Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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Gestación del Museo Guggenheim Bilbao: 1992, la firma con los norteamericanos…

         Comenzamos este cuarto artículo sobre el nacimiento del Museo Guggenheim Bilbao centrándonos principalmente en el año de 1992, cuando se firmó el acuerdo con los norteamericanos y la Diputación Foral publicaba en los periódicos una comprometida página centrada en “Infraestructura”, página en la que, entre otras cosas señalaba que el futuro de Bizkaia ya estaba en marcha: “Entre todos estamos contribuyendo a construir una tierra más moderna, próspera e igualitaria”. Y señalaba proyectos como el Metro, el saneamiento de los ríos, la ampliación de la Feria de Muestras, la mejora de los accesos a Bilbao, el nuevo Puerto, el Aeropuerto, el Palacio de la Música y Congresos, el Museo Guggenheim, la estación intermodal, los modernos centros económicos, las nuevas zonas verdes, y otros nuevos centros para el ocio y el esparcimiento… Y concluía: “Todos ellos están en marcha, todos serán una realidad en un futuro próximo” (…)

Jorge Oteiza visto por José Luis Iturrieta

         Siguiendo en el año 1992, y como ya hemos indicado en un artículo anterior, comenzaba con numerosas referencias a favor del gran escultor y poeta Jorge Oteiza (1908-2003), considerado como uno de los máximos exponentes de la Escuela Vasca de Escultura… Y entre los muchos artículos e informaciones dedicados a su figura, podríamos destacar la opinión de José Luís Iturrieta, extraordinario compañero periodista, crítico gastronómico y experto en temas sociales, siempre admirado y recordado, que escribía en el diario “Deia”, a finales de febrero de ese año 92 lo siguiente: “Jorge es mucho Oteiza como para que la historia de Euskal Herria no le tenga en cuenta en el futuro. Escritor vario, poeta y ensayista con una densidad de muchos kilates, convertido polemista, artista siempre y, sobre todo, escultor de formas enraizadas en el alma vasca. Jorge Oteiza ha rugido más de una vez “contra esto y aquello”, se ha llevado casi siempre mal con la clase política y el desengaño le ha auto–desterrado a su refugio, más bien eremitorio, de Azuza” (…)

         Y es que en esa fecha de enero-febrero de 1992, se daba a conocer que Jorge Oteiza cedía todo su patrimonio a Navarra, castigando así al Gobierno Vasco, al que atacaba, sobre todo a Joseba Arregi como Consejero de Cultura, a lo que éste respondía permanentemente: “siempre he respetado y respetaré la libertad de expresión” (…) Y ante la decisión de Oteiza en favor de Navarra, el artista y el presidente navarro, Juan Cruz Alli, firmaban un documento en el que la institución navarra se comprometía a crear una fundación pública que construirá un museo dedicado a Oteiza, a cambio de su colección escultórica, su biblioteca y textos inéditos…

         Entre los numerosos artículos publicados en favor de Jorge Oteiza, calificado por A. Mikelatz como “maestro del alma vasca”, cabe señalar unas intensas y muy ocurrentes palabras de quien firma Dos Bayona, escritor, para quien Oteiza era el escultor por antonomasia: “Escultura y abstracción voluntaria como auténtico arte y, a la vez, como liberación” (…) Y concluye el artículo con estas palabras: “Entre lo que Oteiza muestra y lo que el destino de arte querrá depararnos esas ideas sueltas que penetran en nuestro interior como cometas sin cuerdita símbolo lúdico de la liberad total” (…)   

         Volviendo a ocuparnos del Museo Guggenheim Bilbao hemos de señalar que a comienzos de aquel año 1992 eran numerosas las muestras de los vecinos de Bilbao en contra del Museo, alegando, por ejemplo, que “el Guggenheim norteamericano necesita de Bilbao, pero dudando mucho de que Bilbao necesitara de Guggenheim de Nueva York” (…)

                   Firma vasca en Nueva York: “a lo hecho, pecho”

         El “Correo” publicaba un artículo de Luciano Rincón titulado, sencillamente, como: “Nueva York” y lo comenzaba con estas palabras: “Ya está a lo hecho, pecho. El jueves, en Nueva York, el lehendakari y los representantes de la Fundación Guggenheim firmaron el acuerdo definitivo” (…) Los periódicos de aquellos días, principalmente los vascos, destacaban precisa y lógicamente la firma de ese acuerdo y las palabras del lehendakari Ardanza: “El Guggenheim será un foco de proyección del País Vasco al mundo entero” (…)

         Para que los bilbaínos pudieran hacerse una idea de lo que podría ser el Museo Guggenheim Bilbao, Joseba Arregi (1946-2021), consejero de Cultura, en febrero de aquel 1992, desde Nueva York, adelantaba que, a partir de aquel otoño, podría verse en Bilbao una muestra de la colección permanente del Guggenheim…

         En ese mismo mes de febrero, Pedro Ruiz Aldasoro, el primer descubridor del deseo de la Fundación Guggenheim de Nueva York de instalarse en Bilbao, escribía un largo artículo titulado “Seleccionado el arquitecto”, Y comenzaba con estas palabras: “Uno de los elementos de los que más se ha discutido sobre ese museo ha sido el del arquitecto. Lo más suave que se ha dicho es que es una imposición americana, y lo más grosero que he oído es que Frank O, Gehry es un carcamal” (…) Posteriormente, añadía. “El 5 de mayo de 1991, domingo, cuando se reunían alrededor de la mesa del Consejo de la Guggenheim: Joseba Arregi, Juan Luís Laskurain y Juan Ignacio Vidarte, por parte de las instituciones de la Comunidad Autónoma, además de Thomas Krens y Carmen Giménez” (…) Y después de analizar en el artículo todo un largo proceso hasta la elección del arquitecto, recuerda como fue también la elección del lugar para instalar el Museo Guggenheim Bilbao, y como desde Artxanda se señaló la Campa de los Ingleses como el lugar ideal, es decir, el triángulo formado por la Universidad de Deusto, el Museo de Bellas Artes y el Puente de la Salve… Ese lugar parecía un emplazamiento ideal para un edificio tan singular…

    No eran tan optimistas dos conocidos arquitectos urbanistas: Eduardo Leira y Damián Quero, autores de un estudio encargado por el Gobierno Vasco y la Diputación de Bizkaia bajo el título: “Bilbao, un territorio metropolitano”, subrayando, eso sí, que “proyectos de la envergadura del Guggenheim son los que hacen falta para contribuir a cambiar la imagen de Bilbao en los circuitos internacionales y convertirla en una metrópolis competitiva, y así no perder el tren de la modernidad”” (…) Este trabajo fue precisamente el que les valió que escribieran la introducción al libro “El problema urbanístico de Bilbao”, editado por el Colegio de Aparejadores de Bizkaia, donde se recoge una conferencia pronunciada por el famoso arquitecto Ricardo Bastida en la que ya se adelantaba 70 años a la concepción de un Bilbao metropolitano desde Galdakao a El Abra… 

Mesa redonda: “Un debate de Altura”

         En las mismas fechas, Santiago González, periodista, locutor y guionista, recogía en un artículo titulado “Un debate de altura”, la primera de las dos mesas redondas que sobre el Guggenheim se celebraron en la Biblioteca de Bidebarrieta, “discutiendo ante un público caliente los pormenores del proyecto” (…)

         Este debate coincidió con la espectacular propuesta del arquitecto Ming Pei, de origen chino y nacionalizado estadounidense, que propuso construir un edificio de 200 metros de alto, con 41 plantas, en Euskalduna, junto a la orilla izquierda de la ría…, su idea era elaborar un proyecto de recuperación de los viejos astilleros… El INI, propietario del solar, encargó la iniciativa a Pei, sin embargo, las negociaciones iniciadas por el entonces alcalde, José María Gorordo, se vieron frustradas por discrepancias económicas. El INI pedía cinco mil millones y el Ayuntamiento ofrecía una quinta parte…

         En aquel comienzo del 1992, Euskalduna y la Campa de los Ingleses, las torres de Pei, el Museo Guggenheim de Frank Gehry y el palacio de congresos, eran las ilusiones de una ciudad en bancarrota que aspiraba a convertirse en el principal centro de negocios de la cornisa cantábrica…       

Frank Gehry junto a su gran obra

         Las críticas contra el proyecto del Guggenheim Bilbao continuaban, por ejemplo, las de José Fernández de la Sota y José Antonio Zarzalejos… Subrayando de la Sota que “los creadores vascos (o buena parte de ellos) se han agrupado en una plataforma para oponerse a la política cultural del Gobierno Vasco… Dicen que se apoya a la cultura grande y se margina a la pequeña. Y es verdad, porque no solo de Guggenheim y Expos vive la cultura, y que los rendimientos políticos de algunos macroproyectos no justifi9can el sacrificio de otras actividades de menor relumbrón” (…)

         José Antonio Zarzalejos, por su parte, bajo el título de “Una coalición-reparto”, escribe: “Los partidos políticos vascos y la opinión pública han asumido que la comunidad autónoma tendrá que gobernarse en el futuro con fórmulas de coalición similares a las inauguradas después de las elecciones autonómicas de 1986”, que son curiosamente como las de hoy en día: PNV-PS0E… Y añadía: La pérdida de hegemonía del PNV y el sostenimiento electoral del PSE-PSOE han condenado a ambos grupos a entenderse, garantizando así lo que otras combinaciones no pueden ofertar, como bien se comprobó con el naufrago tripartito nacionalista” (…) Y más adelante su ataque fue contra Joseba Arregi (1946-2021), afirmando que “reina en Cultura como un auténtico sátrapa que, además, haciendo oídos sordos a sus compañeros en el Gobierno, persevera con alguna dosis de soberbia en las bondades del modelo televisivo público vasco, y no se corta al manifestar que el proyecto Guggenheim es una forma de proyectar Euskadi desde las instituciones, pero precisando que de la mano del PNV”(…)

         El firmante de este artículo en Kazetariak, que trabajó como responsable de comunicación de la Consejería de Cultura durante aquellos años, se ve obligado a afirmar que José Antonio Zarzalejos se equivoca, Joseba Arregi nunca hizo ostentación de su poder y tuvo que soportar muchas ofensas al apostar seriamente, junto a Juan Luís Laskurain, por el Museo Guggenheim Bilbao… Además, cedió y aceptó las opiniones de otros políticos e incluso informadores y artistas, como la opinión de aquellos días por parte de Nestor Basterrechea , así como la revisión del proyecto del Museo para Bilbao…

Bilbao: “proceso de recuperación”

         En la misma fecha, el entonces alcalde de Bilbao Josu Ortuondo, coincidiendo con los alcaldes anteriores: Jon Castañares, José Luís Robles, José María Gorordo y Beti Duñabeitia, subrayaba el hecho de que la ciudad se encontraba “inmersa en un proceso de recuperación” … y, por tanto, “no es una ciudad parada, sino todo lo contrario” (…)

         Mientras Solé Tura, entonces ministro de Cultura, declaraba en “Onda Cero” que su ministerio había rechazado el Guggenheim, el socialista Ernest Lluch (1937-2000), el que fuera ministro de Sanidad y Consumo, asesinado por ETA el 21 de noviembre del 2000, publicaba en “El Diario Vasco” un artículo titulado: “Laskurain, Arzalluz y final”, subrayando que, en cuanto al Museo Guggenheim, “no hay que ir por la línea de los enfrentamientos, de resultados nefastos entre vizcaínos y guipuzcoanos”. Y concluye: “No quiero polemizar, sino exponer algunos razonamientos gradualistas (…), de lo que entiendo algo y, por ello, doy mérito a Laskurain y al consejero Joseba Arregi, por haber buscado algo nuevo y necesario para Bilbao. Más con demasiado coste y con demasiada blandura” (…)

         Es el 7 de febrero de 1992 cuando la conocida artista y escritora Julia Otxoa publicaba en “El Mundo” un amplio artículo titulado: ”Hiroshima–Guggenheim”, en el que, según el resumen, subrayaba que la construcción del museo Guggenheim va a ser muy perjudicial para la cultura vasca… Tan negativa que, cuando se refiere al recorte presupuestario que supondrá este proyecto, lo compara con el efecto devastador de la bomba atómica de Hiroshima. A la vez, lanza duras críticas al consejero de Cultura   Joseba Arregi, subrayando además en sus últimas palabras “el complejo laberinto político y social en que actualmente se debate la sociedad vasca” (…)  

         Nuestro compañero periodista Mitxel Ezquiaga, por su parte, publicaba el 8 de febrero de aquel año de 1992, un largo y detallado artículo titulado “El Padrino, en Easo”, con referencias al arte, al Guggenheim y al cine, dedicando la última parte a lo que define como “La sombra del Guggenheim”, advirtiendo que “no vamos a hablar del culebrón Guggenheim hasta que su edificio bilbaíno se inaugure, lo que ocurrirá probablemente cuando Joseba Arregi sea lendakari” (…) Y después de hacer una referencia a determinadas películas en las que aparecen museos como “La sombra del testigo”, con una de las escenas cumbres en el interior del Guggenheim de Nueva York, concluye: “Arregi ya dispone de otro argumento en favor de su fundación con el Guggenheim bilbaíno: el cine vasco tendrá escenario de lujo para su proyección internacional. Y solo a unos metros de la ría…

Joseba Arregi (1946-2021), consejero de Cultura…

                    

Largos debates a favor y en contra del Guggenheim

         Como vemos, continuaban los debates en torno al Museo Guggenheim Bilbao… María Isabel Celaá, la que fue ministra de Educación y Formación Profesional entre los años 2018 y 2021, escribía un largo artículo en “El Correo” titulado: “Guggenheim, costes e incógnitas”, afirmando: ”Sabemos lo que costará el Guggenheim, pero no lo que contendrá ese museo tras el pago de una factura tan seria” (…) La fecha coincidió con el artículo en “El Mundo” de Antonio Bilbao, miembro de la Academia de Crítica Breve de Arte, artículo que titulaba: ”La inversión Guggenheim”, reflexionando sobre formas de invertir ese mismo dinero, por ejemplo: en numerosas obras de veinte artistas internacionales… Y concluye su “meditación” con esta pregunta: “¿Es lógico invertir veinte mil millones en una aventura confinada al mudo de las artes plásticas?” (…) Otro artículo con tesis muy contraria a la creación del museo, publicado en “Egin”, fue el de Juan José Herrero, ex concertista, que titulaba: “Un museo llamado Guggenheim” y concluye con esta frase: “Agrandar los caminos de la cultura artística es lo deseable, el museo Guggenheim, hoy por hoy, es un museo alarde que alegraría únicamente la vanidad de unos pocos, pero con toda seguridad rechazado por el sentido común de este Pueblo” (…)

         Mientras que el Guggenheim de Nueva York permanecía cerrado por obras de ampliación, en los diarios bilbaínos se subrayaba el hecho de que el museo de Bilbao aspiraba a conseguir tantos visitantes como el de Nueva York, alcanzando aproximadamente los 600.000, según distintos estudios del mercado de entonces, que son menos de la mitad de los habituales durante años…

         Y fue en “El Correo” del 9 de febrero de aquel 1992 en el que se entrevistaron a varios especialistas, como Santiago Eraso, del centro Arte-leku de San Sebastián, que comentaba que “la época de los grandes museos, de los macro–museos como el que se pretende, ha pasado ya”, y cita ejemplos como el Reina Sofía de Madrid, y añade: “personalmente estoy más por una red de museos a la medida, creados desde ópticas más concretas, como el museo Prato de Florencia o el Capc de Burdeos…

         En aquella época, como hemos indicado, la mayoría de los críticos de arte opinaban en contra del Museo, por eso citaremos un caso contrario, el de Juana Aizpuru, galerista y exdirectora de Arco, que escribía: “Desde el punto de vista económico quizá se vean las cosas de otra manera, pero yo no tengo más remedio que verlas desde el punto de vista artístico y me parece una cosa magnífica que en Bilbao, dentro de unos años, se puedan contemplar exposiciones de la categoría que, sin duda, va a organizar el Museo Guggenheim” (…) Y añade: “El mismo día en que el Museo de Bilbao abra sus puertas entrará en el círculo internacional del arte y se podrá codear con los museos más importantes del mundo…, ya que Guggenheim ofrece todo su prestigio, porque es un museo emblemático” (…) 

         El 18 de aquel febrero, Thomas Krens aparece en una larga entrevista en “El País”, firmada por Andrés F. Rubio y lo hace con este titular: “El director de la Guggenheim dice que no actúa con los vascos como un tiburón de Wall Sreet”, que no se ha aprovechado de los vasos, y se mostraba dispuesto a discutir con los intelectuales y artistas que han bombardeado el proyecto” (…) También consideró negociable una reducción del edificio de Frank Gehry, subrayando el hecho de que no trata de imponer un punto de vista cultural en el País Vasco, que serán vascos los empleados de la institución, y los artistas vascos se beneficiarán de la irradiación del museo, y que está absolutamente “convencido de que el museo de Bilbao revitalizará económicamente no solo la ciudad sino también la zona”…

         También en “El País” y en la misma página y fecha, así como el mismo periodista, apareció una referencia al famoso coleccionista milanés de arte moderno y contemporáneo Giuseppe Panza di Biumo (1923.2010), quien apoyaba el proyecto Guggenheim Bilbao, considerándolo como muy importante a la hora de aportar una gran colección de are moderno y contemporáneo, que permitirá que Bilbao se convierta en un centro artístico internacional que convertirá a Bilbao en un gran centro, beneficiado también por su cercanía con Francia”….

La redimensión del Museo, y ”el momento memorable”

         Durante unos días se mantuvo el debate de si se debía o no redimensionar el Museo Guggenheim Bilbao. Según HB, “si se hace así se pone en entredicho el proyecto”, y la Diputación vizcaína, después de un maratoniano pleno, decidió mantener el presupuesto para la construcción de museo, incluso “redimensionándolo” (…) Fue Juan Luis Laskurain quien lo dejó claro: “Un descenso excesivo en la dimensión prevista para el Museo supondría un incumplimiento de los acuerdos adoptados y nos llevarían a cargarnos la idea inicial… Un dimensionamiento muy a la baja nos daría como resultado un proyecto que ya no sirve” (…) En aquella misma fecha se dio a conocer que la firma definitiva entre las administraciones vascas y la Fundación Guggenheim tendría lugar el 27 de febrero de aquel 1992 en Nueva York …

         Poco a poco se van sucediendo distintas informaciones y críticas relacionadas con el Guggenheim y la política cultural, sobre todo por los partidos contrarios al PNV, principalmente HB, que afirma: “Hay que replantear toda la política cultural del PNV” (…) Los medios informativos, por su parte, seguían insistiendo en la dimensión de Museo y tuvo que salir Joseba Arregi afirmando: “La redimensión del Guggenheim no cambia nada el contrato con la Fundación. Todo está hablado con ellos y el museo seguirá respondiendo a su destino de ser un gran centro de arte internacional” (…)

         Como ya se había anunciado, el 27 de febrero de 1992 se firmaba el acuerdo para construir el Museo Guggenheim de Bilbao. Lo hizo el lehendakari José Antonio Ardanza con representantes de la Fundación y Museo Guggenheim, y se hizo convencidas ambas partes de que con este museo se esperaba dar una proyección internacional a Bilbao y al País Vasco… Ardanza expresó su satisfacción y calificó la ceremonia de “momento memorable”. Al referirse a la polémica que el proyecto había levantado en el País Vasco, señaló que “el debate quiere decir que todo el mundo es muy consciente de la importancia de esta decisión” (…) Y en la presentación a la prensa, tanto a los enviados especiales vascos como norteamericanos, presentes en la firma, Ardanza declaró: “El Guggenheim-Bilbao será un foco de atención, de prestigio y de proyección al mundo” (…) Y añadía: “Es una apuesta nueva de un pueblo pequeño que sabe adaptarse y que trata de analizar por donde va e futuro” (…)

         Por otra parte, según informaba Amaya Okariz en el diario “Egin”, Thomas Krens confirmaba la formación en la comunidad autónoma de la comisión de seguimiento, cuyo papel sería estudiar y dar la última palabra sobre posibles compras de obras de arte por pare del museo; una comisión respecto a la cual Guggenheim hará la labor de asesoramiento, también desde el punto de vista financiero” (…)

         En el mismo ”Egin” se da a conocer que el Museo Guggenheim Bilbao dispondrá de 14.000 metros cuadrados de espacio expositivo, según palabras del consejero Joseba Arregi, quien, con Juan Luís Laskurain, afirma el mismo diario, fueron “dos de las personas que más intensamente han intervenido en el proceso de negociaciones llevado a cabo todo este año 92, hubieron de limitarse a ser meros espectadores en el momento final de la firma” (…) Y el propio diario recogía declaración del Consejero de Cultura, con alusión a las críticas habidas en diferentes sectores de la sociedad vasca, que el Museo Guggenheim va a ser una alineación y desde luego está planteado en términos de colaboración mutua, además de que será elemento importante de revitalización de la propia actividad cultural vasca” (…) Y la información de “Egin”, firmada por Amaia Okariz, concluye: ”La firma está realizada, el contrato ultimado y el primer paso del proceso que supone llevar a Bilbao un Museo Guggenheim, llamado Museo de Arte Moderno y Contemporáneo, está totalmente completado… Es, sin duda, un primer capítulo de una historia que dará mucho que hablar en los próximos meses y desde luego en los próximos años” (…)

         También a finales de febrero de aquel año 92, Eduardo Chillida manifestaba públicamente su opinión sobre el Guggenheim, centrándolo en el coste del museo, y lo hacía con un par de preguntas: “¿Es el momento apropiado? ¿Va a incidir negativamente en otros proyectos culturales? … No tengo datos objetivos, y es por ello por lo que, con gran pena, no me atrevo a dar un si entusiasta a este proyecto” (…)

         En la misma fecha, una vez firmado el protocolo con la Guggenheim, se hace público el hecho de que se buscan patrocinios para la financiación del museo, y se recuerda que el acuerdo de Nueva York acababa con ocho meses de polémicas, ya que comenzó el 24 de junio de ese 1991, cuando los miembros de la Fundación norteamericana entraron en contacto con políticos vascos, principalmente Juan Luis Laskurain y Joseba Arregi… Es precisamente la última semana del mes de febrero del 92 cuando se anuncia que la construcción del museo comenzaría el próximo año y que la inauguración estaba prevista para antes de 1996…La realidad demostraría el exceso de optimismo, ya que recordamos que la inauguración fue el 18 de octubre de 1997…

         Tras un mes de deliberaciones, Joseba Arregi llegaba a un acuerdo con el PSE y EE para reducir la superficie de construcción, que se rebajaba a 22.000 metros cuadrados, y la inversión económica, que se fijaba en 15.000 millones de pesetas… El Parlamento sancionaría ese acuerdo… En esa misma fecha se da a conocer algunos datos sobre cómo será el Museo Guggenheim Bilbao, con una dimensión de 20.000 metros cuadrados y una altura de cuatro plantas. Este espacio podrá llegar a contener alrededor de diez mil obras propiedad de los norteamericanos…

Juan Luis Laskurain ante el edificio más representativo de la Cámara de Comercio de Bilbao. Foto: José María Martínez

            Juan Luis Laskurain ante el edificio más representativo de la Cámara de Comercio de Bilbao. Foto: José María Martínez


         Pese a todo, las diferencias de criterio continuaban, por ejemplo, Juan Luis Laskurain y el rector de la Universidad Menéndez Pelayo, Ernest Lluch, debatían sobre “Bilbao y el proyecto Guggenheim”, con el poeta Javier de Bengoechea (1919-2009) de moderador… Durante el coloquio, ambos ponentes discutieron en tono cordial sobre el papel que jugará el citado museo en el futuro cultural, social y económico de Bilbao. Los puntos más debatidos fueron el coste del proyecto, su redimensión y su importancia para los artistas vascos, que unos días antes habían protagonizado un fuerte e interesante debate sobre el todavía muy controvertido museo… Laskurain subrayó que los elevados costes de la operación deben ser entendidos en el marco de la totalidad de los fines que se persiguen con el proyecto, y en reacción a la rehabilitación de los márgenes de la ría y de la conservación de una ciudad terciaria y de servicios” … Por su parte, Ernest Lluch hizo hincapié en los efectos positivos de que la instalación de una institución cultural “tan significativa” como la Guggenheim puede suponer para la capital vizcaína, pero expresó sus dudas “y reservas mentales” ante una fórmula tan costosa, que, a su juicio, podría haber encontrado sustitutos igual de prestigiosos y menos gravosos económicamente… (Continuará)   

                                                                                                                              José Manuel Alonso

Nota: Noticia reciente ha sido el nombramiento de Miren Arzalluz, actual directora del Museo de la Moda de París, como directora del Museo Guggenheim Bilbao, que asumirá su cargo a partir del 1 de abril próximo, sustituyendo a Ignacio Vidarte…