Por José Manuel Alonso
Como espectadores y cronistas de fútbol, nunca pudimos gozar viendo en un mismo equipo a Textxu Rojo y O Rey Pelé, pero la imaginación nos lleva con facilidad a unirlos, ya que fueron dos fenómenos del fútbol que hubieran vuelto loca a cualquiera afición del mundo. Ahora, por desgracia, los recordamos al haber coincidido por unos días en su fallecimiento. Txetxu Rojo practicaba como nadie el “pase de la muerte” y O Rey Pelé aprovechaba cualquier regalo de un jugador como el vasco para rematar o hacer gol seguro… Como se ha dicho, la técnica de ambos, el modo de tocar el balón y de chutar era insuperable…
José Francisco Rojo Arroita, conocido por Chechu o Txetxu Rojo, fallecía en Bilbao el pasado 23 de diciembre, víspera de Navidad, a los 75 años. Había nacido el 28 de enero de 1947, en Begoña… Txetxu jugó en elequipo rojiblanco desde 1965 hasta 1982, fue 18 veces internacional y es el jugador de campo con más partidos en el club, 541…
Según escribía Jon Rivas, del que recojo su afortunado resumen de la vida de Rojo, Txetxu falleció en su domicilio de la capital vizcaína después de varios meses de paulatino deterioro de su estado de salud. El futbolista desarrolló toda su carrera en el club rojiblanco, al que perteneció durante 17 temporadas, alargó su trayectoria en los banquillos de Lezama y San Mamés durante ocho campañas más… Su familia ya había adelantado semanas antes de su fallecimiento que su estado era irreversible.
Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé (Três Corações, Minas Gerais; 23 de octubre de 1940 — São Paulo, 29 de diciembre de 2022), fue uno de los mejores futbolistas delanteros del mundo, incluso, para algunos especialistas, el mejor, siendo descrito por la FIFA como “el más grande”… En 1999 la revista del órgano oficial del Movimiento Olímpico, después de consultar a los comités olímpicos nacionales, lo distinguió además como uno de los cinco “mejores atletas del siglo XX”, y en 2016 el Comité Olímpico Internacional, en ocasión de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, le otorgó la Orden Olímpica. Y en el año 2000 fue elegido “el mejor futbolista del pasado siglo”, con el 73 % en una votación realizada por la Comisión de Fútbol de la FIFA y por la Federación Internacional de Historia y Estadística de Fútbol, así como en una encuesta entre los ganadores del Balón de Oro.
Rojo: 541 partidos en el Athletic, del que también fue entrenador
Txetxu Rojo, al que se le ve en la foto en un partido contra el Español Club de Fútbol perseguido por Glaría, compartió equipo durante siete temporadas con su hermano José Ángel. Comenzó a jugar al fútbol en su barrio natal de Begoña, en las campas alrededor de la Basílica, y en el frontón de cemento. Formaba parte de un equipo de amigos al que llamaban Peñarol. Ya destacaba por su magnífico toque con la pierna izquierda, jugando de interior. A los 14 años, acudió a un torneo organizado por Firestone y se quedó en el equipo que financiaba la fábrica de neumáticos. Fueron campeones juveniles, y cuando se disolvió el equipo, pasó al Athletic, a las órdenes de José Luis Garay. En 1965 formó parte del conjunto juvenil que ganó la Copa ante el Celta (2-1) en el Santiago Bernabéu. Ese día, envió dos balones al palo y le dio la asistencia a Lavín para el gol de la victoria. Con 18 años pasó al primer equipo por decisión de Piru Gainza, que vio en él a su sucesor en la banda izquierda del Athletic. Debutó en El Arcángel, frente al Córdoba (1-0), y allí recibió las primeras patadas de la defensa contraria… Después, Rojo jugó 540 partidos más con la camiseta del Athletic. Fue el futbolista de campo con más actuaciones, sólo por detrás de su compañero José Ángel Iribar, con el que jugó 15 años.
Fue titular durante las 17 temporadas que vistió de rojo y blanco… En 1982, Javier Clemente entrenador, con el que coincidió en el terreno de juego, decidió que debía renovar la plantilla. Txetxu Rojo, que había tenido fama de contestatario durante su carrera, se retiró del fútbol sin una palabra de reproche, aunque le quedaba un año de contrato. Repitió esa actitud cuando en plena pugna electoral, mientras era entrenador del primer equipo, decidió abandonar el Athletic en silencio después de 28 años ligado a la entidad. “Fui a Ibaigane a despedirme y me marché sin más”, confesaba en una entrevista.
En el Athletic empezó de interior, pero Gainza le recicló como extremo y lució el número 11 a la espalda hasta que llegó al equipo Estanis Argote. Entonces, Rojo regresó a ocupar el puesto de volante ofensivo con el 10 a la espalda. En ese puesto, aseguraba, se sentía muy a gusto…
Como futbolista, Txetxu Rojo jugó cinco finales de Copa (1966, 1967, 1969, 1973 y 1977), de las que ganó dos, y estuvo a un paso de ganar la Liga 1969/70, cuando a falta de cinco partidos, el Athletic era líder. También jugó la final de la Copa de la UEFA de 1977 frente a la Juventus, que el Athletic perdió por el valor doble de los goles fuera de casa.
Cuando dejó de ser jugador, el club le preparó un partido de homenaje frente a la selección de Inglaterra… Luego se integró en la estructura de Lezama. Empezó desde alevines hasta llegar al primer equipo después de la destitución de Howard Kendall. Cuando se tuvo que marchar, eligió el Celta, al que ascendió de Segunda, y al que llevó a una final de Copa, “que perdimos -afirmaba- a penaltis, en la misma portería en la que perdí con el Athletic contra el Betis”. En Vigo estuvo de 1991 a 1994, y después entrenó a Osasuna, Lleida, Salamanca, Zaragoza y de nuevo el Athletic, y finalizó su carrera de entrenador en el Rayo Vallecano, en 2004.
O Rey Pelé: internacional brasileño desde los 16 años…
Edson Arantes do Nascimiento, Pelé, desdemuy chaval jugó en el Bauru Atlético Juvenil, en el Santos y en el Cosmos de Nueva York. Inició su carrera profesional en 1956, con 16 años, en el Santos, club en el que militó hasta 1974, con el que ganó numerosos torneos, entre ellos diez Campeonatos Paulistas. Máximo goleador de la historia del Santos con 643 goles en 659 partidos, la segunda mayor cifra en un mismo club en partidos oficiales… Sumando los encuentros no oficiales en el Santos convirtió 1091 goles en 1116 partidos. En 1975 fichó por el New York Cosmos de la North American Soccer League (NASL), donde conquistó un título de liga.
Debutó con la selección brasileña en 1957 a los dieciséis años de edad y es, junto con Neymar, el máximo goleador de la Seleção con 77 goles. Acuñó el término «jogo bonito» para designar el estilo que practicó Brasil en los años que él integró su seleccióny disputó cuatro Copas Mundiales, de las que fue campeón en 1958, 1962 y 1970, siendo el futbolista que más veces y más joven la ha obtenido. Fue internacional en 110 ocasiones y cuando causó más sensación mundial fue en el Mundial de Suecia en 1968… Anotó un total de doce goles en Mundiales y fue elegido como mejor jugador en 1970 y el mejor jugador joven en 1958… Se retiró del fútbol en 1977. Sus 1279 goles en 1363 partidos, incluyendo amistosos, son reconocidos como un récord mundial Guinness.
Tras su retirada como jugador, fue actor y cantante. Fue nombrado Ciudadano del Mundo por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1977, Embajador para la Ecología y el Medio Ambiente por la ONU en 1992, Embajador de Educación, Ciencia, Cultura y Buenos Deseos de la Unesco en 1994, Ministro extraordinario de Deportes por el gobierno de Brasil entre 1994 y 1998, Caballero de Honor del Imperio Británico en 1997 y Embajador del Deporte en el Foro Económico Mundial de 2006.
Opiniones de y sobre Txetxu Rojo: “el Mozart del fútbol”
El 28 de marzo de 1982 fue la despedida emocionada de Txetxu Rojo en San Mamés
Comenzaremos las opiniones sobre Txetxu Rojo por un hecho insólito: el extraordinario músico Carmelo Bernaola, uno de los más grandes seguidores del Athletic y autor del último himno rojiblanco con Antón Zubikarai, periodista poeta, lloraba como un niño cuando veía jugar a Txetxu Rojo. Decía: “Es el Mozart del fútbol, juega como toda una orquesta, en este caso con la batuta en los pies y la genialidad en la cabeza”
A pesar de su fama de rebelde, Rojo era un futbolista muy disciplinado: “Me cuidaba mucho, me gustaba estar bien, y si jugaba mal era por otros motivos. Cuidaba la comida, me acostaba pronto… Me gustaba correr y llegaba a la pretemporada con una base”, apuntaba en una entrevista… Era tan metódico que salía al campo después de los compañeros porque iba a ejercer dos funciones importantes: la física: orinar, y la religiosa: santiguarse.
La periodista Sarita Estévez escribía hace años que al público de San Mamés le costó mucho aceptar el estilo de Txetxu y en una entrevista dijo algo así como… “si no les gusta cómo juego, dejaré de jugar”. Y la periodista añadía: “Mi punto de vista se basa en vivencias y anécdotas personales, y en general me parece que la suya fue una carrera futbolística irrepetible: indómito por naturaleza e intachable en su proceder de acuerdo con su propio código” (…)
Bonito y completo recuerdo de Txetxu a cargo de Juan Carlos Latxaga: “Los compañeros del extraordinario futbolista le llamaban ‘polvorilla’ y ya se sabe que los apodos suelen ser la mejor descripción de la persona. Txetxu Rojo se movía como un colibrí, gesticulaba con las manos y con el cuerpo y mientras hablabas con él tenías la impresión de que estaba a punto de dejarte sentado con un regate. Pero no dejaba de ser un gran tímido que levantaba la barbilla por no bajar la mirada… El artista que dibujaba el fútbol en la banda izquierda de San Mamés, creando pasiones en la grada con su juego y sus desplantes, era un ser humano afable, ajeno a cualquier vanidad, entrañable y hasta cariñoso con su interlocutor. Todos los que le acusaban de arrogante y provocador por su gestualidad sobre el césped habrían cambiado radicalmente de opinión si llegan a conocer al Txetxu persona, que era la antítesis del Rojo futbolista”
Piru Gainza declaraba a este periodista en cierta ocasión: “Rojo I es más futbolista que Gento y tiene más afición y resistencia que la que tenía yo” (…) Y en otra ocasión, añadía: “en mi tiempo Rojo hubiera sido el mejor jugador del mundo” (…) Y una encuesta realizada en 1986 entre jugadores de primera división por una revista especializada, Txetxu Rojo era mayoritariamente citado como el jugador español con mejor visión de la jugada y, con Cardeñosa, el que mejor sabía templar la pelota de toda la liga española. Rojo cumplía al pie de la letra lo que legendario jugador uruguayo José Pedro Cea (1900-1970), conocido con el sobrenombre de El vasco, campeón del mundo en 1930: “El entreala debe desarrollar el pase de acuerdo a las características de un extremo: cortita y al pie con jugadores muy hábiles; larga si hay un picador con fuerza física y gran shot o remate, y la altura adecuada si el delantero del centro es gran cabeceador”
Para Nando, conocer a Txetxu Rojo “no hacía falta más que verle sobre el campo, con la cabeza siempre levantada, como un gallo, sin mirar al balón que sabía dónde estaba y donde debía enviarlo”
A Rojo le gustaba hablar de fútbol, “pero de cosas concretas, jugadas, estilos de juego, goles, e incluso de lo que más le divertía: los entrenamientos”. Reconocía que el pase largo y el centro templado, a la cabeza del rematador de turno, son sus dos jugadas favoritas: “de chaval me gustaba más regatear, pero hoy pienso que lo más importante en fútbol, y también lo más difícil, es pasar bien la pelota, especialmente en largo, desplazarlo en condiciones de ser jugado con ventaja y rematado en condiciones por el compañero. De nada sirve enviar un pase largo a un compañero desmarcado si la pelota llega con demasiada velocidad o botando sin control”.
Rojo coincidía con Menotti afirmando que “los grandes equipos los hacen las pequeñas asociaciones” (…) y en cuestión de relevos y desmarque por la banda, con quien mejor me entendí fue con Churruca, quizá porque los dos podíamos jugar tanto de extremos como de interiores, tanto de 11 como de 10. Me gustaban los dos puestos por igual, y por eso también jugué de interior con Lavín o Argote de 11”.
El propio Rojo le contaba a Patxo Unzueta: “Los centros desde el extremo están condicionados por las características del compañero rematador… Arieta, el delantero centro con el que mejor me he entendido, quería que se la dejara en el primer palo, no muy alta, para rematar cruzado. Por el contrario, a Carlos había que enviársela al segundo palo, bastante alta, para aprovechar su salto en suspensión, lo mismo que a Uriarte. En cuanto a Dani, la verdad es que remataba en todas las posturas, llegando desde atrás” (…) Rojo coincidía con Menotti afirmando que los grandes equipos los hacen las pequeñas asociaciones… y, “en cuestión de relevos y desmarque por la banda, con quien mejor me entendí fue con Churruca, quizá porque los dos podíamos jugar tanto de extremo como de interior, tanto de 11 como de 10. Me gustaban los dos puestos por igual, y por eso también jugué de interior con Lavín o Argote de 11” (…)
Opiniones de y sobre O Rey Pelé, el “mas grande”
Pelé marcó 1.281 goles, un récord mundial, y es el único jugador que ha ganado tres copas del Mundo. Su fama y su prestigio le transformaron en un icono de la cultura pop. El artista Andy Warhol (1928-1987), cuando retrató al artista (en la fotografía) calificó a Pelé de excepción y no de la que él decía de todo el mundo: 15 minutos de fama, sino de “fama de 15 siglos” (…) Precisamente el poeta uruguayo Horacio Ferrer (1933-2014) escribía una ´sentida poesía a Pelé, donde decía: “Y esos goles… ¡Goles, che, // algunos // para firmarlos // como si fueran cuadros y guardarlos!” (…)
Pelé tenía extraordinaria admiración en todo el mundo, incluso cuando una intervención suya no concluía en gol. Por ejemplo, una magnifica jugada suya en los mundiales de México de 1970 que se conoce como “el gol de Pelé”, aunque en aquella ocasión Pelé lo hizo todo menos marcar…
Pelé ha estado siempre entre los dioses del mundo moderno, junto a Di Stéfano, Cruyff, Maradona, Messi, Ronaldo… Pelé decía: “Mi padre solía decir: los hombres deben ser fuertes y no llorar. Y sin embargo le vi llorar a él cuando Brasil perdió el Mundial de fútbol… Y entonces yo que era un chaval de 9 años le dije: “en alguna ocasión, voy a ganar el Mundial por ti” (…) Y Brasil ganó el Mundial de 1958 en Suecia, y lo hizo con Pelé con 17 años…
“Aunque mi nombre es Edson Arantes de Nascimento, en el colegio no me llamaban Edson sino Pelé, y me peleé por ello y por eso me suspendieron un par de días… Y Pelé fue el nombre con el que me mantuvieron siempre los espectadores, supongo que no solo por ser un nombre corto, fácil de pronunciar en cualquier idioma” (…)
“Todo lo que hice, todo lo que intenté hacer para dar todo lo mejor de mi sobre todo a los aficionados brasileños… Y si alguna vez decepcioné a alguien, pido perdón, porque también soy una persona y tengo derecho a equivocarme” (…) “Dios me dio la oportunidad de ser un ejemplo para los niños. Y es que desde la pobreza es posible convertirse en un Pelé… Y en Brasil vamos a tener muchos Pelés”… El sentimiento de ayudar a Brasil siguió vivo, y, como hemos indicado, comenzó en el Mundial de Fútbol de 1958, cuando nadie conocía a Brasil… y siguió vivo…
Fiché por el Cosmos de New York para dar la oportunidad a mi familia y a mí mismo de aprender inglés. Este hecho revolucionó el fútbol en Estados Unidos a finales de los años setenta… En ese mítico equipo triunfaron también Chinaglia y Beckenbauer…
“Agradezco de corazón todo lo que he recibido en este mundo, a mis fans y a la gente que me quiere. ¡Muito obrigado!… ¡Muchas gracias!…
Termino con frase de Vicente Verdú: “El fútbol es moderno porque se comporta como un hecho de senderos múltiples, hechos imprevisibles, afortunados, desafortunados y, en suma, incontrolables, como las erupciones de un volcán” … El ejemplo que hoy hemos puesto de Txetxu Rojo y O Rey Pelé lo confirman, y, para ellos dos, la petición de descanso para una segunda parte de sus vidas, Dios lo quiera: en el cielo, en la gloria…