Por Pedro Anitua
No al voluntariado de emergencias (protección civil, bomberos, etc.) – OPRA
Es curioso que hayamos escrito un montón de artículos y dado charlas defendiendo el papel del voluntariado de emergencias, pero sin embargo no he leído nunca ninguno en sentido contrario explicando con razones y detalle la oposición al mismo, aunque sí que es verdad que he oído, en ocasiones, muy duras críticas.
En este artículo intentaré, de forma simplificada, ver cuáles son los argumentos que se utilizan más habitualmente en contra del voluntariado, haciendo un pequeño análisis sobre dichos argumentos, los cuales, también hay que decirlo tienen en algunas ocasiones su puntual razón de ser.
Vaya por delante que yo soy absolutamente favorable a la existencia de este voluntariado de protección civil y, diría más, creo que es imprescindible desde el punto de vista de mejor protección a la población, si bien, y en mi opinión, deben cumplir cuatro requisitos. Son los siguientes:
- Encuadramiento: Esto es, deben formar un equipo, deben estar organizados.
- Jerarquía: Deben tener un orden dentro de la organización y debe haber responsables del grupo.
- Especialidad: Deben de tener clara su cartera de servicios. No todos los grupos pueden hacer de todo, y por supuesto, para esa cartera de servicios hay que estar formado y equipado adecuadamente.
- Coordinación: No se puede ir de “por libre”, deben estar perfectamente integrados en el sistema con competencias en la zona de trabajo
Pero, una vez dicho esto, vamos allá con algunos de los comentarios del “NO”:
- Quitan puestos de trabajo que debieran estar cubiertos sólo por profesionales: Este es el argumento que más he oído desde algunas fuentes sindicales, pero nunca lo he visto razonado y documentado. Supongo que, simplemente, porque no es verdad y a los datos y estadísticas me remito.
- La calidad del servicio público sólo la dan los/las profesionales: No es verdad. La ciudadanía nunca va a preguntar qué remuneración tiene quien va debajo del casco. Sólo quiere una respuesta adecuada, y los/as profesionales por sí solos no pueden darla (véase la DANA, el Gran Apagón o el simple día a día de muchas localidades). La demagogia no debe sustituir a la razón y no hay nada más que mirar, de vez en cuando, a esa Europa a la que nos queremos parecer, pero de la que nos olvidamos siempre en las cosas que no van con nuestro relato. Sólo con asomarse un poco a los principales países de la Europa más puntera veremos cómo el voluntariado de emergencias está muy desarrollado.
- Son un problema operativo más que una solución: Ya que van por libre y no se coordinan con los/as profesionales. Esto ha sido cierto, y en el pasado lo he visto algunas veces, pero, en la mayoría de los lugares, este ir por libre, ya no existe. El voluntariado está encantado en coordinarse. Ahora bien, la coordinación es cosa de dos. Si abandonamos al voluntariado, si no hay nadie encargado de fomentar y conseguir esa coordinación, si no les hacemos caso porque “no es mi trabajo”, lo que no se pueden esperar son milagros. ¡La coordinación se trabaja! ¿En cuántos servicios grandes de bomberos hay personas que dediquen tiempo a la gestión del voluntariado de su zona? Pues…, pues eso.
- Quieren hacer cosas sin estar preparados/as. Es posible. La cartera de servicios tiene que estar clara desde el principio y sólo se realizan los trabajos que están previstos y para los cuales se les ha formado y equipado. Pero… ¿que ni los formas ni los equipas para nada? Dale una vuelta al tema y piensa en la ciudadanía y su necesidad de tener estos servicios bien cubiertos pensando en que, por ejemplo, si tienen que sacar agua en unas inundaciones, deberán tener bombas, equipo personal de agua y formación.
- Son un problema para el Ayuntamiento. Y en algunos lugares el enfrentamiento entre la Agrupación de Protección Civil y su Alcalde o Alcaldesa es público y notorio. ¡Pues no queda otra que arreglarlo! El “jefe” de la protección civil es el Alcalde o Alcaldesa y son quienes determinarán el alcance que desean para su agrupación local, si bien deben recordar que dicha agrupación es un servicio esencial, en muchos casos obligatorio por ley, y que por tanto deberán darle la atención y recursos que se merece la tarea a desarrollar.
- Dan mucho trabajo. Pues claro, lo que igual no tienes tan claro es que atenderles es parte de tu trabajo. Basta con leer los preámbulos y articulado de las leyes de protección civil para ver que la participación ciudadana en la protección civil es básica y alguien tiene que encargarse de ella.
Mi conclusión: Es imposible atender las grandes emergencias sólo con profesionales y alguien, profesional, tiene que organizarlo, pero… ¿hay alguien por alliiiiiiiiiiiiií?