Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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EL Colibrí – 2

Por Koldo Saratxaga, fundador de NER by K2K e impulsor de Ner Group

LA PRESENTACIÓN

Hace unos días me encontré con un viejo archivo que contenía la presentación que me hizo un encantador humano como introducción a una charla coloquio en el Museo de Navarra. Lo pasé a escritorio y, cada vez que lo veo, aparece mi nuevo amigo el Colobrí-2 indicándome que no sea egoísta y que lo comparta con quien lo desee.

Esta vivencia va a ser gratificante y, a la vez, ilustrativa de cómo la vida te ofrece oportunidades de convivir con gente que no camina por las vías trazadas por otros, que gusta de hacer nuevos caminos y que, además, son capaces de llenarte de energía positiva y paz interior.

Me encanta la sensibilidad que demuestra este pequeño, pero positivo, nuevo compañero de viaje Colibrí-2.

Todo empezó cuando una enamorada de nuevos estilos educativos, y buena amiga gipuzkoana, me envió un vídeo sobre ‘Aprendizaje basado en retos’; tres meses más tarde, me llama para un encuentro en el Museo de Navarra para tratar sobre ´Cooperar en lugar de competir’. El encuentro fue un éxito; el hermoso salón se llenó de profesores y profesoras con quienes mantuvimos un interesante cambio de impresiones.

La sesión comenzó con una presentación que resalta sobre las muchas que he escuchado en mis casi tres décadas de situaciones parecidas. Es la más querida y recordada tanto por la persona, como por el cómo y por lo que contiene. Esta es la copia que recibí tras mi petición de querer recordarla.

Koldo Saratxaga Sopuertan, Bizkaian, jaio zen (1947) enpresa gizona da. Ingenieritza teknikoa ikasi ondoren enpresa munduan aritu da, kudeaketa edo management arloan.

Hamaika zereginetan aritu da. Enpresa kudeaketan jardun du, egoera larrian eta krisiak jota zeuden enpresak altxatzen (Irizar). Hierarkiarik gabeko eredua defendatzen du, motibazioa lantzea, botere, ardura eta uzta banatzea izan da bere ardatza. k2k aholkularitza enpresa sortu zuen eta beranduago ‘ner group’ egitasmoa bere ideiak zabaldu nahian.

Koldo Saratxaga parte de una constatación: el mundo cambia, muy deprisa, y este cambio debemos hacerlo desde las personas. En sus intervenciones propone una visión de lo deseable y lo evitable. Un mapa que nos recuerda a dos personajes que tienen un huella lejana en este Museo de Navarra: Procusto y Arquíloco.

Una. Procusto y Teseo.

En este Museo existe un bello fragmento de mosaico que tiene como protagonista a Teseo en su lucha contra Minotauro. Pero Teseo también tuvo que ver con otro personaje: Procusto (estirador, controlador). Este personaje de la mitología griega, supuesto hijo de Poseidón, era un bandido que tenía su casa en las montañas, donde ofrecía posada al viajero solitario. Allí le invitaba a tumbarse en una cama de hierro donde, mientras el desgraciado dormía, le amordazaba y ataba a las cuatro esquinas. Si la persona era alta, y su cuerpo era más largo que la cama, serraba las partes del cuerpo que sobresalían: los pies y las manos o la cabeza. Si tenía menos longitud que la cama, le descoyuntaba a martillazos y estiraba su cuerpo.

Esto hizo Procusto hasta que apareció Teseo, que invirtió el juego y le retó a comprobar si su propio cuerpo encajaba con la cama. Teseo le engañó, ató a la cama y allí torturó para ajustarlo, cortándole a hachazos los pies y, finalmente, la cabeza. Matar a Procusto fue la última aventura del viaje de Teseo antes de regresar a Atenas.

Procusto niega que las personas seamos diferentes y defiende que se pueda distorsionar la realidad para que se asemeje a nuestro prejuicio. Y, en una paradoja trágica, tampoco es capaz de dar la medida que suponía era la suya.

A Koldo Saratxaga es seguro que no le agrada el personaje de Procusto. En sus intervenciones aboga por las personas como seres irrepetibles, por la escucha, la comunicación desde el sentimiento y la acción, la transparencia, la confianza, la generosidad, los proyectos compartidos, los equipos, la libertad o la innovación permanente. Siempre insiste en la idea de diversidad como forma radical del ser humano.

Y es beligerante con ideas como la monotonía, el concepto de empresa, hablar de recursos humanos o de mano de obra, gestión de personal, no le gusta la jerarquía, el ordeno y mando, la rigidez, la falta de motivación, en definitiva, es abiertamente crítico con el pensamiento uniformizador y autoritario.

Dos. La zorra y el erizo.

En el Museo existe una colección de obras de Jacob Bouttants, de finales del XVII: Ciclo del Génesis. Seguro que en la escena 4ª encontraremos los personajes que nos interesan: una zorra y un erizo. Pero también, en las pinturas al fresco del Palacio de Óriz se encuentra una escena con el sermón del zorro en el que desde un púlpito se dirige a las bestias con un texto que preside y reza: “Señor, no me reprendas con saña, ni con ira, ni me castigues” (Salmo VI, versículo II).

Uno de los fragmentos conservados del poeta griego Arquíloco dice: ”Muchas cosas sabe la zorra, pero el erizo sabe una sola, y grande”. La fórmula, según Isaiah Berlin, uno de los ensayistas más brillantes del último siglo, permite distinguir dos clases de seres humanos: aquellos que poseen una visión central y sistematizada, un principio ordenador en función del cual tienen sentido y se ensamblan los acontecimientos históricos y los individuales, la persona y la sociedad, y aquellos que tienen una visión múltiple de la realidad, que no integran lo que existe en una explicación u orden coherente, ya que perciben el mundo como una compleja diversidad, un todo tumultuoso, contradictorio.

En definitiva, el erizo sabe mucho de un tema, se especializa y tiende, casi inevitablemente, a la arrogancia y la estrechez de miras; y la zorra sabe algo de muchos temas y, por ello, suele ser más ponderada y profunda aunque puede caer en el caos por la excesiva complejidad de sus miras.

Los humanos nos debatimos entre ambos extremos. Berlin sostendrá que Dante, Platón, Hegel, Dostoievski, Nietzsche o Proust fueron erizos. Y zorras: Shakespeare, Aristóteles, Moliere, Goethe, Balzac o Joyce.

Cuando Koldo Saratxaga plantea su Nuevo Estilo de Relaciones (ner) entra de manera fértil en este debate. Dice no simpatizar con el erizo al afirmar que “el exceso de planificación, orden y control son obsoletos”. O que “el modelo organizativo actual no permite el riesgo y la incertidumbre. El modelo basado en la organización funcional es una cadena de transmisión de objetivos que la mayoría desconoce.” Y añade: “es un sistema basado en la especialización, con muy escaso margen de maniobra para la creación (…) que genera dinámicas repetitivas en la que unos pocos piensan para la mayoría”.

No disimula su simpatía por las ideas de las zorras. “Considero que el responsable, el líder de un proyecto empresarial, tiene que ser todo menos un especialista”. Con rotundidad: “Desde hace décadas, no creo en los especialistas, siempre prefiero la flexibilidad y la polivalencia. Excepción hecha, claro está, de las áreas relacionadas con la investigación. Tenemos que basar nuestro futuro en la capacidad creativa de las personas, que fluye cuando la organización permite que ellas definan sus retos y que, para alcanzarlos, generan experiencias y errores que, a su vez, generan aciertos que nutren los conocimientos. La visión no debe ser cortoplacista, y a largo plazo son más eficientes la libertad y la confianza que el control y la desconfianza”.