Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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28º ANIVERSARIO DEL GUGGENHEIM BILBAO

Por Isidro Elezgarai.

Han pasado 28 años…

Y los bilbaínos seguimos disfrutando, cada día más, de uno de nuestros grandes símbolos. Una obra que ya forma parte de nuestra piel, de nuestra historia y de nuestro corazón.

Fue idea de un arquitecto genial, Frank Gehry, un bilbaíno nacido en Toronto.

Dicen que, de niño como todos los niños, soñaba con ser «Chaqueta Roja», miembro de la Policía Montada del Canadá…

pero acabó siendo algo mucho más grande: un creador de sueños en titanio y luz.

Frank oyó hablar de nosotros en los peores tiempos.

Cuando el Gran Bilbao se tambaleaba. Cuando nuestros astilleros, las empresas

siderometalúrgicas, las acerías, Altos Hornos, General Eléctrica y cientos de talleres y fábricas bajaban sus persianas.

Unos años en los cuales  la ría, orgullo de nuestra industria, se apagaba.

Entonces, nuestro Eusko Jaurlaritza – Gobierno Vasco, con el cooperativista Lehendakari José Antonio Ardanza (+) al frente —un hombre que entendía de trabajo, de esfuerzo y de empresas— dudaba.

Y con razón.

Porque en su interior pensaba: con lo que cuesta este museo podríamos abrir fábricas, podríamos crear miles de empleos.

Pero Bilbao necesitaba algo más que acero. Necesitaba volver a creer.

Y aquel proyecto cultural se convirtió en la chispa de un renacimiento que nadie imaginaba.

Frank llegó, subió al Monte Artxanda, miró hacia la ría… Y donde antes había muelles oxidados, naves abandonadas y silencio, imaginó un barco de titanio navegando hacia el futuro.

Allí colocó el Museo Guggenheim Bilbao Bilbao.

Un edificio que cambió la mirada del mundo sobre nosotros.

Una obra que nos devolvió el orgullo, la confianza y la sonrisa.

Al principio hubo sorpresa, emoción, expectación… y también oposición.

Hoy, veintiocho años después, el Guggenheim Bilbao es de todos: De quienes lo soñaron, de quienes lo dudaron, de quienes lo visitan y de quienes lo sienten suyo cada vez que pasean junto a la ría.

Y no fue el único paso.

Antes ya habíamos recuperado el aliento con nuestro Metro Bilbao (1995), el más moderno y limpio de Europa.Luego llegó el Palacio Euskalduna Jauregia (1999), un centro Congresos reconocido internacionalmente, con  prestigiosos premios.

Y 5 años más tarde, el BILBAO EXHIBITION CENTRE (BEC) Exhibition Centre (2004), nuestra gran feria expositiva.

Paso a paso, obra a obra, idea a idea, fuimos reconstruyendo la Villa que hoy nos emociona.

Por eso hoy decimos, con la cabeza alta y el corazón lleno:

Zorionak, Guggenheim.

Zorionak, visionarios de Bilbao Metropoli 30.

Zorionak, instituciones, trabajadores, artistas y soñadores que hicisteis posible este milagro.

Gracias a todos vosotros, Bilbao volvió a brillar.

¡¡¡GORA BILBAO!!!