Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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EXHIBICIONISMO

Por Montxo Urraburu

Por un motivo u otro, hacerse fotos de uno mismo y luego ponerlas a la vista de todos en las redes sociales parece haberse convertido no solo en un divertido “tic” del momento, sino en un signo de presencia, de identidad, de afirmación de la personalidad.

Hay algo de paródico en estas poses que imitan las de los elegidos, los famosos, las estrellas del cine y del deporte difundidas hasta la saciedad por los medios de comunicación. Hacerse fotos a uno mismo es una manera de simular una notoriedad imposible, de ir al encuentro de unos fans que no existen más allá del círculo inmediato de amigos.

¿ Son las fotos la expresión grafica de esas migajas del espectáculo?. Hay en ellas un indiscutible componente exhibicionista, sin duda, especialmente cuando van escenificadas con el cortejo de gestos, contorsionismos delirantes e indumentarias pintorescas que infantilizan a una legión de practicantes de las nuevas tecnologías.

Nos burlábamos del pariente o amigo que al regreso de vacaciones nos obsequiaba con una larga proyección de diapositivas donde se le veía sosteniendo la torre de Pisa, creyendo que sus singulares fotografías nos dejarían llenos de envidia. Es revelador que muchas “auto fotos “se tomen en el cuarto de baño. Solos frente a frente el retratado y su cámara. Se trata de celebrar dos placeres simultáneos del ego: mirarse en el espejo y exhibirse ante los otros.

No importa que la foto ofrezca un perfil vulgar o que las mas de las veces delate una falta total de atributos relevantes; el caso es asegurar la propia presencia, declarar que estas ahí reclamando una plaza entre la muchedumbre. Ante  la fiebre de la gloria ya se expreso Unamuno: “ El cielo de la fama no es muy grande, y cuantos más  entren en el, a menos tocara a cada uno”