Por José Manuel Alonso
Las elecciones generales de dentro de unos pocos días, adelantadas por Pedro Sánchez al domingo 23 de julio, serán las primeras que se celebran en España en plenas vacaciones de verano: nunca ha habido comicios al Congreso y al Senado ni en julio ni en agosto… Los votantes de Galicia y del País Vasco sí acudieron a los colegios electorales en julio. Lo hicieron el 12 de julio de 2020, superado el confinamiento por la pandemia de coronavirus, pero aún con mascarillas obligatorias…
Estamos a unos días de elecciones generales, que son insólitas, no solo porque se han convocado cuando nadie se las esperaba, sino por una ocurrencia muy sospechosa del todavía actual presidente Pedro Sánchez, que pretende repetir curso, no de un año sino de cuatro… Y esa preparada artimaña ocasiona un serio disgusto a muchas familias, que descansan en alguna residencia distinta a la habitual por sus merecidas vacaciones… ¿La solución?… Votar por correo, que es lo que van a hacer miles y miles de personas… Y nos preguntamos: ¿Quién manda en Correos?… Y si extendemos la pregunta, nos preguntamos: ¿Quién manda hoy en día en Indra, empresa encargada del recuento electoral?…
Esto nos obliga a pensar y estar un tanto preocupados por los resultados electorales, si es que no coinciden con nuestro voto o deseo. Ese verbo de “pensar”, lo utilizaba con frecuencia un gran escritor y miembro de la Real Academia de la Lengua, Julián Marías (1914-2005), que decía: “Un verbo poco usado es ese de pensar, al que se le conceden largas vacaciones de todo el año… Cada vez me asombra más la escasez de pensamiento que se observa en todas las dimensiones de la vida, desde la convivencia personal hasta la política (incluida las elecciones) o las disciplinas intelectuales”. Y añadía: “Se comen y beben alimentos y líquidos que no agradan, pero se supone que son excelentes; se ven espectáculos que ni conmueven ni divierten; se leen libros que aburren, pero están de moda; y se vota a candidatos a quienes no se pueden estimar desde ningún punto de vista” (…)
Los políticos, de vez en cuando, deberían “dejarnos en paz”
Hay otra sorprendente lección, en este caso del periodista y escritor Manuel Alcántara (1928-2019), del que durante años fuimos lectores de sus breves y profundos artículos en diarios vascos… Alcántara escribía: “Lo votos, como nadie ignora, se cuentan, pero no se pasan, tardan por lo menos cuatro años en pasar… La democracia es una curiosa religión aritmética, pero el ser humano no ha encontrado ninguna creencia que la mejore” (…) Y en otro comentario, escribía: “Los partidos políticos, entre ellos, deben hacer las paces. Mas que nada, para dejarnos en paz” (…)
Y recuerdo a un famoso escritor palestino, Edward Said (1935-2003), que comentaba: “¿Por qué en lo más profundo de nosotros desconfiamos de los políticos?… Pues porque son dados a amañar los hechos. Están más interesados en obtener un resultado, cualquier resultado, que en llevar a cabo un largo proceso para conseguirlo” (…) En nuestro país, el mérito y el éxito a la vez se soportan mal. En el mundo anglosajón, en cambio, la envidia sirve de estimulación: “si ese lo ha hecho, también lo puedo hacer yo”. Y aquí, entre nosotros, se dice: “¿Por qué este y no yo?” (…)
Habitualmente, con el calor del verano, tal y como se ha vivido y se está viviendo, parece quedar todo paralizado, sediento, pendiente para septiembre… Es época propicia para la aparición de la indiferencia, la pereza, la necesidad del descanso, el olvido de todo un pasado supuestamente tenebroso, costoso o difícil. Es tiempo para hacerse sentir con el cuerpo fresco, sin ropajes, comunicativo. Nuestro estado de ánimo lo representamos con lenguaje corporal, no verbal. Y es que el verano suele ser estación de baño, de letargo, de siesta, de sueño, incluso de olvido…
Y si la atención la centramos en el periodismo, en los periodistas, ellos han de estar en activo obligados día a día a ser emisores de información, de cuanto pasa y pasará, fechas en las que estamos y las que siguen a continuación, como es este caso, hasta completar el normal funcionamiento con las debidas consecuencias postelectorales, y eso se hace o se deberá hacer en favor de la independencia, la cultura y la libertad… Y es que, además, de atender a la probable nueva situación política, los periodistas compañeros deberán tener en cuenta los problemas que arrastramos, con hechos más bien trágicos, con la inflación que nos domina, la deuda billonaria y la falta real, no la falsa, de puestos de trabajo… A lo que hay que añadir –como se está observando en Francia—la enloquecida inmigración, sin control…
Este verano, probablemente como ninguno otro, los periodistas estarán obligados a informar y mantener una postura firme de compromiso e imparcialidad… Por tanto, trabajarán sin descanso y probablemente lo harán sin recibir contraprestación… Personalmente, este periodista recuerda que, de jovencito, en los primeros años en “La Gaceta del Norte”, vivíamos una postura inteligente gracias a la dirección, pensando en atender al lector con tanta o más atención en el verano, ya que el periódico tenía una difusión tan grande que se leía en toda la costa del Cantábrico… ¿Y cuál era la solución? (…) Muy sencilla: si cogías las vacaciones fuera del verano, recibías un mayor beneficio ese mes, incluso el doble de paga… Eso te permitía ir a pasar una temporada en pleno enero o marzo a zonas marítimas y de calor en el mundo, y mientras tanto el periódico en plena canícula veraniega estaba tan atendido, incluso más, que en todo el invierno…
Ciertamente, nos tememos que este verano en el que estamos va a ver muchos periodistas que no van a poder descansar… Y lo hagan confiados, como lo hacemos nosotros, en que en estas elecciones traerán al menos el principio de una época más positiva, sincera, humana, libre e inteligente… Lo cierto que, como escribía también Alcántara, “las fechas previas a unas elecciones me recuerdan a que la víspera (en la que estamos) suele ser más divertida que la posteriores, al menos para determinados partidos… Por eso se dice que el mejor momento del amor es el de subir las escaleras. Y también lo saben los perros, que mueven el rabo cuando esperan que se les eche comida y no cuando comen” (…) En fin, votaremos como hemos hecho siempre confiados en una mejora humana, social, económica, cultural… y en nuestro caso particular también periodística… ¡Que así sea!…
José Manuel Alonso
Nota.- El pasado 25 de junio fallecía de cáncer, a los 67 años, Andoni Unzalu Garaigordobil, escritor y exparlamentario vasco, gran amigo de este periodista… Unzalu fue secretario general de Lehendakaritza durante el Gobierno de Patxi López. Nació en Abadiño y vivió muchos años en Amorebieta-Etxano, donde llegó a ser responsable del área de Informática de su Ayuntamiento. Estuvo vinculado al corpus ideológico del nacionalismo y se acercó al socialismo vasco hacia 2004 con el impulso de la plataforma Aldaketa (‘cambio’, en euskera), en la que también figuraba Joseba Arregi, ex consejero de Cultura durante la realización, entre otras obras, del Museo Guggenheim, fallecido el 14 de septiembre del 2021, con el que trabajó este periodista… Por el inesperado fallecimiento de Andoni y su enorme obra, no podré dedicarle mi acostumbrado artículo hasta el próximo número de Kazetariak… Espero que mis lectores lo entiendan… Eskerrik asko…