Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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POR LA FILOSOFÍA Y LA CIENCIA

Por ARABA ABOLIZIONISTA

Como aficionada a la Ciencia nunca pensé que me vería en la situación de tener que defender el método científico y los propios procesos de investigación, ya que se está fomentando el que se perciba y se sancione como delito de odio, argumentar que el sexo es binario y que nos
reproducimos por gametos, producidos estos por mujer y hombre. De hecho, ya se están llevando a cabo cambios en el curriculum educativo con el fin de modificar el paradigma del sexo, sin que haya habido debate y sin haber sido consensuado por la comunidad científica.

No se está trasladando a la opinión pública que el debate de fondo es una discusión filosófica, surgida de la encrucijada de las filosofías de la posmodernidad, precisamente de ahí surge la teoría de la necesidad de deconstruir el sexo. Pero esto es una teoría filosófica, por lo que se puede discrepar y asumir posiciones teóricas contrarias, esto es defender filosofías materialistas y por supuesto no se puede legislar por ley la obligatoriedad de apoyar tesis post-estructuralistas.

En todo este maremágnum de conocimientos y bibliografía es fácil perderse. Pero es preocupante observar como toda la biblografía esgrimida por una parte es ignorada por los medios de comunicación, da igual que sean ensayos, conferencias o webinars que están a la libre disposición de quien quiera.

Como ejemplo más reciente tenemos el informe elaborado por CMF (Confluencia Movimiento Feminista) con los datos aportados por 13 comunidades autónomas sobre el modelo afirmativo en las personas que se presentan como transgénero . En este informe se constata la tendencia observada en otros países de un crecimiento exponencial, llegando por ejemplo en el caso de Euskadi, a observarse un incremento del 1.800% en la consulta de Endocrinología. En otros países, este mismo patrón de incrementos de casos, en las diferentes consultas de atención y prácticas realizadas, suscitó la realización de investigaciones que dieron lugar en el caso del Reino Unido al informe Cass que provocó un viraje total en el abordaje de la disforia de género, e idénticamente sucedió en Suecia con otro informe que replica las conclusiones del inglés.

A pesar de toda la evidencia científica y de que estos informes europeos son abanderados por sus respectivos gobiernos, nos encontramos con la situación de que en el Estado español es tremendamente complicado que se nos escuche y se tome en consideración las conclusiones de estos informes. CMF no consiguió que la presentación de su informe tuviera eco en los medios de comunicación.

Como consecuencia de este desiquilibrio en la información, se llegan a presentar discursos que ayudan a confundir aún más a la opinión pública, como que defender la identidad de género es igual que la lucha de años anteriores por los derechos de gays, lesbianas y bisexuales. Esto no es así en
absoluto. Para poder defender esta tesis es necesario invisibilizar totalmente en los medios de comunicación que el colectivo LGTBI ha sufrido una división total y con pocas probabilidades de solucionarse a corto plazo. En la mayoría de países se han creado asociaciones LGB sin la T y también exclusivamente de lesbianas, porque el borrado del sexo borra también las orientaciones sexuales. De hecho las definiciones incluidas en los principios de Yogyakarta son la constatación del borrado de las orientaciones sexuales, porque por ejemplo una lesbiana ya no puede reclamar
tener relaciones sexuales solo con mujeres biológicas, porque rechazar a una persona transgénero con pene que dice ser lesbiana es considerado transfobia. Este fenómeno lleva ocurriendo desde hace años y el propio colectivo trans le puso nombre, techo de algodón, refiriéndose a las bragas de las lesbianas a las que no podían acceder, una referencia visual totalmente degradante para las mujeres.

Negar a las lesbianas el derecho a decir que no quieren tener relaciones sexuales con cualquiera, es retrotraerse años, y años en la lucha de las lesbianas, que se enfrentaban a hombres que invadían sus espacios personales bajo la premisa de que debían ser accesibles al sexo para ellos. Paradójicamente lo que antes se consideraba una vulneración de los derechos de estas mujeres, ahora se ve como moderno y transgresor.

No sabemos cómo será la evolución de todos estos movimientos políticos y sociales, pero tristemente el riesgo de que las lesbianas que no quieran pasar por el aro tengan que vivir en la clandestinidad es muy elevado, así como que el movimiento feminista vaya quedándose sin espacios públicos donde puedan defender sus posturas filosóficas.

El verdadero cauce por el que fomentar una sociedad cada vez más justa y sin discriminación, debería ser el de la transparencia en los contenidos discursivos y la exposición pública de las bibliografías que los sustentan, de manera que no quedara restringido a un número pequeño de
personas, el entendimiento de los discursos políticos que están teniendo lugar actualmente.