Por J.C.M. Iglesias
¿Por dónde empezar? ¿Sobre qué libro escribir antes de que ustedes queden saturados o perdidos en una maraña de títulos y nombres?
Tentado estoy de usar alguna clásica expresión introductoria como Quello que cominzia bene, finisce bene, o de buscar una buena captatio benebolentiae o qué tal aquello de comenzar in media res como la mejor novela…
Cuando Félix J. Palma nos contrató para El gran timo de las hadas bien sabía que un montón de lectores agnósticos lo leerían con pasión. Y lo mismo le ocurrió a Lisa See con las feministas y anti-feministas al descubrirnos El círculo de mujeres de la doctora Tan. Ella no es Confucio; pero aprovéchenla para releer al maestro o a una aventajada alumna descubriendo el alma milenaria china.
Efectivamente estos dos libros podrían ser dos pequeños gran best-sellers que se salen un poco de la temática tradicional.
Y también me da que como ustedes han comido manjares latinos y bebido néctares griegos no son de los que aman pecados banales -no olvidar que toda novela es una muestra de los pecados sociales de épocas y países -, esos que están ahora de moda, democratizar y ensalzar lo vulgar como excelencia, La conformista, o La peluquera y Proust, Ocaso y fascinación, o La asombrosa historia de la señora Yeom, Me alegro tanto de verte… cualquiera de ellas les resultará…insuficiente para sus gustos y habilidades lectoras.
¿Verdad que son títulos atractivos, incluidos Lluvia fina o Aquel mar que nunca vimos? Lesauguro que al menos encontrarán dos o tres páginas sobresalientes o al menos interesantes. Aunque,ahora que lo pienso, a ustedes les atraerían más títulos como La clase de griego, de Han Kang, oLa traducción del mundo.
Después de leer la modernidad, el buen lector necesita y busca recuperar parte del pasado. Yen sus manos cae La buena terrorista, de Doris Lessing, Caballos desbocados de Yulio Mishima, o, ya puestos, algún autor totalmente desconocido, letón de Letonia como Alberts Bels y su La jaula.
La jaula. ¡Les sorprenderá! ¡Mucho! Ampliará su filosofía y mirada sobre el socialismo real de la vieja -o no tan vieja– URSS sin repetir un ápice lo ya trágicamente escrito y contado (¡que todo no es fascismo español, señores!) y las consecuencias que trajo en los nuevos “países hermanos”. O si no me creen, lean, lean Vorosilovgrado (¡Otra vez Ucrania!) después del ya citado. El mago del Kremlin , o prueben los Frutos salvajes del paraíso del viejo Mao. Y, ya puestos, aunque peque de Best- seller, El baile de las marionetas es un must que en absoluto les dejará indiferentes.
Por culpa de la educación que se nos dio en Tardajos -cerrada y dirigida– nos convirtieron en pequeños -o grandes– humanistas que hemos intentado descubrir La naturaleza secreta de las cosas, el Kairós de la vida aquí y ahora, observar la naturaleza humana con Otros ojos, otra mirada o apreciar la belleza pictórica creativa con Los ojos de Mona, o convertir el extinto monólogo interior en El estribillo de mi corazón (un libro sencillo, tierno de voces suaves y profundas).
¡Ah! Señores, vivimos en el mejor de los mundos, en el mejor de los tiempos que diría Panglos a todo Cándido, como yo, o como ustedes, donde queridos escritores africanos, Hombres puros, nos cuentan una Batuala llena de mensajes, de ternura, de sufrimiento, de historias increíbles. ¡Qué maravilla, qué sensibilidad humana y artística para retratar un continente tan cercano como castigado y desconocido!
Mas, si prefieren verdades crudas, eliminando de la vida la poesía u otros Cuentos de la delicadeza, vayan, vayan a comprar Un regalo para Kushbu. ¡Se les partirá el alma, eso que ya muchos han perdido!
En fin, poco o mucho, para acabar, recordaremos que todos los libros ayudan a una mejor. Traducción del mundo y a desvelar La situación y la Historia que tiene cada palabra cuando no nos privamos de ellas ni de El rapto de un libro.
Pero, ¿por qué seguir leyendo y hablando de libros si en unos pocos decenios han de desaparecer físicamente sin necesidad de prohibirlos o de quemarlos como en el pasado gracias a La fábrica de cretinos digitales cuando las cosas -un libro, una pluma, una historia vivida y contada ante ojos y oídos que ven y escuchan- se convierten en las No-Cosas si no han colocado claramente en sus bibliotecas personales La marca para que no les afecte La policía de la memoria?
Después de este final, ¿les he transportado al pesimismo de nuestro tiempo?
¡Ni mucho menos! Siempre nos quedará… Don Quijote de la Mancha.
Post Scriptum:
Me dirán que he proporcionado muchos títulos y pocos nombres de autores. Pero, ¿acaso, incluso el autor más famoso no se nutre de la vida humana y por tanto un libro no deja de ser sino una obra colectiva?