Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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EL CABREO NACIONAL

Por M. Urraburu

No descubro nada nuevo al afirmar que los ciudadanos están empezando a estar hartos de la clase política. ¿Y qué hacen nuestros políticos?. Pues ocultarse  tras el escudo protector de su intocable condición.

Solo unos ejemplos que demuestran y justifican el cabreo: el cierre  de filas sobre corrupciones propias. Su inmunidad parlamentaria – como una más  en su larga lista de privilegios – cuando, especialmente ellos, debieran actuar con la transparencia que exigen, por ejemplo, al contribuyente.

Los ciudadanos percibimos que la mayoría de las autonomías son un despilfarro. Miles de organismos políticos absolutamente  prescindibles, televisiones autonómicas y municipales al servicio de sus líderes regionales dilapidando millones de euros, y un sinfín de empresas públicas e instituciones donde se da trabajo a sus militantes.

Creo que los ciudadanos entenderíamos el esfuerzo que se nos pide, si apreciáramos que la Administración es la primera en apretarse el cinturón y se redujera el número de puestos de trabajo de libre designación, sin olvidarnos de la falta de control y permisividad existente en las distintas administraciones. La partidocracia se ha profesionalizado: no llegan  al poder los mejores, sino los que desde muy jóvenes se han dedicado a gestionar influencias e imponer la disciplina de la jerarquía. Para otra ocasión, dejare las condiciones laborales de estos  “trabajadores”, que muchos quisieran en la empresa privada

Demasiados cabreos contra una clase política muy desacreditada y con una falta de autocritica vergonzosa. Es cierto que hay políticos honrados pero, no es menos cierto de que cada vez mas son los que viven de la política y no para la política. Ellos dicen que, son los ciudadanos los que deciden con su voto. Si, pero esos votos, en este modelo constitucional, se han convertido en cheque en blanco para que un partido pueda despreocuparse durante cuatro años de la voluntad popular. En situaciones de crisis, las instituciones han de ser las primeras en mostrar austeridad y transparencia. Tras las elecciones municipales, dan vergüenza los aumentos establecidos en algunos ayuntamientos. Y, después, el Senado …