Muchas y muchos de vosotros las habéis empezado. Yo seguiré cuidando de nuestro Bilbao. Un espacio en el que todos tenemos cabida. Asqueado de un mundo que después del gran debate USA puede ser roto desde la mentira y la indignidad de un Trump crecido.
Preocupado por una vieja Europa que no ha aprendido de su pasado y recupera la ignominia de una ultraderecha olvidada que gobierna en Italia y posiblemente acabe ganando las elecciones en Francia. Intranquilizado por una guerra en nuestra frontera europea de Ucrania con miles de muertos frenando el avance de un psicópata Putin.
Indignado por el genocidio israelí en Gaza propiciado por Benjamín Netanyahu y su gobierno. Expresando mi total repulsa a los terroristas asesinos de Hamás (que no representan al pueblo palestino), por la masacre que hicieron, sabedor de que la harían también con nosotros. Y continua la guerra en Siria, República del Congo, Yemen, Sahel…
Reflexionando tumbado en una hamaca mirando al cielo, pensando en cómo poder mejorar el mundo: Cuando somos incapaces de abrazar y besar al que lo necesita. Cuando retiramos la mirada del que está caído en vez de tenderle la mano y ayudarle a levantarse. Cuando por egoísmo desatendemos a familia y amigos.
Cuando no cumplimos con nuestros deberes ciudadanos. Cuando no somos generosos en el desempeño de nuestra profesión. Cuando anteponemos nuestros deseos al bien común. Cuando no cumplimos nuestra palabra.
El daño nos lo hacemos a nosotros mismos. El Camino de la Vida solo tiene una forma de tránsito: la rectitud y la generosidad. ¡ Asi he intentado conducirme siempre ! Con luces y sombras. Pero con la ruta de viaje de mi vida definida.
Porque parafraseando al gran Eduardo Galeano «Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo» Yo le creo Felices vacaciones. Sigo de guardia hasta vuestra vuelta.
Isidro Elezgarai
