Por José Manuel Alonso
Se nos ha ido a la gloria uno de los personajes más vivos y entregados a la cultura vasca, y de mayor y más amplia actividad de los últimos 70 años: Leopoldo Zugaza, que falleció el pasado 2 de noviembre a los 90 años…
Como se ha escrito de este durangués internacional, fue: figura poliédrica de la cultura vasca… en su múltiple quehacer profesional diario… Así lo definía Josemari Velez de Mendizábal en una interesante entrevista, en la que añadía: “uno de esos personajes a quien podemos considerar como el más inquieto de los impulsores culturales de este país” (…)
Nace en 1932, en Durango, en plena Segunda República, y el 31 de marzo de 1937, con cinco años, sufre el bombardeo del municipio refugiado en un caserío de Orobio, barrio de Iurreta, anteiglesia anexionada al municipio… “Recuerdo –comentaba— a un señor, empleado de mi padre y antiguo trabajador de la Diputación de Vizcaya, que vino a donde estábamos los chavales y le dijo aterrorizado a mi padre que en el pueblo había muchos muertos. Y esa imagen no se me olvida” (…)
Leopoldo Zugaza cuenta cómo nació en una familia de lectores, con una biblioteca importante para la época, y como este periodista, estudió en colegio de los Jesuitas y le ocurrió lo mismo: “un único maestro de escuela nos impartía todas las asignaturas de aquellos primeros años y aprendimos algo fundamental: a pensar y razonar. Se nos inculcó una gran curiosidad por lo desconocido, lo que ahora no se hace… Disfrutábamos leyendo y también representando obras de teatro y acudiendo al cine… Y aquellas pinceladas –continúa afirmando en la entrevista de Vélez de Mendizábal—fueron conformando mi universo de preocupaciones, de curiosidades. Y tras mi matrimonio, los ratos libres los empleaba en redactar estatutos y preparar actividades de una asociación que llamé Gerediaga” (…)
Zugaza comenta también que en aquellos años solía acudir a la biblioteca foral de Bizkaia, que era el gran depósito de libros dedicados a la cultura vasca, y que participaba en la labor interesante que realizaba la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País. Recuerda que asistió en la Biblioteca de la Diputación de Bizkaia a la presentación del libro “El País Vasco visto desde fuera” de Fausto Arozena. Era 1949… y de la oscuridad absoluta de los inicios de la postguerra pasamos a vislumbrar unos hilos de luz” (…)
Aquella luz, para Leopoldo Zugaza, llegó a partir del nacimiento de la asociación de Gerediaga. “Efectivamente, yo estaba interesado en preparar una entidad que centrara la actividad cultural de Durango y sus alrededores” (…) Unos estatutos que estuvieron durmiendo su sueño durante seis años en un cajón, justo hasta que se promulgó la ley de asociaciones de 1964… “Comprobé que los requisitos exigidos se cumplían con los estatutos que había preparado. Así que llamé a varios amigos de Durango y de los otros doce pueblos que conforman la merindad y les expuse el proyecto. Se aceptó la formación de Gerediaga y presentamos los documentos requeridos en el Gobierno Civil. Y fueron admitidos y aprobados” (…) A partir de entonces “se programaron desde cursillos de profundidad hasta una feria del libro, que saqué adelante, aunque no resultó entonces muy calurosa… Recorrí todas las editoriales que trabajaban el tema vasco y desde entonces logramos un gran éxito. Fue como levantar una tapa de un arca que hubiera permanecido cerrada durante años y años. Estábamos en 1965” (…) Más tarde, además del libro se incorporó el disco vasco a la Asociación…
“Ser universal sin salir de lo vernáculo”
Este periodista recuerda que, en 1967, en plena dictadura, en “La Hoja del Lunes”, de Bilbao, tenía personalmente una sección titulada “Tertulia de las artes” y definía aquel año como del teatro, la pintura y la música, y escribí un artículo del que recibí felicitación personal de Leopoldo Zugaza al recoger y titular: “En Vizcaya se está incorporando la juventud con ganas de crear, organizar, hacer y repartir” (…) Y recogía una frase del Premio Nobel de Literatura de aquel año, Miguel Ángel Asturias: “No es menester salir de lo vernáculo para ser universal”. Y añadía en el texto: “Los artistas jóvenes buscan la libertad. Esa libertad que, como afirmó aquel año el cardenal Giovanni Cicognani (1883-1973), no puede ser condicionada por indebidas presiones externas”. Y en torno a esa tan acertada y oportuna frase, se dialogó y se crearon numerosas actividades… Y el 29 de enero del 68, Leopoldo Zugaza me felicitó por el artículo titulado: “El arte y la lengua que llevan a la esencia vasca” (…) Y en aquellas fechas se fundó, con participación de nuestro protagonista, “Euskerazaleak”, que en marzo organizó en Bilbao y con enorme éxito “La semana de la Cultura Vasca” (…)
Entre los años 1972 y 1975, Leopoldo Zugaza a través de José Luis Merino, el gran galerista bilbaíno del que dijo Eduardo Chillida que “gracias a él entró en Euskadi el arte contemporáneo”, esa genialidad de otro personaje genial, Zugaza la aprovechó para introducir las artes plásticas en la Feria Durango, además del libro y la lectura, e incluso también la fotografía. Merino, a través de su extraordinaria Galería Grises, consiguió las primeras muestras de arte para Durango, hasta un centenar de exposiciones, por donde pasaron los mejores artistas del momento… Y en aquellos años Zugaza también “comenzó la inmersión en la bibliografía vasca, lo que ahora se define como documentación” (…)
“Elkartasuna”: unión, asociación, alianza, pacto…
Aquella citada entrevista de Josemari Vélez de Mendizábal, Leopoldo Zugaza demostraba que no podía soportar las imposiciones políticas e incluso las laborales como el “sindicato vertical”, y tenía una frase que repetía con frecuencia: el totalitarismo no desaparece con una ducha matinal… Deberíamos recordar más a menudo aquello de “¡Un führer, un pueblo, un imperio…” O la otra que proclamaba: “Una, grande y libre”. A lo que añadía: “La unidad es indivisible y, si se fuerza, el producto que resulta es una serie de quebrados, que además de la acepción matemática la palabra significa ruptura. La unidad no conduce más que a la concentración, al aparcamiento del poder. Y donde hay dictadura, hay esclavos. En euskera existe otra palabra que resulta mucho más correcta: elkastasuna” que significa unión, asociación, alianza, pacto” (…)
Con Leopoldo Zugazal, este periodista aprendió no solo el valor de la cultura, sino la inmensa capacidad y amplitud de valores del género humano cuando se entrega con pasión y sentimiento a una actividad, aunque en el caso de Leopoldo fueron muchas las actividades que ejerció, como veremos… Personaje que merece un permanente recuerdo, sobre todo en la cultura y en especial en el euskera; en la literatura en su más amplia formulación; en el arte, desde la pintura hasta la fotografía, y sobre todo en el compromiso humano y social. “Mi función –decía—no es hacer las cosas, sino promover que se hagan” (…)
¡Desde aquel año de 1964, en Durango!
Nunca podremos olvidar a este grandísimo durangués universal, labrador y creador inteligente, que recibió el 4 de noviembre de 2021 la Medalla de Oro al mérito en Bellas Artes, así como el Gure Artea del Gobierno Vasco por su “apoyo a la creación” o el Argizaiola de Gerediaga Elkartea, de la asociación duranguesa de la que Leopoldo fue fundador e impulsor desde 1964 y, por ende, de la Durangoko Azoka o, en aquel entonces, Feria del Libro y Disco Vasco de Durango (Durangoko euskal liburu eta disko azoka), que este año se celebrará el 15 de diciembre, reuniendo como siempre a miles de artistas y profesionales de la cultura en el espacio denominado “Da! Pro” (…)
Recuerdo personalmente que de esa Feria extraordinaria y veterana escribimos “atrevidamente” varios periodistas en sus primeros años, cuando Leopoldo Zugaza fue su creador e impulsor durante las siete primeras ediciones… El más destacado de todos fue el compañero navarro Miguel Ángel Astiz (1919-1984), que me presentó a Leopoldo Zugaza, y con el que trabajé y aprendí durante años en “La Gaceta del Norte” y “Hoja del Lunes de Bilbao”, y que comentaba así, en 1965, en el diario bilbaíno la voluntad de Gerediaga: “No pretende crear escuela, sufragar exposiciones, realizar instalaciones de claro signo económico, sino promocionar a quien en uno u otro ámbito puedan hacerlo, el estímulo, la información y el apoyo que precisen”. El trabajo de la Asociación Guerediaga de Amigos de la Merindad de Durango con el tiempo abarca la cultura, el urbanismo, el medio ambiente, la educación, la economía, así como la literatura, la música (discos) e incluso la fotografía y el deporte vasco…
“Mi padre, personaje inquieto en extremo”
La familia Zugaza siempre ha sido uno de los ejemplos más claros y determinantes del sentimiento, la creación, la actividad y el orgullo cultural… Leopoldo, el “pater”, fue el primero pero enseguida le siguieron sus hijos, Cristina, Juan (fallecido), Miguel y Alejandro… Uno de ellos, Miguel, director actual del Museo de Bellas Artes de Bilbao y exdirector del Museo del Prado en Madrid, define a su padre como “personaje inquieto en extremo” y evoca que simultaneó la creación con Jesús Astigarraga, de Hitz, centro vasco de tecnología de la lengua y la editorial de obra gráfica Ederti, con trabajos de Ibarrola, Zumeta, Basterrechea, Sainz Morquillas o Mari Puri Herrero, entre otros…
“Con el crédito de numerosas iniciativas desarrolladas en los grises y difíciles años del tardofranquismo, nuestro padre fue llamado por la Caja de Ahorros Vizcaína para crear un dinámico departamento de difusión de la cultura y el arte dentro de su Obra Social, mereciendo la entidad, gracias a ello, la Medalla de Bellas Artes en 1985”, agrega su hijo Miguel… Y este periodista añade que, aparte de innumerables obras, dos detalles curiosos: uno, que recuerde, en el mundo literario puso en la calle una revista: “caja baja”. Y otro más: Durante la época franquista, quienes trabajamos en “La Hoja del Lunes” de Bilbao, en plena intromisión de la censura, recibimos siempre su constante ayuda y beneficio intelectual y social, que nunca nos faltó…
Impulsor del Museo de Bellas Artes de Bilbao
Después de la muerte de Franco, las Cajas de Ahorro encargaron a Leopoldo el asesoramiento del área cultural y de ahí a vicepresidente del Museo de Bellas Artes de Bilbao… Pero ahí no acaba la actividad de Leopoldo Zugaza, en paralelo a lo comentado, desarrolló una fecunda colaboración y creación de instituciones museísticas en Euskadi… Con la democracia, en 1985 funda el Museo de Arte e Historia de Durango y es cofundador del Photomuseum de Zarautz… La obra de este prolífico y extraordinario personaje fue ampliándose por toda Euskadi, incluso más allá. Y no se limitó al libro, el disco, el arte, sino también al teatro y también Zarautz crea el Olerti Etxea, donde se ofrecían representaciones de teatro en euskera de obras tradicionales de la literatura universal…
Como vicepresidente de su Junta impulsó la primera renovación física y conceptual del Museo de Bellas Artes de Bilbao entre 1982 y 1985, con la creación de servicios tan apreciados como educación, biblioteca, restauración, cinemateca, al tiempo que un amplio programa de exposiciones y una política de adquisiciones memorable, con la compra entre otros, de un cuadro de Francis Bacon. Una iniciativa paralela a este formidable impulso al museo fue la puesta en marcha de la feria Arteder en Bilbao, la primera dedicada en el ámbito estatal al arte contemporáneo… Y a su personal inquietud se debe también la creación del Museo de Arte e Historia de Durango, y también la fundación de la asociación Euskera-zaleak para el fomento del euskera, impulsor de la Ikastola Kurutziaga, de la Sala de exposiciones de Ezkudi, y del Museo de Arte e Historia de Durango. Todo ello sin olvidar que , junto a Ramón Serras, creó el Photomuseum de Zarautz, el primer museo especializado en fotografía de España. Ha presidido el Instituto Labayru, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País, Eusko Ikaskuntza y el consejo de redacción del boletín de la Fundación ‘Sancho el Sabio’. Constante ha sido, además, su actividad como editor y promotor literario.
Podríamos seguir recordando acciones y logros de Leopoldo Zugaza, pero también recuerdos insólitos, por haber sido un personaje que nos trae a la memoria una frase de Nelson Mandela: “Todo parece imposible hasta que se hace” (…) Leopoldo Zugaza fue personaje de lo posible e imposible, abarcando todo cuanto suponía pensamiento, realización, trabajo y entrega a los demás… Estoy seguro: Dios le tendrá en su gloria. Que así sea…