recursos para solventar los problemas en estas emergencias.

Errores

Como principales errores me permito apuntar:

  • Información escasa para la población. Se debería haber hecho público un mapa permanente del territorio afectado y de la recuperación.
  • El cierre al público de las estaciones e intercambiadores que finalmente hubieron de abrirse. Miles de personas apiñadas en el exterior de las estaciones sin comida, sin agua y sin aseos.
  • No disponibilidad de edificios públicos para albergar a las personas que habían de pernoctar fuera de su domicilio.

Nivel 3

España acaba de inventarse la emergencia de interés nacional a la carta. ¿Qué es eso de declarar interés nacional para unos sí y para otros no? ¿Qué significado hay que darle al término nacional? Al “nivel 3” habrá que darle otro significado. ¿Por qué en una situación de emergencia en que no hay riesgo para la vida de las personas y que está en vías de solución en unas pocas horas, algunas CCAA solicitan del gobierno del Estado la declaración de la situación de interés nacional? ¿Y por qué el gobierno acepta tal declaración? Habrá que tratar esto con más profundidad.

Planificación de emergencias

No hay planes de emergencia municipales que prevean situaciones en las que se necesite albergar a miles de personas y abastecerlas de agua y alimentos. Esa es la auténtica protección civil y no otros folclores como repartirse medallas.

Voluntariado

Hemos vivido una emergencia inusual ante la cual los servicios públicos cotidianos no tienen experiencia. Por muy buenos profesionales que sean son inexpertos ante una situación de emergencia que desconocen. Como en el covid-19, o la dana de Valencia o el apagón se demuestra que los servicios profesionales son insuficientes para atender las situaciones extraordinarias.

No existen los miles de personas voluntarias que se requieren para organizar el abastecimiento de agua y alimentos de los miles de personas necesitadas que están obligadas a pernoctar fuera de su casa. Se echa en falta el voluntariado en la policía que existe en otros países que perfectamente puede cumplir funciones de regulación del tráfico, de control de accesos y de vigilancia para evitar los saqueos.

Un apunte: un municipio necesita al menos igual número de voluntarios que el número de profesionales de que disponga.

Las nuevas emergencias

Sin duda, nos encontramos ante un nuevo tipo de emergencias que supone la disrupción de la vida ordinaria creando sobresalto y alteración en la vida cotidiana de la sociedad, aunque por lo general no se encuentre amenazada la vida de las personas.

Las personas del siglo XXI exigen más, ya no es suficiente con que se les garantice la vida, la sociedad exige que no se vea afectada en su vida cotidiana, quiere vivir continuamente en un estado de normalidad sin alteraciones.

Pero, el apagón eléctrico nos ha enseñado que esto no es posible y que nuestra sociedad no está preparada para cualquier emergencia.