Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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FRUSTRACIÓN

Por M.Urraburu

Muchos  padres de jóvenes y adolescentes suelen encontrarse hoy con la situación desconcertante de unos hijos que por un lado se comportan irresponsablemente, sin conceder importancia a las cosas que, en teoría, debieran interesarles, y por otro manifiestan sentirse abrumados por el peso de los estudios, por la incertidumbre del futuro por los pequeños reveses del día a día; que en muchos aspectos de la vida dan la impresión de haberse puesto el mundo por montera mientras que en otros son incapaces de afrontar contratiempos  menores. Como es posible, se preguntan padres y educadores que, unos muchachos tan poco dados a tomar en serio las cosas, se hagan las victimas cuando les vienen mal dadas ¿No será un recurso  para provocar compasión y volver a abstenerse  de actuar, como de costumbre?. ¿Se trata, en definitiva, de la intolerancia la frustración?.

Muchos jóvenes no soportan los reveses porque no han sido adiestrados para ello. Sobreprotegidos desde la cuna, acostumbrados a conseguir todo lo que desean de sus familiares, ajenos a la experiencia de la necesidad ,carecen de defensas frente a las dificultades. Los adolescentes naufragan en el trayecto entre una infancia entre algodones que no les ha exigido ningún sacrificio y un futuro que se les presenta como una carrera de obstáculos. La sobreprotección y la excesiva permisividad han hecho de ellos dependientes a la hora de hacer planes y tomar decisiones maduras.

Me comentaba un especialista en la materia que una de las causas a la intolerancia a la frustración en la edades jóvenes guardan un estrecho vinculo con los valores predicados por los medios de comunicación. Cuando desde sus primeros pasos la persona ha estado recibiendo a través de televisión mensajes sobre consumo fácil, de éxito seguro y felicidad gratuita, no es descabellado pensar que quien le ha incapacitado para enfrentarse a la dura realidad no es el maestro paciente ni los padres incapaces de decir no a alguno de sus caprichos, sino unos medios concebidos para alagar y manipular las mentes de sus consumidores. Los móviles, la televisión ( o la publicidad que rige como gran soberana de contenidos y las formas de su mensajes)puede ser el principal agente de esa frustración. Además de otros, claro.