“Si nos quitan la libertad de expresión van a conseguir convertirnos en ovejas que llevan al matadero” (George Washington, primer presidente de Estados Unidos entre 1789-1797) // “La manipulación de la verdad liquida de raíz el impulso creador” (Eduardo Chillida) // “El periodista es aquel profesional que levanta las piedras para descubrir públicamente lo que otros han tapado con la intención de que no se conozca” (Miguel Delibes) // “Sin periodistas, no hay periodismo / Sin periodismo no hay democracia” (Lema de la FAPE (Federación de Asociación de la Prensa de España) que se ha hecho universal)…
Antes de entrar en el tema que nos ocupa, como viejo periodista, he de destacar el recuerdo de aquella vieja censura de los años de la dictadura de Franco, obligado a recordarlo por la amenaza que nos va a imponer definitivamente Pedro Sánchez, al que no le basta sostener y condicionar a la mayoría de los medios de información con millones de euros…, sino que quiere instaurar, como se ha escrito, “un proceso de cesura y de amedrentamiento a los periodistas y a los editores (…), lo que además de ser anticonstitucional es un ataque directo a la línea de flotación del propio sistema democrático” (…)
Y eso ocurre en un momento ya veraniego, de vacaciones y descanso para aquellos que trabajan, y se olvidan de las barbaridades de este presidente socialista, que cada día recibe más críticas de sus propios compañeros de partido, aunque parece que aún son pocas… Ante la situación de evidente censura, espero y confío que las Asociaciones y Colegios de Periodistas manifiesten su negativa a aceptar semejante amenaza contra la independencia profesional…
Este disgusto profesional, curiosa y precisamente, ha coincidido con el tema que este periodista, bien conocedor y sufridor de la censura franquista, tenía preparado para la entrada en el verano y las vacaciones de toda clase de profesionales… Y lo hago al comienzo del verano por estar de acuerdo con el recordado Luis Daniel Izpizua (1948.2016): Se trata de la FELICIDAD, que para el catedrático Enrique Rojas “es un deseo universal de todo ser humano querer por encima de todo alcanzar la felicidad, pero pocos reamente lo consiguen”, y eso pese a que en las encuestas el 70 de los españoles suelen declarar que son felices… Y los que afirman que no lo son se justifican diciendo que la culpa es de “las malas direcciones, las malas políticas, las pésimas noticias, las malas suposiciones, las malas creencias y las malas compañías (…)
Extraordinario cantico a la felicidad, en distintas frases
Seleccionamos algunas de las frases más significativas dedicadas a esa felicidad hoy recordada y que es el tema elegido para este verano:
< La felicidad es un estado de ánimo, es una experiencia subjetiva, interior, que sale de la vida (…). ¿Qué cosas son las que pueden producir felicidad al hombre? ¿El dinero, la riqueza, la gloria, la salud, el bienestar, los distintos placeres, el verse libre de preocupaciones? La felicidad es siempre una ilusión, un proyecto incompleto, inacabado, que está siempre haciéndose. Pero de una forma concreta la felicidad descansa sobre dos pilares: encontrarse a si mismo, por un lado y tener un proyecto de vida, por otro. Ahí se esconde la felicidad…
< «Todos los hombres y mujeres buscan ser felices; no hay excepción. Por diferentes medios que empleen, todos tienden a esa meta» (Blaise Pascal)
< «Temo que un amanecer te diga «disfruta, se feliz» y entonces sea tarde»(Elias Amézaga).
< «Es muy posible que la Humanidad civilizada sea la especie viviente de vida más infeliz. La única compensación es probable que sea la risa y las ternuras, y quizá también el placer de la música. Por eso uno sobrevive gracias a la risa, las ternuras y la música» (Interpretación de una frase de Julio Cortázar).
< Proponte que en este día seas feliz, verás cómo te lo ganas… ¿Cuántos momentos felices crees haber perdido por no haber salido a su encuentro?…
> La naturaleza es tan sabia, que nos enseña la forma de ser felices.
> Disfruta de ese momento feliz ganándotelo o modelándolo. Recibiéndolo o creándolo.
> Se vive solo una vez, de modo y manera que cada momento es precioso y preciso… Vive intensamente cada día, como si fuera el último para ganar y el primero para sorprenderte…
> Lo que ha logrado salvarse del proceso y la destrucción de la Humanidad se debe al amor y la felicidad…
> No trates de ser feliz saltando por encima de tu sombra: no lo conseguirás nunca.
> “No es el hombre la medida de todas las cosas –decía el sofista griego Protágoras de Abdera– puesto que el progreso ha ido superándole en muchas de la existentes… Pero el hombre es la medida (y sobre todo el genio o el hada madrina) de las cosas no existentes, por no existir aún en su mente o en su imaginación… Sé feliz también con lo no existente. Y ahí sí serás tú el medidor y no lo serán las cosas ni la sangre ni el jefe ni el Estado ni el progreso” (…)
> Haz bricolaje de la felicidad… Pruébate a aprender el oficio de vivir mejor…
> A nuestro alrededor abundan las caras duras, de los sinsorgos, de taima, asco, tristeza, murria, esplín, disgusto, traga-rollos, impotencia, estupidez, enfurruñamiento, y con todo ello, más que caras parecerán culos apaleados… Regala un poco de «regolaje», de regodeo, de aleluya, de sonrisa… o pasa la mano a quien se ahoga en el fango de su rostro en crisis… (Desconocimiento del autor)
< Si hay un mecanismo de defensa para soportar el dolor de uno mismo o el de los demás, ¿por qué no intentar el mecanismo del reverso del dolor: la alegría?… ¿Por qué no alegrarnos de la alegría de los demás o poner nosotros una brizna de alegría?…
< No sientas que la felicidad está a punto de disminuir o desaparecer. No admite que dudes de ella. Y si desaparece, hazla volver…
< La serenidad alegre es felicidad adquirida y repartida…
> No nos basta con ser felices, lo que es todo un logro suficiente, queremos ser más felices de lo que suponemos son los de nuestro entorno… Y eso es un absurdo y una temeridad. Además, debería contagiarnos la felicidad de los demás.
< En verano somos todo lo felices que el invierno nos deja ser; todo lo felices que esperamos seguir siendo el invierno siguiente: recogemos y sembramos… (Luis Daniel Izpizua (1948-2016)
< Vitalismo desmesurado el de Albert Camus, que nos expuso un máximo extremo de la felicidad humana: «Una de las cosas que ayudan a morir es saber que después de nosotros volverán a darse esas noches cuya dulzura se prolonga sobre la tierra y el mar». Hace falta grandeza de alma para llegar a sentir esa felicidad…
Ser feliz es, por tanto, aquella operación que hace el hombre, gracias a la cual tiene una personalidad hecha, sólida, firme, con sello propio, con la cual se siente identificado, a gusto, satisfecho, tranquilo, en paz interior. Esta es la puerta inicial de entrada para la felicidad. Una persona desequilibrada, desajustada, neurótica, inmadura, sin hacer, será muy difícil que se sienta feliz, porque no se ha encontrado consigo misma, no ha hallado la clave para armonizarse por dentro y tener una conducta adecuada y positiva por fuera.
El proyecto de vida no es otra cosa que anticipar el futuro programándolo aproximadamente. El proyecto personal debe tener tres ingredientes esenciales: amor, trabajo y cultura. Estas van a ser las notas fundamentales que lo definen. Si la felicidad es proyecto, futuro, anticipación, quiere decir que la felicidad consiste en vivir con ilusiones, en vivir hacia delante, con esperanza…
El amor es la pieza clave de la felicidad. No hay felicidad sin amor. Por el amor tiene sentido la vida. Nada hay tan grande como amar. El amor es fuerza que nos impulsa a seguir buscando nuevos caminos a recorrer… Pero existe una gran variedad de estilos y de formas de amar. Desde el amor a la patria, pasando por el amor a la justicia, al orden, a las antigüedades, hasta llegar al amor entre personas o el amor a Dios… Aquí nos vamos a referir especialmente al amor humano, al que se establece entre dos personas. Según eso podemos afirmar que el amor es un sentimiento grato, positivo, gozoso, alegre, mediante el cual quedamos prendidos de otra persona, con la que queremos compartir la vida. Ese amor es, así, un regalo de la naturaleza, gracias al cual la vida se ilumina y todo cobra un relieve especial. Pero no hay que perder de vista que el amor es como un fuego que hay que alimentar a base de cosas pequeñas, primero arde el material más ligero y después arden los ingredientes más pesados, que le darán estabilidad al fuego.
Diez mandamientos para ser feliz
La única Constitución que reconoce el derecho de los ciudadanos a ser felices es la norteamericana, aunque la historia y la realidad se han encargado de desmentirlo. También la Constitución española recoge el derecho al trabajo y a la vivienda y todos conocemos la situación. Y es que ser feliz, que es lo más importante de esta vida, depende de cada uno. Ya lo decía aquel fandango de Antonio Pérez Guerrero: “El mundo puede opinar / lo mal que quiera de mí / pero nadie me puede quitar / el derecho a ser feliz”. Así que vamos con sugerencias o mandamientos para ser feliz, que es lo que interesa, a sabiendas de que nunca es tarde para encontrarla.
Lo más importante, por tanto, es no rendirse frente a las dificultades que se presenten y superarlas con confianza, buscando nuevas maneras de adaptarse a cada situación; maneras que deben de ser capaces de mantener íntegra la actividad del organismo, despiertas y abiertas las facultades intelectuales, y vivos y cálidos los afectos y las amistades que constituyen parte integrante de la vida. Saber vivir cada momento con renovada ilusión y sin importar los años que tengamos, porque conservar el potencial creativo y el entusiasmo es una forma directa de retardar el envejecimiento. Por eso, hay personas de más de 60 años tan ilusionadas y activas como otras de 40 ó menos, porque ésa es en realidad su edad biológico /mental.
De todo ello que hemos señalado, destacamos lo que llamamos: “Diez mandamientos de la Ley de la Felicidad” (…) Antes de eso, hemos de tener en cuenta los factores negativos, esos que contribuyen a alejarnos de la felicidad: 1) Desnutrición o alimentación deficiente y perjudicial. 2) Fumar demasiado. 3) Abusar del alcohol. 4) Beber poca agua. 5) Deficiencias en vitaminas y minerales. 6) Nerviosismo y preocupación excesivas o constantes. 7) Desilusión por todo. 8) Inactividad. 9) Depresión. 10) Lo más importante: no sentirse querido y valorado de verdad por los demás…
Y ahora recogemos esos diez mandamientos: (1) Actividad personal y familiar; satisfacción en lo afectivo y en lo sexual. (2) Sentirse en paz y a gusto consigo mismo; cultivar la amistad y ver el lado bueno de la vida y de las personas. (3) Trabajo y/o actividad satisfactoria y gratificante que llegue a convertirse en disfrute, y nos deje tiempo para nosotros, las amistades y la familia. (4) Rutina diaria sin sobresaltos ni imprevistos que no se puedan controlar. (5) Mandar en sí mismo y en la propia vida y no permitir que nadie la malogre. (6) Alimentación frugal y sana, higiene personal, ejercicio físico, aire puro. (7) Tener aficiones satisfactorias. (8) Descansar lo suficiente y vivir gozosamente el presente. (9) No vivir por encima de nuestras posibilidades. (10) Adoptar actitudes optimistas y sentir que otros son más felices por nuestra causa: familiar y/o de amistad.
Esos diez mandamientos se pueden reducir en dos: (1) Mantener la vida sana y activa, porque, si estamos jubilados (jubilosos) tenemos más tiempo para organizarnos y gozar volviendo a empezar cada día, es decir, volviendo a aprender y cultivar lo que nos de la real gana, realizando esas tareas que antes eran una pasión y que nunca pudimos hacer nuestras. Ningún momento mejor que el presente para redoblar el ardor de esa pasión. Y (2), si somos sabios (“la sabiduría es para la vida”, decían los estoicos) y no necios, sabemos que vivimos entre los demás, prodigando una actitud conciliadora y una simpatía humana que nos hacen equilibrados, serenos e incluso imprescindibles en momentos en que la sociedad nos necesita. Repartamos, por tanto, nuestra felicidad a los demás, porque si el amor está en el otro o en los otros; también, la felicidad. ¡Compartámosla y seremos… aún más felices, seguro!
LLAMADOS A SER FELICES
Ser feliz es la meta de todo ser humano sensible;
es el primer deseo que nos imprime la naturaleza
y el único que está ahí, esperándonos en el alba…
Todos estamos llamados a ser felices.
Sentir el pleno gozo de vivir, de existir
y de disfrutar sanamente de las maravillas,
siempre cotidianas, naturales y sencillas
que cada día nos depara la vida. En suma:
Todo cuanto hacemos debe ir orientado
a lograr felicidad; en cada momento del día…
José Manuel Alonso