Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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Siria, una catástrofe inesperada 

Por Juan Carlos Pérez Álvarez y Mariano López de Miguel.

Grandes cosas pueden suceder de manera inesperada.  Aún cuando pudiera estar tan pre figurado como la espera para el acuerdo de Dayton que antecedió en 1994 al encuentro en París para la firma de la paz de las guerras yugoslavas, el agotamiento de las partes no llevó siquiera a un armisticio formal como en 1953 en la península de Corea. La guerra en siria, esa que empezó en una primavera árabe que debió haber sido una especie de renacimiento e ilustración en el mundo musulmán, cuya respuesta se encuentra en el propio legado islámico, con sin ir más lejos, la memoria de la biblioteca de Bagdad, no se terminó de culminar en lo estructural, sino que se quedó en una búsqueda de cambios del régimen. En siria las privatizaciones, la corrupción, el precio de los alimentos, la escasez de agua, entre otros, llevó a un descontento que de ninguna manera fue seguida de una escucha activa sino de una profunda balasera. Como en la plaza tahir en El Cairo, el destilado de los grupos dirigentes llevó a que los previamente organizados, por lo demás, bien dogmatismos, fueron los que encabezaron los que se revelaron y mantuvieron esa rebelión contra el régimen de monarquía hereditaria de Hafed y bachar Al Assad, que ha durado 54 años de dictadura. Y como suele pasar, la debilidad de la aparente fuerza de la opresión y la represión ha hecho posible la caída tras más de 12 años de guerra en menos de 12 días, sin que nadie pudiera hacer nada por evitarlo.

Hace casi 13 años, en el instante en el que se pasó de una revuelta/revolución popular a una guerra civil abierta -con azuzamiento del cisma religioso como arma de asalto-, no pocos se reían a mandíbula batiente, cuando se comentó que el escenario era muy similar al de Afganistán en 1979, Kosovo 20 años después y la «Guerra Virtual» vendida por los prebostes de Pentágono y compañía. Muchos jaleaban la invasión de Irak (de la cual, Siria fur una de las «herederas») para expulsar  a un déspota como era Saddam Hussein. Nada mencionaron de un ciclo de sanciones, un 200% -según varios analistas-, más lesivas que las de Versalles, aplicadas sobre Bagdad. Es decir: Grafito de lápices, no, cloro para potabilizar agua, menos aún. Ni PS2, habida cuenta que con todo lo mencionado anteriormente, se podían hacer ADM. 

Armas químicas y bacteriológicas por medio, se vendían a «aliados» como Islam Karimov de Uzbekistán, o bien en el caso de máquinas de guerra volantes/drones, a Ali Abdullah Saleh de Yemen. Por el contrario, como indicó Robert Fisk, la obsesión de EEUU…era Saddam. Posteriormente, fue Assad. Nada dijeron hasta 2003, acerca del oftalmólogo asesino, cuando en prisiones del Sham, entraban presos de Al Qaeda en «rendición incondicional», entregados por la CIA a Damasco. Y de los cuales, nunca se volvía a saber u oír nada. Menos aún vino bien a Assad, dejar paso libre a yihadistas hacia Irak. 

Estos, 8 años después, retornaron con los «deberes hechos» e idearon el monstruo que hoy conocemos como DAESH. Tras la caída de Assad, se podría llegar por desgracia, a un puzzle balcánico, que dejará a Bosnia, Kosovo o Somalia, como un juego de niños.

¿A que se debió que en la amnistía de mayo de 2011, el «presidente», liberase a cientos de integristas y por el contrario, la oposición secular; siguiese en prisión?. Es curioso, que habida cuenta de las credenciales de algunos reos   (Zahran Alloush combatió en Chechenia y Dagestan contra los rusos, Hassan Aboud en Afganistán en los 90′ y Mohamed Golani; fue el segundo de Abu Musab Al Zarqawi -líder de Al Qaeda en Irak-). 

Lo de las banderas y emblemas, vale más obviarlo, pero añado: Ni Jaysh al Islam, Ahrar Al Sham o el Frente Islámico (menos aún Jabhat Al Nusra), usaron la antigua bandera tricolor siria. Cada grupo, tenía su propio estandarte, es más, la rama siria de Al Qaeda, sólo tenía en su iconografía la shahada o Profesión de Fe Islámica, bajo un fondo negro. Los amiguitos de Assad, es decir la Fuerza Quds Iraní, junto a Hezbollah (sin los cuales, no hubiese sobrevivido a las ofensivas de 2013), comparten el mismo anatema/logo. 

Da que pensar. Sí, hubo una campaña de suministro de hardware ligero entre 2011 y 2013, auspiciado por la CIA, hacia el ELS (bajo órdenes de Leon Panetta, David Petraeus, Michael Morell y John O. Brennan). Ello no quita que el régimen no obtuviese pocos útiles de destrucción a través de los ministros de defensa iraní (Ahmad Vahidi) y ruso (Sergey Shoigu). Junto a mercaderes de la muerte, como el traficante de armas Semion Mogilevich. 

Lo que empezó el 15 de Marzo de 2011, principalmente en Dera’a y Homs, fue un movimiento social, que pedía lo mínimo para el ser humano: Dignidad. Que luego, las superpotencias se repartiesen un pastel de muerte, para lograr objetivos geoestratégicos; es otro cantar. Añadiendo que, nadie habla de las brutalidades cometidas en terreno sirio por parte de las Fuerzas Populares de Defensa Iraquíes (que, oigan, actúan en el país vecino) o inclusive, el Movimiento Islámico del Kurdistán / Ansar al Sunna, bajo auspicios del exiliado Mullah Krekar. 

Sí, aquellos, que en la guerra civil kurda de 1995-1996, en villas como Halabja, se dedicaban a rajar gargantas de «malos musulmanes». A los AQI, Ansar Al Sunna, Fatah Al Islam, etc… Assad dio vía libre entre 2003 y 2010 para atacar al ejército de EEUU o a policías del Líbano, sin ni siquiera ocultarlo. Posteriormente, para poder masacrar a la población respondona, asoció a todo movimiento opositor a Al Qaeda o DAESH.

Lo mismo que hace Erdogan, añadiendo la acusación de ser del PKK o TIKKO. Va para largo.