Por Carmen Sarmiento
Reivindico la celebración del 8 de marzo porque cada año continúan asesinando entre 40 y 60 mujeres víctimas del terrorismo machista. Y sin llegar a esta violencia extrema, las mujeres continúan teniendo miedo de volver solas por las noches a su casa.
Mientras las sentencias judiciales sobre los casos de violaciones grupales continúen siendo escandalosamente sexistas, reivindico esta fecha como el aldabonazo que las mujeres damos para que esta sociedad adormecida reconozca que la mitad de la humanidad continúa viviendo en condiciones de desigualdad.
Y en el orden internacional mientras tantas niñas en el mundo están siendo compradas y vendidas y exiliadas del placer sexual mediante crueles operaciones en sus genitales, reivindico el 8 de marzo para que al menos un día al año esta sociedad patriarcal en la que vivimos reflexione sobre la injusticia que representa el que la mitad de los ciudadanos del mundo – todas las mujeres del planeta- vivan en peores condiciones que los hombres, con salarios más bajos, menos oportunidades profesionales y desgastándose cada día en interminables dobles jornadas laborales dentro y fuera del hogar.
Reivindico el 8 de marzo por las periodistas, comunicadoras y fotoperiodistas, por la falta de representatividad de mujeres en los medios de comunicación.