Por Marisol Rodríguez – Periodista especializada en salud
El proyecto de la Fundación Espigoladors im-perfect® es la primera marca de conservas en nuestro país que emplea frutas y verduras descartadas del círculo comercial por ser diferentes y en la que trabajan personas en riesgo de exclusión social. El proyecto de ley de Prevención de las Pérdidas y Desperdicios Alimentarios aprobado el 7 de junio viene a impulsar esta línea de trabajo y aunque es un buen paso para desechar menos alimentos y aprovechar más, aún queda mucho por hacer.
Patatas en forma de corazón, zanahorias con dos patas, manzanas demasiado grandes, tomates con marcas…¿ has visto en las tiendas frutas o verduras con formas y tamaños de lo más excéntricas? Seguramente la respuesta es que no…. y es que ser imperfectos parece que no se lleva.
Sin embargo en la ONG Fundación Espigoladors no lo ven así y en el año 2014 creó im-perfect®, marca de conservas de calidad sin aditivos ni conservantes artificiales elaboradas con esas frutas y verduras que no se pueden comercializar por políticas estéticas de medida, color, forma o madurez; caídas de precio o por excedentes de producción. Además desde 2021 es también empresa de inserción laboral. Toda una apuesta por un mundo con menos desperdicio alimentario que aúna sostenibilidad ambiental y compromiso social para dar una segunda oportunidad a personas y alimentos.
“Conservas vegetales ejemplo de aprovechamiento alimentario
comprometidas con la sostenibilidad ambiental y
con las personas en situación de vulnerabilidad”
¿Cómo dan esas segundas oportunidades?
El proyecto de esta entidad sin ánimo de lucro ha puesto en marcha un modelo agroalimentario más sostenible basado en los principios de la economía circular y recupera la cultura del aprovechamiento alimentario apostando por el espigeo, el producto de proximidad y los agricultores y productos locales. Estas son sus bases:
Espigar, rebuscar, ir al rebusco…actividad tradicional en la que personas con pocos recursos recogían en los campos los excedentes, como espigas de trigo, frutos secos o aceitunas, una vez el agricultor ya había recogido la cosecha. |
1/ Espigeo, recogida o rebusca de frutas y verduras que el mercado no acepta con la ayuda de voluntarios y el acuerdo de los productores. Participan personas de diferentes perfiles y edades: jubilados, estudiantes, familias… También grupos de niños y adolescentes de escuelas e institutos a través de programas específicos como una forma de aprender y reencontrarse con la naturaleza. En los acuerdos de colaboración con los productores se especifica en que parte del campo se va a hacer el espigeo, los kilos de recogida, a que organizaciones se dirige lo recolectado…
2/Donación: la mayor parte de la recogida es canalizada a entidades sociales para que estas frutas y verduras lleguen a personas que no pueden acceder a ellas.
3/Transformación: el resto de alimentos recuperados y no donados son transformados en conservas de mermeladas, pates vegetales y salsa con frutas y verduras en el obrador situado en San Cosme del Prat de Llobregat, Barcelona. En él aprenden y trabajan durante una año personas en riesgo de exclusión derivadas de los Servicios Sociales para formarse como auxiliares de cocina y en puestos de logística, acompañándoles a su término para que puedan dar el paso al mundo de la empresa. Actualmente estas conservas responsables se distribuyen a través de más de 800 puntos de venta en toda España: tiendas de comercio justo como SETEM, mercados, cadenas de super mercados, hoteles y restaurantes.
4/Sensibilización: mediante campañas en redes sociales, talleres de cocina, charlas en colegios, institutos y centros cívicos para generar un cambio de mentalidad y volver a una cultura de aprovechamiento de los alimentos.
Proyecto de Ley Desperdicio Alimentario: impulso hacia la sostenibilidad
A primeros de junio de este año el Consejo de Ministros aprobó el Proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y Desperdicios Alimentarios con el objetivo de reducir el desecho de alimentos y favorecer su mejor aprovechamiento. Aunque la propuesta ha sido en general bien acogida, Anna Gras, Responsable de Comunicación de la Fundación Espigoladors, incide en que el proyecto de ley “no está poniendo el foco en la raíz del problema, centrándose más en la donación que en la prevención”. Prevención que en su opinión “debe estar en todos los eslabones de la cadena alimentaria, más allá de la restauración y el consumidor final que es donde suele ponerse el foco mediático”.
Para Espigoladors en esta propuesta de ley se establecen escasos mecanismos para conocer, analizar, cuantificar y prevenir las pérdidas alimentarias que se producen en el sector primario, primer eslabón de la cadena. Apuestan por dar apoyo económico y acompañamiento a las empresas para la implementación de planes de prevención de las pérdidas, así como mecanismos de vigilancia que garanticen su cumplimiento. Entre sus peticiones está la regularización del espigueo como actividad para aprovechar excedentes y perdidas en el campo y como medio para recoger datos sobre el terreno y acercar a la ciudadanía al terreno de producción y sensibilizarla. En definitiva, piden que la ley vaya un paso más allá y sea ambiciosa y transformadora.
“Ley sobre Desperdicio Alimentario: oportunidad para hacer una
apuesta valiente y transformadora
que haga frente al reto medioambiental”
La esperanza es que la ley, que se espera esté aprobada para principios del próximo año, suponga un impulso a proyectos y marcas alimentarias como im-perfect ® con el objetivo de acabar con un sistema agroalimentario insostenible. Reducir a la mitad el desperdicio de alimentos de cara al 2030 según lo estipulado por Naciones Unidas requiere de una potente voluntad política y el compromiso y la responsabilidad de todos.
Otra iniciativa que da cabida en los mercados a hortalizas con formas que se salen de lo estándar o algún tipo de imperfección es la puesta en marcha por Carrefour en sus tiendas de Andalucía y Extremadura. Toda una apuesta por reducir el desperdicio alimentario dejando a un lado la cultura a la estética tan presente en nuestra sociedad y hábitos de consumo.