Las “Hoja del Lunes” fue el único periódico autorizado a publicarse los lunes desde 1925 hasta 1982, y a la muerte de Franco, salieron nuevos periódicos y los antiguos comenzaron a publicarse también los lunes... La “Hoja” de Bilbao fue un fenómeno de venta y distribución en España, sobre todo en la época franquista, líder junto a las de Madrid y Barcelona, y que se distribuía y leía no solo por todo el País Vasco, sino también por Logroño y Santander... Por desgracia se vio obligada a cerrar poco después de la ya señalada muerte de Franco, con la salida de inmediato de nuevos periódicos en el País Vasco, el primero de todos: “Deia”, experiencia que vivió directamente este periodista (...)

Últimamente, con la aguda crisis en la tirada de los diarios, se está recordando éxitos pasados, sobre todo cuando se sigue perdiendo completamente la buena costumbre de comprar y leer periódicos… Y los periodistas licenciados en la actualidad buscan trabajo donde lo hay, principalmente relacionados con centros de información tanto política como industrial y comercialmente… Y esta crisis de los periódicos la sufren incluso los lectores habituales por el cierre de fin de semana de los pocos quioscos existentes…
Hay, sin embargo, grandes periodistas que lo han demostrado durante años que estudian o analizan éxitos anteriores, y este periodista ha tenido la suerte de ser reclamado por una extraordinaria compañera para recordar precisamente “La Hoja del Lunes” de Bilbao y, por esa razón, se ha puesto en contacto conmigo…
Se trata de Ana José Cancio, una de las periodistas más conocidas y reconocidas de España, sobre todo en el periodismo deportivo, desde 1982, por su enorme trabajo y experiencia en distintas emisoras de radio (Radio Nacional) y de televisión (Televisión Española) repartidas por España, entre otros lugares: de radio: San Sebastián… Su primera experiencia en Televisión Española fue en 1990 como copresentadora y redactora del programa «En jaque» dedicado al ajedrez, que estuvo una temporada en antena… Y nadie puede olvidar su participación, por ejemplo, en el deporte femenino ni en las carreras ciclistas sobre todo la Vuelta a España y el Tour de Francia. En 2004 el diario Marca consideró que era «la mujer que más sabe de ciclismo en España», ya que en su carrera ha seguido 7 ediciones del Mundial de ciclismo, 11 ediciones de la Vuelta a España y 9 ediciones del Tour de Francia… Y durante años ha cubierto prácticamente todos los grandes eventos deportivos… Y un dato curioso: dirigió el programa de TVE “En jaque”, dedicado al ajedrez, que estuvo toda una temporada en antena…
Independientemente de las preguntas que nos haga María José Cancio me permito recordar lo que este periodista descubrió y trabajó durante años para resumir mi experiencia en aquella extraordinaria Hoja del Lunes de Bilbao, ahora recordada y valorada gracias a grandes recuerdos periodísticos…
Precisamente, el éxito de aquella “Hoja del Lunes” de Bilbao, editada por la Asociación de Periodistas durante la época franquista, fue tan grande, que pudo construirse la urbanización de los periodistas en Leioa con la genial idea del compañero y director de la oficina de la Asociación, José Ramón de Basterra… De eso hace ya más de 50 años…
Es ahora, dentro de unos días cuando Ana José Cancio me va a someter a un cuestionario para remorar y mostrar lo que eran aquellas “Hojas del Lunes”, principalmente la de Bilbao, de recuerdo y lección permanente para el periodismo y la comunicación…
Seguramente habrá alguna pregunta y respuesta semejante a las que me hicieron compañeros de varios lugares todavía en aquel entonces estudiosos del periodismo…
Cuestionario sobre “Hoja del Lunes” de Bilbao
En febrero del 2008 este periodista respondía a un cuestionario de una Facultad de Ciencias de la Información… Después de mis datos personales, la primera pregunta fue:
1.- ¿Cuánto tiempo estuvo en la Hoja del Lunes?
Como redactor, trabajando todos los domingos, desde 1970 a 1976. Como colaborador, desde 1969 hasta que, con la muerte de Franco desaparecen ls “Hojas del Lunes” , y abandono el diario “La Gaceta” para irme al recién creado diario Deia, en 1977.
2.- ¿Puesto fijo y/o colaboración esporádica?
En los años en que yo estuve, “La Hoja” la realizábamos entre cuatro personas, formando equipo, con un director… Nos ocupábamos de todo, durante la semana (con secciones que escribíamos y preparábamos en páginas de lunes a sábado) y los domingos, con este horario: De siete y media de la tarde, al cierre, sobre las tres de la mañana. La labor del domingo era prestar atención a todo lo ocurrido ese día para publicarlo el lunes, fundamentalmente las secciones de local, nacional y deportes; lo demás, varias secciones generalmente fijas, estaba ya elaborado…
No había categorías, aunque por el trabajo que nos repartíamos los cuatro periodistas (Manuel Igarreta, Joaquín Goñi, José Luís Blanco Zamora y yo) hacíamos labor de jefes de sección o redactores-jefes, con mando y dirección sobre los servicios de agencia, secciones de local y deportes. Mi misión los domingos era fundamentalmente Deportes, con un número elevado de páginas, dedicadas al Athletic fundamentalmente, pero también a otros equipos vascos y al Logroñés, ya que nuestra Hoja era también la de Álava y la Rioja, así como a otros deportes, principalmente pelota vasca.
Además de eso, los cuatro redactores del domingo teníamos otras funciones durante la semana. Personalmente llegué a tener hasta cinco secciones: “Tema Vivo-Tema de Opinión”, entrevista o encuesta semanal; “Lunes Cultural” o “Tertulia de las Artes”, dedicados a la cultura en general y al arte en particular; “Nuestro Periódico”, espacio elaborado por un equipo de niños y niñas distinto cada semana; “Página abierta”, dedicada a los jóvenes y/o a las asociaciones; e incluso “Club del Lunes”, un espacio donde se intentaba destacar el contenido informativo de la publicidad...
3.- ¿Por qué y cómo entró a trabajar en “La Hoja”?
Los trabajadores fijos de la Redacción (no necesariamente los colaboradores) eran asociados y elegidos por la Junta Directiva correspondiente. Por tanto, me eligieron y propusieron, y acepté porque era una forma de realización personal y profesional, un trabajo con más autonomía que “La Gaceta”, y la remuneración, sin ser alta, ayudaba a terminar el mes...
4.- ¿En qué otra publicación o que otro trabajo?
Con la muerte de Franco, dejo “La Gaceta” para fichar por “Deia”, y dejo “La Hoja” también, incluso antes porque tuve otras ofertas, concretamente en la recién creada Universidad, con la primera Escuela y después Facultad de Periodismo, que fundé...
5.- ¿Hacía lo mismo en “La Gaceta” que en La Hoja?…
No. Ni hacía lo mismo ni tenía el mismo puesto. Yo en “La Gaceta” estuve en tres secciones: Local, Deportes y Cierre. En Deportes, principalmente como cronista del Athletic, lo hice debido a la dimisión de “Joma”. Entonces, siendo yo un crío, me llamaban “chupetín”, se me encargó –por haber jugado al fútbol cuando estudiaba-- escribir del Athletic, lo que acepté con la condición de dejarlo cuando quisiera... Así se hizo y trabajé también en el Cierre del periódico (trabajo de noche) como castigo porque denuncié al periódico ya que en temas locales o regionales, sobre todo de los que entonces se entendían como “orden público” y/o política, me cambiaban los textos que escribía manteniendo la firma... Me opuse a ello y hubo de responder la justicia a mi favor... A cambio, me castigaron a la noche durante años, trabajando junto a un censor que de vez en cuando me obligaba a retirar textos o cambiar incluso páginas enteras. En La Gaceta ocupé siempre el puesto de redactor...
6.- ¿A qué compañeros recuerda de sus tiempos en “La Hoja”?
Además de los citados y a casi todo el taller de La Gaceta que trabajaba con nosotros los domingos, principalmente a su regente Pablo Alvarez, y recuerdo también ¡cómo no! a José Ramón Basterra (por su personalidad, por su gerencia y por sus crónicas del Athletic), a Juan Rivechini, que llevaba la administración del periódico y la Asociación de la Prensa, a Alfonso Ventura, Félix García Olano, Antonio Guerrero, Antón Eguía, Joaquín Benito, Miguel Ángel Astiz, etc.
7.- ¿De dónde procedía la gente que trabajaba en la Hoja?
En su mayoría, de La Gaceta, salvo alguna persona vinculada al Correo, como fue el caso de Antonio Guerrero, más preocupados de defender lo que afectaba a ese medio y a su entorno que de intervenir en la elaboración de La Hoja. Eso sí, en momentos delicados, de amenaza de expedientes, intervinieron...
El papel de la Asociación de la Prensa con La Hoja no era otro que el de ceder la responsabilidad a la Junta Directiva. Los asociados, salvo excepciones, no intervenían para nada, preocupados de sus ayudas asistenciales y económicas, que eran importantes en aquel entonces. Un dato: cuando te contrataba algún periódico, te advertían de que además del sueldo –más bien bajo- tenías que añadir una cantidad procedente de los “ingresos” de la Asociación, todos ellos consecuencia del éxito de La Hoja.
En la realización del periódico no intervenía “La Gaceta” salvo en lo económico: se le pagaba bien y puntualmente, a la empresa y al personal que cedía del taller.
En cuanto a las ideas políticas, ideológicas, económicas, etc., en los años en que estuve yo se respetaba la pluralidad y la independencia. El equipo que trabajábamos nunca tuvimos problemas y si había alguna duda decidíamos por mayoría o consultábamos –en casos delicados-- al director, que intervenía lo menos posible, salvo en aquello que podría repercutir en el cierre del periódico o en la suerte de los otros periódicos y de la Asociación.
Una anécdota divertida: “Villar agredió a Cruyf en San Mamés a los pocos días de que la Real Academia de la Lengua Española aprobara el término “ostia” (sin “h”) y tuvimos la duda de si publicar en primera página este título: “Ostia de Villar a Cruy”. Nos juntamos “los cuatro periodistas” y por mayoría absoluta decidimos que “sí”, y ahí estará, en la colección del periódico. Otra anécdota más grave: Por unas informaciones y opiniones sobre educación universitaria, el ministerio nos amenazó con el cierre del periódico si seguíamos publicando lo que ocurría... Sin consultar al director (que normalmente no acudía al periódico), decidimos continuar… hasta una nueva amenaza con solución política.
8.- ¿Cómo fue “entrando” El Correo en La Hoja?
Lo desconozco. Yo no estaba allí. El tiempo en que estuve, el Correo estaba más atento a la Asociación que al periódico. Había, sí, alguna opinión particular de algún redactor, pero los que hacíamos el periódico no lo teníamos en cuenta o le ofrecíamos espacio para manifestar su opinión, que generalmente no utilizaba, creemos que por razones de orgullo profesional (todos contentos con La Hoja que se hacía) y por descanso o anonimato personal.
9.- ¿Tenía La Hoja un Consejo de Administración o algo parecido? ¿Quién lo nombraba y en función de qué criterios?
El Consejo era la Junta de la Asociación, de acuerdo con la gerencia y el presidente de la Asociación. Esa Junta la elegía en Asamblea y se encargaba de formar el equipo de La Hoja.
10.- ¿Cuáles eran las relaciones de La Hoja con el resto de los periódicos, especialmente a nivel de dirección, línea editorial, postura política, etc…?
Ninguna, como ya he dicho, sólo económica con La Gaceta, puntual en algún caso particular con El Correo, y de consentimiento y no intervención por parte del diario Hierro.
11.- ¿Quién “mandaba” realmente en La Hoja del Lunes, a nivel de Redacción y a nivel Empresarial? ¿Qué papel jugaba en todo ello la Asociación de la Prensa?
Mandaba el “equipo” y sus colaboradores. Había control administrativo por la gerencia e intervención de la dirección o de la Junta en muy determinados momentos. El “equipo” sabíamos qué podíamos y qué no podíamos publicar, pero Madrid y la censura del Ministerio (en palabras del delegado de Información y Turismo de entonces) eran conscientes de la difusión y el interés de la Hoja, y su cierre en determinados momentos hubiera sido un golpe muy fuerte a nivel de toda España... Solía, eso si, haber ciertas advertencias que vivió este periodista en varias ocasiones con distintas amenazas de la propia Administración Política... Además, las opiniones más avanzadas o las más politizadas solían ser la de colaboradores con firma o seudónimo conocido, y/o la de recortes de los periódicos o revistas más abiertos e independientes... Manuel Igarreta tenía una sección semanal en la que elegía aquello que provocaba más interés de lo publicado por los medios españoles, y tampoco era justificación cerrar nuestro periódico si antes no se cerraba el primero en publicar aquella opinión o información...
12.- ¿Había discrepancias internas (religiosas, políticas, sociales, etc…)?
Entre los que hacíamos en periódico, ninguna, o si la había se respetaba la pluralidad y también la mayoría. Creo que ese fue uno de los éxitos de La Hoja, la “pluralidad plural” y el escribir “entre líneas”, así como el de utilizar aperturas indirectas, por ejemplo, la labor de Miguel Ángel Astiz, a través del folklore y la fiesta vasca, el espíritu sentimental e incluso nacionalista vasco; o los trabajos de Félix García Olano, por su extraordinario interés social y crítico…
13.- La Hoja, ¿era un periódico “libre” donde los periodistas –sus propietarios- se lo guisaban y se lo comían a su aire?.
Salvo excepciones y sutilezas apuntadas, así era. Al menos así lo viví y sentí yo mientras estuve trabajando en la Hoja...
14.- ¿Puede decirse que La Hoja tenía una línea editorial propia, diferente a los otros medios de comunicación: prensa, radio, televisión…?
Las Hojas del Lunes no tenía editoriales, por tanto, no reflejaba su ideología institucional. Sólo publicaba editorial cuando se le obligaba --orden del ministerio-- desde Madrid, que generalmente era el mismo editorial que el de otros periódicos, aunque, astutamente, el encargado de ello (Manuel Igarreta) o hacía ver que ya se había publicado en otros periódicos o justificaba su negativa afirmando que no había llegado el texto al periódico porque teníamos mal el servicio de teletipos.
Voluntaria o involuntariamente, el “equipo” de la Hoja utilizábamos alguna norma sencilla para garantizar la independencia informativa: ofrecer los hechos al lector tal y como hubieran ocurrido, llamando a las cosas por su nombre a pesar de que eso irritara e incomodara. Teníamos la ventaja de salir solamente los lunes y de que era un día más propio de opiniones deportivas que de las otras, aunque éstas las tuviéramos bien repartidas por las distintas secciones y/o páginas, con lectores muy fijos que entendían siempre lo que queríamos decir o significar…
Por tanto, la Hoja se valía de la opinión, juicio o criterio de sus colaboradores (en su mayoría asociados) o de los “recortes” de la prensa española y extranjera, sobre todo francesa e inglesa. Respecto a otros medios, informativamente se decía que la Hoja era prima-hermana de la Radio Popular de entonces, y prima parcial del despliegue informativo-político de la Cadena Ser… Respecto a la televisión, ya se sabía, quedaba en “casa”, en la suya, la mejor por ser la única. Lo que sí era muy distinta nuestra Hoja con respecto a las otras de España, en todo…
15.- En aquellos tiempos del tardofranquismo y la transición, ¿la Hoja estaba posicionada políticamente?…
Me gusta ese término de “tardo-franquismo” porque los tantos años de Franco obligaban a estar permanentemente en guardia, aprovechando cualquier pequeña apertura en cualquier campo, incluso el deportivo. La Hoja si no estaba posicionada, su lector entendía que estaba, sobre todo aquel que seguía leyéndola y entendiendo lo que se quería decir sin llegar a decir del todo. Creo que se desprendía, en casi todas las páginas, un deseo ferviente por la democracia y la libertad. No creo que tuviera una postura nacionalista, al menos clara, y desde luego el equipo que la hacíamos no éramos nacionalista ninguno… Además, hubiera sido un grave error, porque la Hoja se vendía muy bien en dos territorios: Álava y Rioja…
16.- ¿Cómo y cuáles fueron las relaciones con el franquismo, el régimen, la iglesia, los políticos, los partidos, los sindicatos?…
Creo que está contestado. Relaciones directas, ninguna. Algún enfado y amenaza de delegados, gobernadores y ministerios, pero nada más. Creo que, con la iglesia, nuestra postura era la de los curas más avanzados, con colaboraciones de nuestro compañero Félix García Olano, o el apoyo a Antonio Añoveros Ataún (1909-1987) y los curas vascos... En cuanto a la relación con los políticos y partidos, ninguna, salvo la que se mantenía con las asociaciones de familias y vecinos, así como las de carácter cultural; y con los sindicatos, más con los horizontales de la oposición (huelgas, convenios y unos de mayo) que con los verticales del poder, sobre todo en cuestiones sociales y educativas. Una anécdota: había un grupo de masones que sólo se atrevían a mantener contacto con nosotros, por seguridad y confianza en los que hacíamos el periódico...
17.- ¿Con el nacionalismo llamado “democrático”?
Ya he contestado. Ninguna relación efectiva, y menos aún directa. Sólo recogíamos noticias, muy semejantes a lo que hacía, por ejemplo, Radio Popular...
18.- ¿Con el otro “nacionalismo”, el etarra?
Ninguna, que yo sepa. La Hoja perdió a uno de sus mejores periodistas colaboradores, redactor-jefe de “La Gaceta del Norte”: José María Portell, asesinado por ETA, y sólo mantuvo “relación” con los hechos (asesinatos, atentados, etc) y no con las personas. También vivimos directamente algún secuestro y siempre respondimos con amplia información... Era un tema tan gravísimo, mortal, como delicado, entre otras cosas porque se sufrían amenazas continuamente...
Nos pilló algún secuestro y respondimos con amplia información... Era un tema este tan grave como delicado, entre otras cosas porque se sufrían amenazas continuamente...

19.- ¿Y problemas, en general y puntuales, con la censura; gobernadores civiles, etc…?
Lo ya indicado. La clave era la postura de los otros periódicos, que ya se ha señalado, y el peso que tenía en España la misma Hoja del Lunes de Bilbao... Recuerdo un estudio de entonces que además de las revistas nacionales semanales, “Triunfo” y “Cuadernos para el diálogo” fundamentalmente, se destacaban periódicos –por su atrevimiento e interés- como “El Norte de Castilla” de Valladolid (con Miguel Delibes), el “Diario de Mallorca”, y algunas cosas de La Vanguardia, el Ya y Pueblo. Pero de los lunes, sólo destacaba principalmente una Hoja, la de Bilbao...
20.- Temas, momentos, sucesos “estelares” de la historia de La Hoja: amnistía, ikurriña, pastoral de Cirarda, huelga de Bandas… Actitud / postura ante los hechos comparada con la de otros medios de comunicación.
Habría que volver a ver los ejemplares, pero creo que era clara a favor de la ikurriña como reivindicación justa, y mucho más clara a favor de la amnistía, la pastoral de Cirarda (antes, el intento de expulsión de Añoveros, con amplísima información), huelga de Bandas, etc.
De la Amnistía realicé personalmente un trabajo que me sirvió para el doctorado, y recuerdo que tuvimos problemas con el manifiesto y la información del 8 de julio de 1976 en Santurce a favor de la amnistía y la libertad. Pese a que ocurrió después de la multitudinaria de Bilbao (“a favor de las libertades nacionales y la democracia”), y en la “manifa” de Santurce intervino la policía y murió Norma Menchaca, “Normi”, una mujer casada, de 45 años, madre de tres hijos, además de tres heridos de bala y numerosos detenidos.
En el tema de Bandas, por ejemplo, información semejante a la que tuvo (ejemplarmente) el “Hierro” de entonces. Hubo otras huelgas que nos trajeron serios problemas, como las de la educación, alumnos de Magisterio y Escuelas; y las universitarias, en Económicas (junio de 1974) y Deusto (expedientes incoados a treinta estudiantes y amenazas a profesores de grupos “ultra”), así como en los primeros meses de la Facultad de Medicina de Lejona… Hubo amenaza de bomba también en Periodismo, donde daba clases este periodista…
Además de todo eso, en la Hoja del Lunes prestamos atención y dedicación especial a los problemas de contaminación y Margen Izquierda (en esto se distinguió José María Portell), a las Asociaciones de Familias y Barrios, así como a los temas de la Juventud (participación activa a raíz de la I Semana Nacional de la Juventud en Valladolid y otras semanas en Baracaldo, Sestao y Getxo) y la Cultura, con promoción y apoyo a campañas concretas a favor de la educación y del arte popular (para todos), así como de “El Periódico y el Teatro en la Escuela” y de la Universidad Pública, reivindicando concretamente facultades como la de Derecho, Filosofía y Ciencias de la Información.
Recuerdo (por mi participación personal) un movimiento a favor de una Casa de Cultura en Getxo, que acabó prometiendo el alcalde; y pedimos insistentemente desde las páginas de la Hoja un Museo de Bellas Artes más abierto al público en general y otro Museo, de arte contemporáneo, al margen del existente… Eso provocó un nuevo interés, que desembocó en la oferta de Elorrio, en un palacio de aquella localidad, y posteriormente en el cubo de la Alhóndiga, primero, y el Guggenheim de Bilbao, después, de los que conozco con detalle la historia puesto que trabajaba como responsable de información del Departamento de Cultura del Gobierno vasco junto a Joseba Arregui, el consejero, personaje clave en la creación del acuerdo con los norteamericanos y con el museo, así como el hecho de que se levantara en un Bilbao en plena crisis…
Volviendo a la pregunta, en todos los casos, en la Hoja, respecto a la información, éramos fieles a los hechos, reflejando las opiniones de unos y otros… ¿Provocábamos algunas reacciones irracionales?… Pues puede que sí. Un dato: a raíz de una entrevista que realicé a un ganadero cántabro sobre la leche y la carne recibí numerosas amenazas de muerte, y la escenificación de un chantaje a mi familia, no a mí…
21.- La Asociación de la Prensa, además de editar la Hoja, ¿tenía otras funciones?, ¿cuáles?, ¿quiénes y con qué cometidos específicos trabajaba la Asociación?
La Asociación cubría las necesidades asistenciales: sanitarias fundamentalmente; también de vivienda --cooperativa para casas de los periodistas en la Urbanización de Leioa--, jurídicas y sociales... Ejemplo: para los huérfanos de periodistas. Además había otro tipo de ayuda, como una buena cesta en Navidad o algún viaje turístico (conseguidos por intercambio de “cromos” con empresas a través de la publicidad) y una ayuda monetaria a final de cada mes...
En la Asociación sólo estaban los periodistas que aparecían en el Registro Oficial o éramos ya licenciados en Periodismo… Aun así, tenían que estar en nómina en el medio correspondiente (generalmente la prensa) e incluso esperar a su inclusión por aprobación de la Junta Directiva de la Asociación. Por lo demás, los periodistas nos reuníamos oficialmente una o dos veces al año, en asamblea, misa y/ o comida de hermandad. Y nos reuníamos con mucha más asiduidad fuera o dentro de la propia Asociación…
22.- La Asociación de la Prensa de aquel entonces se mantuvo en activo pese a la “muerte” de la Hoja, y cabe preguntarse: ¿cuáles fueron las causas reales?: competencia insostenible de las editoriales, descenso de lectores, descenso de los ingresos publicitarios, dejación de los periodistas ante una mejora de sus condiciones laborales (mejora de salarios, seguridad social…), motivos políticos…?
Supongo que la respuesta está en los “caminos” de la pregunta, sin embargo prefiero no opinar porque yo no estaba en la Hoja entonces... Hay que tener en cuenta que la Hoja del Lunes de Bilbao creyó en la inercia del éxito y aguantó más tiempo que muchas otras, sin embargo fue perdiendo capacidad competitiva por el “esfuerzo” de los otros periódicos –con muchos más medios, experiencia e intereses como El Correo y el Diario Vasco, incluidos los de carácter político: Deia y Egin, así como Hierro, y la imposibilidad de que los mejores periodistas de entonces trabajaran en la Hoja. Creo también que influyó decisivamente la caída en vertical de La Gaceta del Norte en beneficio sobre todo del Correo...
23.- Hablando de ingresos, se supone que la fuente principal, si no prácticamente la única, sería la publicidad. En tal sentido, ¿la Hoja amortizaba simplemente gastos u obtenía beneficios? ¿Cuál era el destino de esos beneficios?
La publicidad era importante y cabría distinguir el trato que la Hoja dispensaba al publicitario, con más atenciones e incluso con aportaciones nuevas en sus páginas, como los anuncios inmobiliarios y de agencias de viaje que tanto se utilizaron después en los diarios... Pero además de la Publicidad, la Hoja se valía de una extraordinaria tirada, que aumentaba hasta un 50% en fechas en las que había alguna noticia extraordinaria (recuerdo el accidente del tren entre Sopelana y Plencia de un domingo veraniego) y cuando el Athletic ganaba, sobre todo fuera de casa. Y dado que la Hoja se vendía sólo en kioscos (no había suscripciones), la venta dependía mucho del día meteorológico que hiciera, bajando mucho aquellos días en los que llovía torrencialmente, y subiendo cuando salía el sol...
Con respecto a los beneficios, ya he indicado que iban para los asociados (ayuda asistencial-social y ayuda económica y/o de vivienda) y la Federación de Asociaciones (FAPE) en Madrid, que se ocupaba de algunas ediciones profesionales y de algunas ayudas a jubilados y huérfanos.

24.- ¿Para qué sirve la Asociación de Periodistas Vascos?. ¿Quiénes y con qué funciones específicas la componen?…
La Asociación tiene y ha tenido siempre unos estatutos concretos que se pueden consultar en la propia oficina de la AP o en la página web suya, y en la de la FAPE...
25.- ¿Le supuso algún tipo de “trauma” la desaparición de la Hoja? (Personal, emotivo, profesional, económico) / ¿Le pareció una “cacicada” y/o una injusticia?… ¿Pasó lo que tenía que pasar?…
Evidentemente, al menos el “trauma” emotivo, del buen recuerdo, además del profesional más que el económico, salvo la ayuda existencial, que era importante: cubría, por ejemplo, el Igualatorio Médico de la familia. A mi juicio hoy las empresas de los diarios sufren el que no haya un solo día de descanso, como lo había antes todos los domingos...
26.- ¿Y a sus compañeros?
Todos perdimos. Hubo debates y ganó el capital empresarial, que engañó a los trabajadores con promesas que no se cumplieron. Fue una de las pocas veces en la que la parte empresarial se puso de parte de lo que hacía Madrid, que fue quien inició la salida, aunque justo es destacar que parece que hubo una excepción: la empresa de el Correo y el Diario Vasco estaban en contra y optaron por salir porque lo hacía “Deia” (al menos así lo justificaron), salida impulsada por razones políticas del momento...
27.- ¿Cree que las Hojas del Lunes eran un “privilegio” para unos cuantos (como alguien ha sostenido) o que realmente cumplían una función necesaria?…
Indudablemente creo que, sobre todo, cumplió una función y la hubiera cumplido aún mejor en estos tiempos dominados por sectores ajenos a la propia información y a la profesión periodística. Es evidente de que el franquismo planificó la situación de los medios tratando de controlar a empresas y profesionales, pero en el caso de Bilbao, aunque había control no podía evitar algo que va unido a la independencia y la autonomía, así como a la ética: el éxito. El franquismo concedió, en cada provincia, un periódico diario al Movimiento, un periódico diario a la Iglesia, un periódico diario a la Empresa, y un periódico semanal a los profesionales, y en todos los casos sabía que tenía la sartén por el mango, no sólo por razones políticas y de poder, sino también económicas: con la subvención del papel y otro tipo de concesiones.
28.- La maniobra para cerrar las Hojas, ¿ha sido, al final, rentable para las editoriales que tuvieron que asumir costos extras por salir también los lunes? La publicidad lo paga todo, pero… (La “maniobra” en cuestión comenzó, por cierto, el 15 de octubre de 1980: Gregorio Peces Barba, portavoz del grupo parlamentario socialista presenta al Congreso de los Diputados una proposición de ley sobre Libertad de Edición de Impresos Periódicos sin limitación de fechas)
Por lo que sé y he vivido, la gran mayoría de las empresas periodísticas de hoy (probablemente todas) estarían encantadas de ceder económicamente la edición de los lunes para evitar el costo añadido (algunas con otra Redacción distinta) los fines de semana, fundamentalmente los domingos. Lo harían por razones económicas, pero dudo de que lo hagan por aspectos políticos y de poder, incluso de formación de personal. Las empresas se han inventado los “Master”, consiguiendo un dinero por la matrícula y unos trabajadores baratos que le hagan tareas que hoy le saldrían muy caras, como son la de los domingos. Además, hay que tener en cuenta que los periódicos de hoy dependen de empresas mayores, multimedias, en las que hay personas/trabajadores multifuncionales (prensa, radio, televisión, Internet, etc) y que los diarios son muy distintos de martes a viernes que de sábado a lunes. Los fines de semana se realiza un periódico muy distinto, siguiendo el modelo que ya hacíamos con la Hoja de Bilbao: elaborado entre semana, con secciones fijas y reportajes, muchos de ellos enlatadas o, como se decía, en la nevera.
29.- Finalmente, ¿cree usted que las Hojas tendrían que volver? ¿Por qué “sí” o por qué “no”?.
Desde el punto de vista democrático, independiente y profesional, deberían volver, pero no va a ocurrir por lo ya señalado... Hay demasiados intereses en juego para ceder un solo día de la semana. Eso creo. La prensa y los/las periodistas están en gravísima crisis y debería buscarse una solución, como la que este periodista siempre ha defendido: la enseñanza de una asignatura elemental previa a la Universidad... y nadie mejor para dar esa asignatura que los licenciados precisamente en Ciencias de la Comunicación...
José Manuel Alonso