Por José Manuel Alonso
”Grato me es prolongar estos escritos desgarrados de José Manuel Alonso, escritos por cuanto así lo fueron en las páginas volanderas de “La Hoja del Lunes” de Bilbao, que concluyeron con el libro “Picasso, Neruda, Casals / Pablos universales”, idos para siempre de entre nosotros entre la primavera y el otoño de 1973; Picasso o la nueva faz del hombre; Neruda o el lirismo de la épica popular; Casals, o el juglar del violonchelo” (Santiago Amón: 1927-1988) //Picasso no es solamente un momento de la historia de la pintura, sino un momento de la historia del hombre y de la Humanidad. No es solamente una manera de mirar el mundo, sino también una manera de conducirse con respecto a él” (Roger Garaudy 1913-2012)
Este 2023 se cumplen los cincuenta años del fallecimiento de tres grandes monstruos llamados Pablo: Picasso, que muere el 8 de abril de 1973; Neruda, el 23 de septiembre de 1973; y Pablo (Pau) Casals, el 22 de octubre de 1973. A los tres, este periodista les dedicó un libro que se agotó al poco tiempo, libro titulado: “Picasso, Neruda, Casals / Pablos universales” (…) En mi referencia en la contraportada del libro, explicaba la razón que me llevó a escribir y publicar el libro, que “no fue otra que la necesidad de explayarse un periodista con tres personajes que conocí fundamentalmente a través de sus obras, muchas, únicas y ejemplares. Picasso con la pintura; Neruda con la literatura y Casals con la música” (…) Vamos (y volvemos a ir) con los tres geniales Pablos de la cultura…
En la contraportada del libro, escribía lo que hoy, medio siglo después, continúa existiendo: “Este es un libro escrito necesariamente. No hace falta decir por qué ni para qué… Ellos, los tres Pablos, lo han “sabido” (…) Yo me limité a explorar el tiempo que se sobrepasa y rivaliza con la inmortalidad. La duración (y el esplendor) es de ellos, el testimonio también, y el reflejo ha sido de compañeros (as) y admiradores (as) que los amaron y admiraron. Yo: uno de tantos”
“Picasso vino al mundo para sacudirlo y ponerle otros ojos”
Centrándonos hoy en el primero de los Pablos fallecido, Pablo Picasso, en el prólogo del libro, Santiago Amón (1927-1988), genial escritor y gran amigo baracaldés que falleció en accidente de helicóptero muy cerca de Madrid, subrayaba: “Picasso es historia e historia cargada de vigencia, nuestra propia historia, la historia de nuestra mirada…. Porque él ha venido al mundo, como decía Rafael Alberti, para sacudirlo, volverlo del revés y ponerle otros ojos” (…)
Precisamente, de Pablo Picasso, otro Pablo, Neruda, escribió: “La pérdida para la cultura contemporánea es tan grande como si hubiera desaparecido del planeta un continente, un país con ciudades, con ríos, con casas y con gente… Tal vez nunca en la historia del arte hubo un transformador tan poderoso”.
Tan poderoso y de tanto valor económico han sido siempre las obras de Picasso que cinco de ellas han traspasado ya el umbral simbólico de los 100 millones de dólares. Una de ellas, un retrato de vibrantes colores y de grandes dimensiones, de la musa y amante de Picasso, Marie-TThérèse Walter, titulado “Femme assise près d»une fenêtre” (Mujer sentada junto a una ventana) , en una subasta celebrada el 14 de mayo del 2021, alcanzó los 103,4 millones de dólares, incluidos las tasas y los impuestos… Estuvo, eso sí, muy cerca de duplicar el precio estimado de 55 millones que los expertos de la casa de subastas líder del sector habían calculado que alcanzaría… Y más recientemente, el 18 de mayo de 2022, un cuadro de estilo cubista de aquel su año mágico de 1932, en el que Picasso retrató, en este caso desnuda, a esa su musa Marie-Thérèse Walter: “Femme nue coucheé” (Mujer desnuda reclinada) que recaudó 67,54 millones de dólares en una subasta de arte moderno de la Casa Sotheby’sfee de Nueva York…
Lo que está ocurriendo, sobre todo a raíz de la muerte de Pablo Picasso, es insólito, como fue su propia vida, siempre creadora, y en la pregunta que yo conservaba para hacérsela, él la contestó en varias ocasiones de esta manera: “Un artista crea porque tiene que crear, pero él mismo no es sino una partícula insignificante del mundo, y no se le debería prestar mayor atención que a otras muchas personas que nos alegran igualmente” (…) Este genio, nacido el 25 de octubre de 1881, a las once menos cuarto de la noche, tenía este nombre completo: Pablo Diego José Francisco de Paula Juan Nepomuceno Crispín de la Santísima Trinidad Ruiz Picasso…, según reza en la partida de nacimiento, fechada en la parroquia de Santiago, en Málaga…Y como alguien lo definió: ”y desde su niñez, con mirada curiosa y sensible, de niño de Dios, revoltoso, creador y destructor-constructor” (…)
Según Umberto Eco (1932-2016), crítico y escritor de arte italiano, al que nunca olvidaremos, entre otras muchas razones, por ser el autor de “El nombre de la rosa”, escribió: “Si dentro de 100 años se quiere saber qué cosa ha sido la cultura del siglo XX, bastará pasar revista a la obra de Picasso, porque ha concebido el arte como violación de los lenguajes tradicionales; ha considerado el lenguaje como algo que se niega y se renueva continuamente; ha mirado al mundo con los ojos del futuro, divirtiéndose en citar continuamente la cultura del pasado; ha enmascarado su compromiso bajo las formas de la ironía y del juego… Y estos son los mismos méritos y los mismos límites de la cultura contemporánea” (…) La desaparición de Pablo Picasso ha sido comparable a la de Miguel Ángel o Leonardo, “personajes que han dado una impronta verdaderamente total al arte y a la cultura de toda una época”, según Franco Russoli (1923-1977), escritor y crítico italiano. Y según Rafael Alberti, “en la tierra hubo una vez una edad maravillosa, a la que llamaremos picassiana”. Y de su ideología política, Dalí dio con la frase exacta: “Picasso es comunista, yo tampoco”
Aquella entrevista que nunca existió
En los últimos años de Pablo Picasso, este periodista buscó alguna forma para conseguir entrevistarle directamente, y lo cierto es que, pese a mi particular empeño, esa entrevista nunca existió… La respuesta fue clara: “no quiero ni pretendo la fama; con la celebridad sufro físicamente y me protejo como puedo” (…) Y por esa lógica protección, Picasso no contestaba nunca a las cartas y hablaba por teléfono no más de doce ocasiones al año… El grafólogo francés Raymond Trillat hizo un estudio, y lo hizo ignorando de quien era el manuscrito. El dictamen llenó de asombro a todos: “Se ve asediado y arrollado por los demás y él se defiende” (…)
Eso me hace recordar también el empeño de José Luis Merino que, cuando iba a inaugurar la famosa Galería Grisas en Bilbao, donde expusieron los más grandes artistas, escribió varias veces a Picasso y nunca recibió contestación. Así lo manifestaba en un sentido artículo: “en los primeros años de los sesenta me dirigí al genial malagueño por carta donde vivía: en Notre-Dame-de-Vie, Mougins, cerca de Cannes. Le pedía permiso para poner su nombre a una galería de arte contemporáneo que pensaba abrir en Bilbao. No recibí respuesta alguna. Respeté su silencio, por lo que la galería se llamó Grises, en alusión a los «grises» en pintura… Inauguré la galería el 7 de noviembre de 1964” (…) Por ella pasaron hasta un centenar de artistas geniales. Y Merino añade: “después de seis años abierta la galería, tuve que cerrarla por incultura y retrogradez de la burguesía bilbaína, y así lo señalé en el impreso de obligado cumplimiento exigido por las autoridades franquistas de aquellos años” (…)
Algo parecido me ocurrió a mi identificándome como periodista admirador de su obra y ofreciéndole varios escritos y reportajes sobre su “Guernica” (…) Sin embargo, eso no fue obstáculo para que le dedicara parte del libro de los tres Pablos, porque supe seguirle los pasos tan geniales e increíbles por su forma de ser y su genial e insólito comportamiento artístico… Me imaginé que Picasso estaría frente a mí con esa vestimenta que Fernando de Olivier definió de “obrero metalúrgico”. Una vieja gorra, una camiseta coloreada, unos pantalones muy usados, “hechos un acordeón”, y unas alpargatas… Y es que así se presentaba Picasso hasta 1973…, que, como decía Alberti, era “andaluz de millones de ojos con dos ojos profundos” (…)
La pregunta es sencilla: ¿Cómo poder resumir su vida?… Y el responde: “Mi vida ha sido fascinante y dramática, pero nunca trágica. Estoy destinado a seguir y seguir trabajando sin descanso. Soy todo acción, y a veces me siento incluso transportado por una furia creadora. Las ideas se suceden unas a otras en mi mente, en proporción al número de sensaciones que soy capaz de recibir y que registro” (…) ¿Fue su vida enteramente creadora?… “Un artista crea porque tiene que crear, pero él sólo es una partícula insignificante del mundo, y no se le debería prestar mayor atención que a otras muchas personas que nos alegran igualmente” (…)
Si se le preguntaba: ¿qué objetivo tiene pintar?, respondía: “Cuando pinto, mi objetivo es mostrar lo que he encontrado y no lo que busco. Lo que uno hace es lo que importa y no lo que tenía intención de hacer… En el arte, se ha de actuar como en la vida: directamente, y se ha de tener constantemente ante los ojos la presencia de la vida, una vida que actúa de esta manera: te doy un poco de simpatía y tú me devuelves un poquito de afecto… La amistad está por encima de una distinta interpretación de la historia, de las ideas” (…) ¿Y el amor?… “Ah, en el fondo de todo, no existe nada más que el amor y por eso me he pasado mi vida amando apasionadamente” (…)
“La escritura fue mi pasión secreta”
Hubo dos aspectos de la vida de Pablo Picasso un tanto insólitos y a los que dedicó atención y tiempo: el gusto por la tauromaquia y por la escritura. “De los toros lo que más me gusta es el ambiente, el paseíllo y los pasodobles”. Y de la escritura: “ella es mi pasión secreta, tengo poemas con los que se podría llenar muchos volúmenes… Quizá algún día, después de haber desaparecido, apareceré en los diccionarios así: Pablo Ruiz Picasso, poeta y autor dramático. Se conservan de él algunas punturas… Y tal vez pase a la historia como escritor más que como pintor” (…)
Antonio D. Olano (1938-2012), autor de “Picasso íntimo”, en sus entrevistas con el artista destacaba una frase: “Me voy a trabajar. Hay que ganarse la vida y es importante incluso en lo que ella encierra de sorpresa… Soy todo acción, impulso, y a veces me siento transportado por una furia creadora, al trabajo sacrifico todo lo demás” (…) A todo eso habría que añadir el individualismo de Picasso: “Sí, soy un individualista interesado por todas las cosas. He de rendir cuentas tan sólo a mi mismo y no trabajo más que por mi propio impulso… Eso sí, querer trabajar y no poder hacerlo sería algo terrible… Por eso, aunque voy hacia los 100 años, me planté en los 30, que de muy joven creí que era una meta inalcanzable” (…) Y los años que alcanzó fueron los 92… La mayoría de ellos lo hizo “soñando con el azul mar y otras veces he pensado en devolver todo mi trabajo a ese mar; y a mi mente la dejo vagar con toda libertad, igual que una barca sin rumbo; una barca que tarde o temprano se siente atrapada por algo, y si entonces me interrumpen, perdería semanas de trabajo” (…)
Picasso decía que “un cuadro no vive sino por quien lo mira, y así vive, respira, como un ser vivo” (…) Precisamente por eso cada vez que vemos un cuadro de Picasso, le vemos a él, incluso pintándole… Del genial pintor se han hecho numerosos estudios, incluso de sus ojos, calificados de lo más impertinente, y que Lucía Bosé (1931-2020), gran amiga del pintor, decía: “Son castaños. Color miel. Parecen los de un toro, que no se bajan, no se mueven nunca… Mira fijamente… Y tu tienes la impresión de que te descubre íntimamente” (…) El poeta Luis Rosales (1910-1992) lo expresaba de otra manera, a través de sus versos: “Pintas con plomo derretido y cera // cayendo sobre el ojo adormecido, // sobre el ojo sin luz que ha preferido // la quemazón total a la ceguera” (…) Y más adelante, otro cuarteto: ¡Tú nunca morirás, en tu conciencia // para siempre jamás se configura // el gozo de vivir, la vividura // de un niño con mil años de inocencia. Y sus últimos versos: “La Creación sigue abierta paso a paso // y tiene en ti un trasplante de alegría, // la mano eres de Dios, Pablo Picasso, // que hace el mundo de nuevo cada día” (…)