Por José Manuel Alonso.
Cada día recibimos por lo menos una mala noticia, y los que somos periodistas y seguimos y los hechos y acontecimientos seguramente recibimos perseguimos varias. Menos mal que de vez en cuando la noticia que nos llega o que buscamos es tan buena como para celebrarla… Lo malo es que el periodista como yo, ya no escriba diariamente y cuando lo hace es para un grupo reducido, fundamentalmente de compañeros periodistas. Y lo peor del caso es que uno sigue echando de menos el periodismo más activo y que haya compañeros que, para subsistir, no responden a todas las necesidades informativas, sino más bien a las que les permite el poder o la situación de sostenimiento económico del medio informativo o el suyo propio…
El tema elegido para la Kazetariak de hoy no parece que responda al comienzo del artículo, sin embargo, una de las condiciones, creo yo, del periodista, el escritor, el artista, etc. es la libertad en el trabajo tan importante o más que el hecho de que tenga quien le lea y/o admire su propia obra… Si dedicamos el tema de hoy a la felicidad es porque creemos y sentimos que gran parte de la sociedad está padeciendo, cuando menos, una situación un tanto irregular y de futuro muy oscuro, con mucho débito y no solo el económico…
> «Todos los seres humanos buscan ser felices; no hay excepción. Por diferentes medios que empleen, todos tienden a esa meta» (Pascal).
> «Temo que un amanecer te diga «disfruta, se feliz» y entonces sea tarde»(Elías Amézaga).
> «Es muy posible que la Humanidad civilizada sea la especie viviente de vida más infeliz. La única compensación es probable que sea la risa y las ternuras y quizá también el placer de la música. Por eso uno sobrevive gracias a la risa, las ternuras y la música» (Interpretación de una frase de Julio Cortazar)>
«Muchas veces emprendí en la vida el estudio de la Metafísica, pero siempre me interrumpió la felicidad» (G.E.Hudson).
Luis Daniel Izpizua (1948-2016) El País, 24 julio 2000: “En verano somos todo lo felices que el invierno nos deja ser; todo lo felices que esperamos seguir siendo el invierno siguiente: recogemos y sembramos…
> Proponte que este día sea feliz, verás cómo te lo ganas. ¿Cuántos momentos felices crees haber perdido por no haber salido a su encuentro?…
> La naturaleza es tan sabia. que nos enseña la forma de ser felices.
> Se vive solo una vez, de modo y manera que cada momento es precioso y preciso. Vive intensamente cada día, como si fuera el último para ganar y el primero para sorprenderte…, sorprenderte a favor, no en contra de la propia vida…
> Un buen consejo: si deseas algo, deséalo de verdad. ¡Deséalo!…
> Disfruta de ese gran momento, ganándotelo o modelándolo. Recibiéndolo o creándolo. aún más: gánatelo y se hará más realidad…
> Felicidad la de aquel que la entiende o se la inventa pese a que no ocurra nada diferente, pese a que los días pasen sin habernos robado lo que teníamos o sin tener nada que poder robarnos….
> Para destrabar la felicidad, río gozosamente…
> Lo que ha logrado salvarse del proceso y la destrucción de la Humanidad se debe precisamente al amor y a la felicidad…
> ¿Por qué cuando estás plenamente feliz sientes que algo desajustado estás haciendo; que no eres justo con otros muchos?… Y esto no es precisamente por los dominios demoníacos, por mucho que se empeñen los moralistas…
> Recuerdo una larga frase de un sacerdote jesuita en mis años de niñez: No insistas en la plena satisfacción. Esto no es el paraíso. No persigas más de lo que te permiten tus medios y capacidades. Esto tampoco es el infierno… No hay estado de gracia; está la gracia de tu estar en tu mundo. Confórmate con conseguir la gracia de tu entorno y/o repartir la tuya. Y si quieres más, confórmate y disfruta alcanzando una colina, una isla o un pueblo. Ahí está la felicidad….
> Vitalismo desmesurado el de Albert Camus, que nos expuso un máximo extremo de la felicidad humana: «Una de las cosas que ayudan a morir es saber que después de nosotros volverán a darse esas noches cuya dulzura se prolonga sobre la tierra y el mar». Hace falta grandeza de alma para llegar a sentir esa felicidad.
> A nuestro alrededor abundan las caras duras, de taima, asco, tristeza, murria, esplín, disgusto, traga-rollos, impotencia, estupidez, sinsorgez, enfurruñamiento, que más que caras parece culos apaleados… Regala un poco de «regolaje», de regodeo, de aleluya, de sonrisa… o pasa la mano a quien se ahoga en el fango de su rostro en crisis.
> Si hay un mecanismo de defensa para soportar el dolor de uno mismo o el de los demás, ¿por qué no intentar el mecanismo del reverso del dolor: la alegría?… ¿Por qué no alegrarnos de la alegría de los demás o poner nosotros una brizna de alegría?…
> No sientas que la felicidad está a punto de disminuir o desaparecer. No admite que dudes de ella. Y si desaparece, hazla volver.
> No nos basta con ser felices, lo que es todo un logro suficiente, queremos ser más felices de lo que suponemos son los de nuestro entorno. Y eso es un absurdo y una temeridad. Además, debería contagiarnos la felicidad de los demás.
< La felicidad es un estado de ánimo, es una experiencia subjetiva, interior, que sale de la vida (…). ¿Qué cosas son las que pueden producir felicidad? ¿El dinero, la riqueza, la gloria, la salud, el bienestar, los distintos placeres, el verse libre de preocupaciones?… La felicidad es siempre una ilusión, un proyecto incompleto, inacabado, que está siempre haciéndose. Pero de una forma concreta la felicidad descansa sobre dos pilares: encontrarse a si mismo, por un lado y tener un proyecto de vida, por otro. Ahí se esconde la felicidad.
< Ser feliz es, por tanto, aquella operación que hace el hombre, gracias a la cual tiene una personalidad hecha, sólida, firme, con sello propio, con la cual se siente identificado, a gusto, satisfecho, tranquilo, en paz interior. Esta es la puerta inicial de entrada para la felicidad. Una persona desequilibrada, desajustada, neurótica, inmadura, sin hacer, será muy difícil que se sienta feliz, porque no se ha encontrado consigo misma, no ha hallado la clave para armonizarse por dentro y tener una conducta adecuada y positiva por fuera…
< El proyecto de vida no es otra cosa que anticipar el futuro programándolo aproximadamente. El proyecto personal debe tener tres ingredientes esenciales: amor, trabajo y cultura. Estas van a ser las notas fundamentales que lo definen. Si la felicidad es proyecto, futuro, anticipación, quiere decir que la felicidad consiste en vivir con ilusiones, en vivir hacia delante, siempre con esperanza...
< El amor es la pieza clave de la felicidad. No hay felicidad sin amor. Por el amor tiene sentido la vida. Nada hay tan grande como el amar… El amor es fuerza que nos impulsa a seguir buscando nuevos caminos a recorrer… Pero existe una gran variedad de estilos y de formas de amar. Desde el amor a la patria, pasando por el amor a la justicia, al orden, a las antigüedades, hasta llegar al amor entre un hombre y una mujer o el amor a Dios. Aquí nos vamos a referir especialmente al amor humano, al que se establece entre dos personas. Según eso podemos afirmar que el amor es un sentimiento grato, positivo, gozoso, alegre, mediante el cual quedamos prendidos de otra persona, con la que queremos compartir la vida… Ese amor es, así, un regalo de la naturaleza, gracias al cual la vida se ilumina y todo cobra un relieve especial… El amor es como un fuego que hay que alimentar a base de cosas pequeñas, primero arde el material más ligero y después arden los ingredientes más pesados, que le darán estabilidad al fuego…
< El trabajo es algo decisivo en la vida de un hombre. Nos pasamos la vida trabajando. No hay felicidad sin amor y sin trabajo, ambos conjugan el verbo «ser feliz». La satisfacción por el trabajo bien hecho, terminado en su momento, retrata a la persona que lo hace…
Diez mandamientos para ser feliz
Recogido de varias opiniones y textos: La única Constitución que reconoce el derecho de los ciudadanos a ser felices es la norteamericana, aunque la historia y la realidad se han encargado de desmentirlo…También la Constitución española recoge el derecho al trabajo y a la vivienda y todos conocemos la situación… Y es que ser feliz, que es lo más importante de esta vida, depende de cada uno… Ya lo decía aquel fandango de Antonio Pérez Guerrero: “El mundo puede opinar / lo mal que quiera de mí / pero nadie me puede quitar / el derecho a ser feliz”. Así que vamos (recogemos)>con sugerencias o mandamientos para ser feliz, que es lo que interesa, a sabiendas de que nunca es tarde para encontrarla…
Lo más importante, por tanto, es no rendirse frente a las dificultades que se presenten y superarlas con confianza, buscando nuevas maneras de adaptarse a cada situación; maneras que deben de ser capaces de mantener íntegra la actividad del organismo, despiertas y abiertas las facultades intelectuales, y vivos y cálidos los afectos y las amistades que constituyen parte integrante de la vida. Saber vivir cada momento con renovada ilusión y sin importar los años que tengamos, porque conservar el potencial creativo y el entusiasmo es una forma directa de retardar el envejecimiento. Por eso, hay personas de más de 60 años tan ilusionadas y activas como otras de 40 ó menos, porque ésa es en realidad su edad biológico/mental.
Para todo ello, destacamos lo que hemos llamado Diez Mandamientos de la Ley de la Felicidad. Antes de eso, hemos de tener en cuenta los factores negativos, esos que contribuyen a alejarnos de la felicidad: (1) Desnutrición o alimentación deficiente y perjudicial. (2) Fumar demasiado (3) Abusar del alcohol (4) Beber poco agua (5) Deficiencias en vitaminas y minerales (6) Nerviosismo y preocupación excesivas o constantes (7) Desilusión por todo (8) Inactividad (9) Depresión Y (10, lo más importante, no sentirse querido y valorado de verdad por los demás.
Los diez mandamientos:
(1) Actividad personal y familiar; satisfacción en lo afectivo y en lo sexual. (2) Sentirse en paz y a gusto consigo mismo; cultivar la amistad y ver el lado bueno de la vida y de las personas. (3) Trabajo y/o actividad satisfactoria y gratificante que llegue a convertirse en disfrute, y nos deje tiempo para nosotros, las amistades y para la familia. (4) Rutina diaria sin sobresaltos ni imprevistos que no se puedan controlar. (5) Mandar en sí mismo y en la propia vida y no permitir que nadie la malogre. (6) Alimentación frugal y sana, higiene personal, ejercicio físico, aire puro. (7) Tener aficiones satisfactorias. (8) Descansar lo suficiente y vivir gozosamente el presente. (9) No vivir por encima de nuestras posibilidades. (10) Adoptar actitudes optimistas y sentir que otros son más felices por nuestra causa: familiar y/o de amistad.
Esos diez mandamientos se pueden reducir en dos: (1) Mantener la vida sana y activa, porque, si estamos jubilados (jubilosos) tenemos más tiempo para organizarnos y gozar volviendo a empezar cada día, es decir, volviendo a aprender y cultivar lo que nos de la real gana, realizando esas tareas que antes eran una pasión y que nunca pudimos hacer nuestras. Ningún momento mejor que el presente para redoblar el ardor de esa pasión. Y (2), si somos sabios (“la sabiduría es para la vida”, decían los estoicos) y no necios, sabemos que vivimos entre los demás, prodigando una actitud conciliadora y una simpatía humana que nos hacen equilibrados, serenos e incluso imprescindibles en momentos en que la sociedad nos necesita. Repartamos, por tanto, nuestra felicidad a los demás, porque si el amor está en el otro o en los otros; también, la felicidad. ¡Compartámosla y seremos… aún más felices, seguro!…
LLAMADOS A SER FELICES
Ser feliz es la meta de todo ser humano sensible;
es el primer deseo que nos imprime la naturaleza
y el único que está ahí, esperándonos en el alba…
Todos estamos llamados a ser felices.
Sentir el pleno gozo de vivir, de existir
y de disfrutar sanamente de las maravillas,
siempre cotidianas, naturales y sencillas
que cada día nos depara la vida. En suma:
Todo cuanto hacemos debe ir orientado
a lograr felicidad; en cada momento del día…
El problema es que quienes mandan en nuestra propia vida y en la sociedad más próxima e influyente nos lo permita…
José Manuel Alonso