Por Julen Rekondo
Hace mucho, mucho tiempo, la Navidad era una celebración familiar y hace aún más, una conmemoración religiosa. Hoy es fundamentalmente una fiesta del consumo. Pero, en mi opinión, necesitamos hacer realidad lo de menos, de todo lo que suponga generación extra de CO2: energía, productos y servicios. Y más tiempo para el encuentro con los seres queridos, los paseos por la naturaleza, los saludos y los abrazos, y podemos ‘regalarnos’ un vistazo a la página ‘footprintcalculator’ para determinar nuestra huella ecológica, es decir, cuánto contribuimos al desastre climático con nuestras actividades y hábitos de consumo.
Cuanto menos gastamos más cuidamos el planeta, porque fabricar, transportar, envolver y desechar objetos o alimentos precisa energía y produce dióxido de carbono y otros gases que provocan el cambio climático, el mayor desafío que tiene en la actualidad la humanidad. Y estos días gastamos mucho: somos el segundo estado europeo con un mayor presupuesto de gasto navideño, solo por detrás de Reino Unido.
Lo mejor es regalar experiencias en vez de cosas materiales, y no debemos sentirnos obligados a gastar más y más, y en consumir. Hemos superado todos los límites de la sostenibilidad. Sabemos que cada año se avanza más en el día de sobrecapacidad, que es la fecha en la que la demanda de recursos y servicios ecológicos de la humanidad en un año concreto supera lo que la Tierra puede regenerar en ese año. Esa fecha es calculada por la Global Footprint Network, una organización de investigación internacional.
La humanidad, como media, necesitaría 1,75 planetas para satisfacer sus demandas de recursos naturales. Pero las diferencias son muy grandes dependiendo de cada país: de los 9 planetas que consume Qatar, a los 5,1 de EE.UU, o los 2,8 de España… a los 0,3 planetas de Yemen. El modelo actual de producción y consumo es una de las principales causas de la crisis climática y la destrucción de la naturaleza. Tenemos que cambiar la forma de vida: desde el modo en el que consumimos y producimos los alimentos, a cómo nos movemos, cómo conseguimos nuestra energía o cómo y en qué se invierte nuestro dinero. ¡Felices Fiestas!
