Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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Otras medidas para el éxito

Por Cristina Maruri

En esta tarde de recién estrenada primavera, me ha dado por contemplar.

Cómo una vez más, y milagrosamente, de las ramas resecas de los árboles brotan coloridos pétalos rebosantes de vida. Experimento gran placer con la belleza de este renacer gratuito y a menudo desapercibido en nuestro correr ansioso por la vida, y mis neuronas, también en floración primaveral, han rebuscado en un cajón tan disruptivo, como lo es el éxito, su definición y acepciones.

No he abierto las páginas de la R.A.E, sino que he diseñado mentalmente una entrevista a pie de calle, estando convencida de que casi la totalidad de los encuestados/as, situarían su respuesta en poder, riqueza, influencias, posesión de bienes…

Por supuesto que entiendo dicha respuesta, y que, en alguna medida, pequeña, también la comparto; aunque mi diatriba estriba en que éxito para esta humilde escritora, contiene un mundo mucho más amplio, rico, y vibrante, de lo que nos quieren acostumbrar a vislumbrar.

Éxito es levantarse cada mañana con la ilusión de llenar con rebose el nuevo día, en un ejercicio de veneración por vivir, y éxito es contagiar a un vecino preocupado o un compañero enfadado, esa sonrisa que tú puedes regalar, en un momento en el que ellos la necesitan.

Éxito es poder tener audición para escuchar los pajaritos y las olas del mar, y contar con visión para contemplar cómo en cada atardecer, el universo pinta una nueva y estremecedora obra de arte.

Éxito es poder culminar una tarea o emprender otra sin dañar a nada ni nadie, y que suponga bondad y construcción para la especie y para el mundo. Éxito es animar a un enfermo y no cargar a los demás con nuestras aflicciones, sobre todo si lo son de un nimio, que el hacerlo supone no solo un acto de egoísmo exacerbado, sino que denota una pobreza de espíritu alarmante.

Éxito es paladear cada segundo regalado, como si fuera la mejor chuleta para los carnívoros o la mejor ensalada, para los vegetarianos.

Éxito es tararear, porque denota paz y alegría en “nuestros dentros”.

Éxito es vivir siendo fiel a uno mismo, con las menores ataduras posibles. Éxito es no renunciar a los sueños por temor, pereza o malos consejos. Éxito es crecer en sensibilidad medioambiental, generosidad humana y conocimiento, y dar y recibir montañas de abrazos; generar amor, sentir la calidez de familia y amigos.

Éxito es ese brillar de ojos limpios y apasionados que contagian, convertirse en goma de borrar el mal, y mantener criterio para no dejarse arrastrar por el lodo, porque el llenarse sin pudor y con sangre de monedas, nunca puede compensar asesinar el alma.

Éxito es empoderar la ética, el bien, lo bien hecho, y la felicidad desnuda, porque los valores no requieren de ropa cara ni de cirugía.

Son, están y pervivirán. Y por mucho que algunos se empeñen, en desviarnos, siempre serán brújula con el norte a seguir, indicando las coordenadas del verdadero éxito.