Por M.Urraburu
No está de más recordar que siendo la transparencia un valor fundamental en una democracia avanzada, el derecho a la información pública es un derecho democrático fundamental. La democracia no se reduce a un procedimiento de gobierno y menos todavía a un procedimiento electoral cada cuatro años, como parecen preferir nuestros políticos. La democracia, es también y sobre todo, un sistema de derechos. En particular, el derecho a la información pública permite que, el ciudadano, conozca lo que ocurre en su país en un momento determinado.
Pues bien, a estas alturas ya sabemos que no podemos esperar mucho de una Ley de Transparencia ya sea a nivel estatal o a nivel autonómico en un país donde la cultura reinante es la opacidad. Puede suceder, perfectamente, que terminemos con muchas leyes de transparencia sin haber avanzado nada en la práctica de la transparencia.
En España es frecuente que las leyes se incumplan, o por lo menos, que se incumplan por los que tienen el poder de hacerlo, que es a los que más interesaría controlar. Hay que tener claro que no basta con garantizar derechos democráticos por escrito, aunque sea en una ley Fundamental.
Los derechos deben de ser realmente efectivos y estar realmente a disposición de los ciudadanos . En España las irregularidades son tantas, que casi puede considerarse el funcionamiento normal de las instituciones la excepción y no la regla general. El esfuerzo de la propaganda política por convencernos de lo contrario es enorme, pero no hay más que prestar atención y ver lo que tenemos delante y a diario.
No confío en que el proyecto de Ley de Transparencia se convierta en una realidad. El día a día nos ha demostrado que no podemos confundir declaraciones con hechos. No hay nada en el proyecto de Ley de Transparencia, que por no establecer, no establece ni las sanciones por incumplimiento. Para concluir, no preguntes lo que la transparencia puede hacer por ti, y si lo que tu puedes hacer por la transparencia. Los ciudadanos tienen que exigir trasparencia ya, con ley o sin ella.