La playa es un lugar bajo el sol que dicen sirve para calmar los nervios.
Todos los médicos lo recomiendan. Dicen que es bueno para relajarse y podemos estar de acuerdo, solo en parte. En la práctica, como verán, es más complicado. Ya de mañana, la señora de la casa, madre y esposa, antes tendrá que hacer las camas, airear las habitaciones, colgar la ropa que todavía da vueltas en la lavadora, recoger los platos y otros utensilios con sus respectivas sobras de la cena y luego, hacer la socorrida tortilla de patata, empanar unos filetes, y comprar el pan recién salido del horno, además del periódico.
Una vez cumplidas estas labores cotidianas y, tras haber dado de desayunar a toda la tribu familiar, vuelve a recoger platos, tazas y sobras.
A continuación, tiene que sacar los bañadores, las toallas de colores, el jersey de…, por si acaso, buscar la pelota y las palas para los mayores, los cubos para los mas pequeños, la sombrilla, la crema, el vino fresco para ya saben quien, el agua para quienes no beben lo anterior. Luego guardar los refrescos y otras cosas . Ya saben: el libro de moda, la revista de actualidad que cuenta noticias inventadas que ni siquiera son actuales – y cargar el teléfono móvil.
Mas tarde algunos, porque el trafico esta imposible y por eso de la crisis, cogen el autobús o el metro repleto de gente que también van a la playa. Cuando llegan, que ya es mediodía, la playa esta como la plaza de toros del pueblo el día de la fiesta patronal Y después de todo esto… a relajarse, a disfrutar de la playa que para eso es domingo y el medico nos lo ha recomendado.
Por fin el merecido descanso. Es cuando los niños se pelean porque quieren el mismo cubo, la pelota, que les acompañen al agua o que tienen ganas de hacer lo que todos los humanos, cuando tienen ganas.
Pero como solo hay un servicio y pequeño, el niño no ha podido aguantar y hay que cambiarle . Mientras su marido se ha encontrado con un amigo de la mili y están recordando otros tiempos. Con todo ello se nos ha abierto el apetito. Es la hora de comer y el momento de descubrir que, alguien, ha llenado de arena la tortilla. No hay nada mejor para relajarse que la playa. Lo recomiendan los médicos.
M.Urraburu.