Por Felipe Garduño Hernández, Marionetista, cofundador del grupo BIHAR
La cultura es el poso positivo de la evolución de la humanidad desde que, de forma progresiva, ha ido adaptándose al planeta no sin dificultades, esas que obligaron a un aprendizaje técnico que ha ido acompañado de una elaboración cultural desde el principio de los tiempos.
Esta evolución está marcada por diferentes épocas pero el avance ha sido constante, y los descubrimientos producidos tras este último cambio de siglo nos muestran, entre otras cosas, que el arte en las cuevas del paleolítico superior es muy avanzado en sus técnicas. Debemos poner en cuestión nuestro sentimiento de superioridad ante épocas pasadas y admitir que somos el resultado de una suma de avances en el proceso de adaptación a este planeta. La cultura es el resultado de ese esfuerzo.
A épocas de retroceso en el campo de la cultura le han seguido otras de avance como fue la del Renacimiento, cuyo espíritu sigue vivo en muchas personas. Precisamente en aquellas partidarias de la adquisición permanente de conocimientos y, a través de ellos, lograr la educación y la cultura que pueden sublimar nuestras vidas.
Todavía perviven ideas como el krausismo y el liberalismo decimonónico que fueron abrazadas por la ilustración, así como es de justicia reconocer los esfuerzos realizados por el movimiento obrero de los dos últimos siglos, los de la industrialización, para acercar la cultura a sus vidas y a la de sus familiares.
Las dificultades de carácter social y económico que vivimos en los últimos tiempos han creado un desasosiego, no exento de desesperación, que están marcando el momento actual. Muchos adultos caen en el desánimo y no pocos jóvenes han perdido la esperanza de una vida mejor fruto del estudio y del esfuerzo personal.
La sociedad en su conjunto tiene la responsabilidad de revertir esa tendencia, pero los medios de comunicación pueden y deben jugar un papel importante en ese cometido; la información veraz y acerca de la cultura en sus múltiples facetas puede contribuir a ello.
La presencia de la cultura en los medios es muy escasa, en algunos prácticamente inexistente. Sin embargo, los artículos o trabajos sobre ese campo son muy apreciados por el lector y le resultan interesantes, mucho más de lo que se suele pensar. En la situación actual, que los espacios para la cultura sean más amplios es una cuestión de vital importancia.
Habiendo formado parte del mundo del teatro desde los primeros setenta, momento en el que en algunos periódicos de nuestro entorno recogían interesantes reseñas de las actuaciones del llamado teatro independiente, creo necesario que en la actualidad aumenten esas referencias.
Las noticias y comentarios sobre las actividades culturales deberían ser más frecuentes con el fin de acercar la opinión pública hacia las artes y el conocimiento en general. El resultado sería altamente positivo.
Encontrar en los medios noticias de este tipo los hace más agradables y supone un toque de distinción, siendo a la vez una bocanada de aire fresco, especialmente para esas gentes que durante toda su trayectoria vital, vienen siguiendo el devenir cultural en nuestro entorno. No son pocos y, tal como se ha señalado anteriormente, sería conveniente que cada vez fueran más y suficientemente informados.
Para conseguir ese objetivo, la especialización de los profesionales de la información sería muy positiva, así como el buen hacer de los agentes y creadores culturales, que deben acertar sobre todo en la comunicación con el público, tanto en la temática como en el estilo, aspecto este último que se presta a la innovación.
Esto sirve, incluso, para abordar los temas, las pasiones y las inquietudes que han acompañado a la humanidad a lo largo del tiempo y que siguen vigentes al día de hoy.
La cultura, además de un ascensor social, es en la actualidad una importante actividad profesional que demanda sus derechos, su estabilidad y su espacio en la vida de la ciudadanía y en los medios de comunicación.
