Se cumplen este veinticuatro de Marzo cuarenta y cuatro años del asesinato de Monseñor Oscar Arnulfo Romero en San Salvador, y celebramos su vida tras su muerte durante ellos, en el ahora y en el siempre, en El Salvador y Centroamérica y universalmente, como ha reconocido la Iglesia con su beatificación y canonización. Reconocemos su aportación a la construcción de la paz en El Salvador y en Centroamérica. Reconocemos su figura en la Historia. La situamos, también, en la perspectiva del proceso salvadoreño. Y nos preguntamos y le preguntamos qué nos diría hoy sobre la construcción de la paz, sobre el amor y la esperanza entre los seres humanos que nos queremos/soñamos personas, sobre la justicia y la dignidad humana, sobre nuestra compartida condición humana, sobre el pueblo salvadoreño en que nos dijo que se reencarnaría, sobre la vida más allá de la vida que durante estos cuarenta y cuatro años le hemos dado, la vida más allá de la vida que vamos a darle. Escuchémosle clicando los links a las cartas que contiene esta botella que para hacerlo presente recogemos en el mar de la web.
Es este veinticuatro de Marzo Domingo de Ramos. Despierta en nosotros los domingos de ramos de la infancia y de siempre, que las calles desiertas por la pandemia del COVID-19 nos hicieron hace cuatro años dar vida en este poema del tiempo confinado:
Muchos recuerdos, un abrazo y feliz Domingo de Ramos,
Manuel Montobbio
Diplomático y escritor