Cuando en los inicios del pasado siglo XX se creó la Agrupación de Ingenieros Industriales de Bilbao, pocos podian atisbar que unas décadas más tarde, exactamente a medidos de ese mismo siglo, se iba a constituir el Colegio Oficial de esta profesión en Bizkaia, en un escenario, muy diferente del actual, marcado por la recién terminada guerra civil y el régimen político establecido, pero también con ciertas similitudes por las oportunidades que el desarrollo empresarial suponía para el crecimiento y bienestar de la sociedad, en el cual la ingeniería industrial tuvo, al igual que tiene hoy, un papel fundamental como actor muy relevante en el tejido económico y social, contribuyendo a la creación de las industrias que lo conformaban.
Por tanto, el actual Colegio, fundado en 1950, es el heredero de una institución centenaria nacida en enero de 1909, y en este 2025, que también coincide con el 175 aniversario del Decreto de creación de los estudios de ingeniería industrial, celebra sus 75 años de existencia. Una institución plena de la vitalidad que, a través de toda esta larga singladura, le han aportado el prestigio de los miles de profesionales que lo han integrado y de los que actualmente están colegiados tras haber cursado sus estudios, mayoritariamente, en otra institución señera y centenaria como la Escuela de Ingeniería de Bilbao, que ha cumplido ya más de 125 años.
Se puede considerar que estamos ante una historia de éxito imbricada con los grandes avances que durante todo este tiempo se han producido en Bilbao, en su área metropolitana, y en Bizkaia entera. En muchas ocasiones y en diferentes contextos se reconoce que sin pasado no hay presente, ni mucho menos futuro. Y es que el pasado debe servir para conocer nuestras raíces sobre las cuales, y sin renunciar a ellas, apoyarnos para adaptarnos a un futuro cambiante a la vez que exigente y poder así afrontar los nuevos retos, aplicando cada vez mayores dosis de innovación y creatividad, que también son señas de identidad de una disciplina profesional como la ingeniería que, si por algo se ha caracterizado siempre, ha sido por ofrecer y diseñar soluciones ingeniosas que supongan progreso y bienestar.
Y en esto es en lo que el Colegio de Ingenieros Industriales está centrado y focalizado en esta nueva etapa que se inicia tras 75 años de ilustre e intensa actividad, de ingeniería viva, huyendo del síndrome del espejo retrovisor, para seguir cumpliendo los objetivos para el que fue creado, plenamente vigentes pero que ahora requieren una aportación y contribución a los grandes retos y desafíos actuales, demográfico, medioambiental, digital, energético, tecnológico y social, para no ser solo testigos de estas transformaciones y transiciones sino también protagonistas.
Como agente importante de la necesaria colaboración público-privada, el Colegio tiene una estrategia para potenciar la tan necesaria atracción hacia los estudios STEM en un escenario de perdida de talento en estas áreas clave del conocimiento, ya que éstas van a ser fundamentales para el desarrollo de nuevas tecnologías, la resolución de problemas globales, y el avance de la ciencia y la innovación. Estrategia en la que mujer sigue siendo protagonista, como lo fue desde el inicio, con todos los derechos y sin ninguna desigualdad de género, aportando las colegiadas el tan necesario talento femenino. Como lo hizo Pilar Careaga, la primera mujer en obtener el título de ingeniería industrial en 1929 y que cuarenta años después lideró la alcaldía de Bilbao.
Como dijo el bioquímico y escritor Isaac Asimov “La ciencia puede divertirnos y fascinarnos, pero es la ingeniería la que cambia el mundo”. Esto tratamos de hacer desde el Colegio, con humildad pero con convicción, desde dentro y también hacia fuera, para seguir contribuyendo al desarrollo de Bilbao y de Bizkaia, y que así lideren y traccionen un futuro próspero y prometedor, superando las incertidumbres para transformarlas en oportunidades.
Víctor M. Pérez de Guezuraga
Vicepresidente AIIB del Colegio de Ingenieros Industriales de Bizkaia