Tras revelar una operación de difamación contra Reporteros Sin Fronteras (RSF), la organización denunció a una docena de las principales cuentas implicadas en su difusión en la red social X. Dado que ninguno de los contenidos fue retirado, RSF ha llevado a la empresa de Elon Musk ante los tribunales franceses por difamación, difusión de noticias falsas, daño a la reputación, suplantación de identidad y complicidad en estos dos últimos delitos.
¿Es penalmente punible la inacción deliberada de X frente a la desinformación? ¿Podría considerarse una forma de complicidad con quienes buscan manipular el debate público? El «caso del vídeo falso de RSF» ha sido llevado a los tribunales franceses, que tendrán la oportunidad de responder a estas preguntas cruciales y determinar la responsabilidad de la empresa dirigida por Elon Musk. Este caso ilustra cómo la falta de moderación ha facilitado la propagación endémica de desinformación en X. RSF está representada por el abogado Emmanuel Daoud y su equipo del bufete Vigo.
A finales de agosto, la organización detectó un vídeo fraudulento, etiquetado falsamente como procedente de la BBC, que presentaba a la organización como autora de un supuesto estudio sobre las inclinaciones nazis de los militares ucranianos. La investigación posterior de RSF reveló que el Kremlin, a través de su Ministerio de Asuntos Exteriores y dos embajadas, retomaron esta fake new y la legitimaron, en una operación de “blanqueo de la información”.
El vídeo, que empleaba el logotipo y la estética gráfica de RSF, así como la imagen del director de Asistencia e Incidencia de la organización, fue ampliamente difundido en X y Telegram, alcanzando casi medio millón de visualizaciones el 13 de septiembre, fecha en la que RSF publicó su investigación refutando dichas acusaciones.
La organización, que es titular de una cuenta Premium en X, cursó diez denuncias por difamación contra las publicaciones que habían contribuido a difundir esta desinformación, utilizando el mecanismo establecido por la plataforma en virtud de la Ley Europea de Servicios Digitales (DSA). Tras una primera serie de negativas y solicitudes de información adicional, a las que RSF respondió, ninguna de las peticiones resultó en la retirada de los contenidos difamatorios que atacaban a la organización y a uno de sus directivos, suplantando su identidad y menoscabando su reputación.
«Al negarse a eliminar los contenidos que sabe falsos, tras haber sido debidamente informada por nosotros, X se hace cómplice de la desinformación que circula en su plataforma. Hoy, pone a disposición de quienes difunden información falsa y buscan engañar y manipular a la opinión pública un arsenal de medios y una visibilidad excepcional, al tiempo que garantiza la total impunidad de los autores. Es hora de que X rinda cuentas. Los tribunales son el último recurso contra la desinformación y la propaganda de guerra difundidas por la red «muskiana», de la que somos víctimas».
Antoine Bernard | Director de Incidencia y Asistencia de RSF
«El objetivo de este procedimiento es recordar a una red social tan poderosa como X (anteriormente conocida como Twitter) y a sus directivos que pueden ser penalmente responsables si, a sabiendas, facilitan los medios para que sus usuarios difundan noticias falsas, suplanten identidades de personas, menoscaben su imagen o se dediquen a la difamación, todos ellos delitos tipificados en el Código Penal francés. En el contexto del delito de agresión y la propaganda criminal de Rusia contra Ucrania y su población, que incluye sus correspondientes crímenes de guerra y contra la humanidad, la impunidad de la red social X debe ser combatida por la ley y, de demostrarse estos graves delitos, sancionarse en los tribunales franceses».
Emmanuel Daoud | Abogado de RSF
Las respuestas proporcionadas por X a los diversos informes de denuncia de RSF parecían mensajes automáticos, lo que sugiere que las peticiones no fueron procesadas por humanos. RSF preguntó a Grok, el chatbot de inteligencia artificial creado por una de las empresas de Elon Musk con acceso en tiempo real a los datos de X, sobre “Patricia”, la primera cuenta que publicó el vídeo con información falsa sobre la organización. En ese momento, la herramienta indicaba que las publicaciones de esta cuenta ya habían sido marcadas como contenido “controvertido y provocador” o por su comportamiento “inapropiado o de odio”. Sin embargo, el mensaje de Patricia no se ha eliminado y su perfil sigue tuiteando, refiriéndose regularmente a los ucranianos como “nazis” o “bárbaros”. El discurso del odio parece recibir el mismo trato que la desinformación: vía libre.
Paralelamente al procedimiento iniciado en los tribunales franceses, RSF también ha facilitado a la Comisión Europea –que abrió un procedimiento contra la plataforma de Elon Musk el 18 de diciembre de 2023– su testimonio, los elementos de su investigación sobre este vídeo y los detalles de las alertas emitidas. En la audiencia, RSF subrayó la total ineficacia del mecanismo establecido por X en virtud de la Ley Europea de Servicios Digitales, así como el carácter engañoso de las marcas azules que supuestamente debían garantizar una forma de transparencia y autenticidad en las cuentas. La organización, que tiene esta marca de verificación, escribió a X para denunciar contenidos falsos atribuidos a RSF. Sin embargo, dicho contenido permaneció en línea, incluso en cuentas certificadas ya denunciadas.
Desde julio, RSF ha sido víctima en tres ocasiones de vídeos que utilizan su reputación, su imagen y la de algunos de sus representantes para difundir información falsa en las redes sociales y apoyar la narrativa bélica del Kremlin.