Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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Polonia: la extensión de la guerra en Ucrania, cada vez más cerca… (?)

Por José Manuel Alonso

            “El presidente norteamericano Joe Biden garantiza al presidente polaco que la seguridad colectiva de la OTAN es un «artículo sagrado» (…) Cuente con ello, por su libertad y por la nuestra»; y señala que un ataque contra un miembro de la OTAN es un ataque contra todos sus integrantes // Lo que está en juego es: ¿a qué se va a parecer la libertad de vuestros hijos y nietos?… Ahora estáis involucrados en mucho más que en aliviar el dolor y el sufrimiento del pueblo de Ucrania” // […] De aquí a 10 o 15 años, el mundo no va a ser el mismo, y no solo por Ucrania” (…) (Palabras del mismo Biden a la 82 División Aerotransportada de las Fuerzas Armadas de EEUU) //

            La extensión de la guerra de Ucrania está en grave peligro, ya que el ejército ruso cada vez está bombardeando más cerca de la frontera polaca, es decir, el territorio OTAN, lo que hace pensar que el conflicto pudiera extenderse por Europa y durar mucho tiempo… El negociador principal de Ucrania en las conversaciones de paz con Rusia, y asesor de la Presidencia de Ucrania, Mijailo Podoliak, ha afirmado que Rusia podría llevar a cabo una ofensiva a gran escala en Polonia, los países bálticos y Kazajistán como parte de una operación militar «global» de desmilitarización… Y en cuanto al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha asegurado en varias ocasiones que es solo cuestión de tiempo que las bombas caigan sobre las casas de ciudadanos que integran los países de la OTAN, y que la única opción posible para evitar que esto ocurra es cerrar el espacio aéreo ucraniano, algo que tanto la UE como la propia Alianza Atlántica descartan.

            Polonia, desde luego, sigue al acecho comportándose solidariamente, como lo hacen otros pueblos europeos, incluido España, con todo un pueblo hermano: Ucrania, destrozado cada día más por las tropas de Putin… 

Joe Biden: “La invasión rusa puede traer décadas de guerra”

          El pasado sábado, 26 de marzo, Biden pronunció un polémico discurso en el castillo real de Varsovia, uno de los edificios de obligada visita de la capital polaca, que sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial. El actual presidente de EEUU afirmó: “por amor de Dios, Putin no puede permanecer en el poder”, y calificó la invasión rusa de Ucrania como un «fracaso estratégico» de Moscú… Poco después de pronunciar estas palabras, un funcionario de la Casa Blanca se apresuró a aclarar que Biden no estaba incitando a un «cambio de régimen» en Rusia, sino refiriéndose a que se debía impedir que Putin ejerciera cualquier poder «sobre sus vecinos o en la región». Biden, previamente, había tildado a Putin de «carnicero» en el encuentro con refugiados ucranianos en la capital polaca…

            Biden defendió también en estos días una enérgica defensa de la democracia liberal y la alianza militar OTAN, sosteniendo que Europa debe prepararse para una larga lucha (“décadas de guerra”) contra la agresión rusa. Y recordó al papa polaco Juan Pablo II y al disidente anticomunista y ex presidente de Polonia Lech Walesa, a los que este periodista conoció personalmente, tal y como recordamos en el número anterior de Kazetariak…

            Biden destacó en su discurso que no consideraba a los ciudadanos rusos como «enemigos» y aseguró que Putin era el único culpable de las fuertes sanciones económicas impuestas por Occidente contra Rusia por la invasión de Ucrania… «Me niego a creer que la opinión pública rusa vea con beneplácito el asesinato de niños y mayores inocentes o que acepte que hospitales, escuelas y maternidades sean bombardeadas por misiles y bombas rusas» (…) “Esta guerra no es digna de ustedes, pueblo ruso. Putin puede y debe poner fin a esta guerra», subrayó. Pero el conflicto, según Biden, no tiene visos de terminar pronto… La batalla «entre democracia y autocracia (…) no se ganará en unos días o meses. Debemos armarnos para un largo combate»… Y reiteró que Estados Unidos no deseaba entrar en conflicto con las tropas rusas en Ucrania, advirtiendo a Moscú que no intente avanzar «ni una pulgada» en territorios de países de la OTAN, recordando la «obligación sagrada» de la defensa colectiva entre los miembros de la alianza transatlántica… «Debemos afrontar esta batalla con la vista clara. Esta batalla no se ganará en días ni meses»…

“Tercera guerra mundial de la Información”, según autoridad ucraniana

            Dado que nuestra revista Kazetariak es de la Asociación y Colegio de Periodistas Vascos, es en ellos en los que este periodista pone la máxima atención e interés. Por eso, escribo de nuestros colegas en Ucrania, y es que algunos periodistas de distintos países, que siguen la guerra abierta, en plenos bombardeos, han perdido la vida y otros han resultado heridos o han tenido que salir del país destrozado. Entre las víctimas está la rusa Oksana Baulina, que falleció el miércoles en Kyiv, mientras grababa imágenes de la destrucción provocada dos días antes por las tropas rusas en un centro comercial… En un principio se dijo que su muerte se había debido a un bombardeo ruso, pero imágenes del lugar sugieren que podría haberse tratado de un ataque selectivo realizado con un misil dirigido. El fotoperiodista catalán Ricard García-Vilanova publicó una imagen del lugar donde se ve el vehículo, en el que viajaba Baulina, completamente destrozado en un aparcamiento. Era el único vehículo dañado en una zona que ya había sido bombardeada. La pregunta que se hacen los compañeros es: ¿por qué querría el ejército ruso volver a disparar?…

            Por otra parte, la viceministra de Exteriores de Ucrania, Emine Dzhaparova, antigua periodista, consideró que el mundo está librando desde hace años una «III Guerra Mundial de la información», en la que Rusia ha empleado muchos más recursos que el resto de sus contrincantes para priorizar la manipulación. En el panel «Desinformación y la guerra por la verdad», Dzhaparova, aseguró que Ucrania lleva los últimos 8 años lidiando con un «nivel sin precedentes de propaganda» que no solo afecta a su país sino a la propia sociedad rusa.


La solidaridad polaca de hoy, como la de ayer y la de siempre


            Nuestra intención en el artículo de hoy es completar lo que expresamos en el artículo anterior de Kazetariak, refiriéndonos a dos vivencias periodísticas concretas: la visita entre los días 2 y 10 de junio a 1979 de Juan Pablo II (1920-2005) a Polonia, y la persecución comunista del sindicato Solidarność… con intensos reportajes realizados en noviembre de 1981, sindicato quellegó a tener nueve millones de afiliados…

                Hubo otro hecho que presenciamos en Polonia (Varsovia) junto a medio millón de personas: el entierro, el 3 de noviembre de 1984, del sacerdote y activista laboral polaco Jerzy Popieluszko (1947-19/X/1984), asesinado por la agencia de inteligencia comunista operada por los soviéticos… La impresionante ceremonia fúnebre se celebró unos días después de su muerte. Durante las tres horas que duró la despedida en la iglesia de San Estanislao de Kostka, los miles de fieles con banderas y pancartas aclamaron también al sindicato disuelto por el régimen del general Jaruzelski…

Canonización del Padre polaco Popieluszko, asesinado en Polonia, en 1984

            Fue el 13 de octubre de 1984 cuando se cometió un fallido atentado contra la vida de Popieluszko. Seis días después, tres agentes del entonces Servicio de Seguridad del Ministerio del Interior polaco tendieron una emboscada a su automóvil. Los agentes golpearon brutalmente, amordazaron, ataron y arrojaron a Popieluszko en el maletero de su automóvil. Después de que intentara escapar, una vez más fue golpeado, desfigurado y atado de modo que si intentaba liberarse, se estrangularía. Luego, los agentes ataron una piedra grande a las piernas de Popieluszko y lo arrojaron al depósito de agua del Vístula. El cuerpo del sacerdote de 37 años fue descubierto 11 días después…

            Más de medio millón de personas asistieron a la misa fúnebre de Popieluszko el 3 de noviembre de 1984. El sacerdote tenía frases que han pasado a la historia, como aquella que dice: “(…) el papel del sacerdote es proclamar la Verdad y sufrir por la Verdad. … Si es necesario, incluso para morir por la Verdad” (…)

            Jozef Glemp (1929-2013), entonces cardenal primado de Polonia, provocó cálidos aplausos de la multitud al reprochar la información que daba la prensa polaca, “que ignora la realidad social del país”, y que esa es una premisa para un diálogo auténtico entre la Iglesia, la sociedad y el Estado… El cardenal recabó finalmente la intersección divina para “limpiar a la patria del mal y de la injusticia” (…)

            Y antes de que los restos del sacerdote católico de 37 años fueran llevados a hombros por trabajadores hasta la sepultura en el jardín de la iglesia, Lech Walesa, el que fuera máximo dirigente de Solidarność…, Premio Nobel de la Paz en 1983, y posteriormente presidente polaco (de 1990 a 1995), afirmó que “una Polonia con sacerdotes como el padre Propieluszko y un pueblo tan solidario, no mueren ni morirán jamás”. Y señalando al sacerdote asesinado, concluyó: “Solidarność vive porque tu has entregado tu vida por ella” (…)

“Azotados por el látigo de la mentira y la hipocresía”

         Con motivo de la despedida del asesinado párroco de la iglesia de San Estanislao de Kostka en Varsovia, este periodista recordaba, en el diario Deia, alguna de las intervenciones del padre Jerzy Popieluszko, ejemplo: “Tenemos que aprender a distinguir la verdad de la mentira. Esto no es fácil en los tiempos en que vivimos. Como dijo un poeta contemporáneo: nunca como ahora hemos sido tan azotados por el látigo de la mentira y la hipocresía… Y un sacerdote está obligado a defender la verdad, aunque le cueste la vida” (…) Esto se volvió a decir en su funeral, en una ciudad como Varsovia y un país, dominado por el comunismo, que desde que uno llegaba entendía ese clamor de verdad en sufrimiento continuo. Lo veía en el silencio frio de sus muros, casas y edificios; en el paso controlado de sus ríos, en el cruzarse de sus habitantes, en largas colas repartiéndose el pan de cada día, en la solidaridad siempre sindicada de sus gentes, en la historia hecha sangre dominante durante siglos, en la finura de sus músicos, en el intento de verdad de sus poetas, en el saludo invitando a la libertad de sus jóvenes o en la decisión de sus usuarios de autobús a no pagar para hacer reventar al estado dictador y perseguidor permanente…  

            Lech Walesa, al que conocí personalmente, resumía aquellos años de persecución comunista: “Polonia y algún otro país cercano, ha sufrido durante muchos años una permanente persecución. Ese sufrimiento fue generalizado excluyendo únicamente a los que poseían el máximo poder, es decir: la minoría de cemento, dirigidos desde el exterior y ávidos de represión a todos los demás” (…) Y volviendo al cardenal primado de Polonia, Jozef Glemp en el funeral del sacerdote Jerzy Popieluszko, afirmaba: “Este asesinato sin precedentes es la demostración de que viven entre nosotros personas dispuesta a hacer sufrir y matar al prójimo” y ante eso el pueblo polaco (como está ocurriendo ahora, además con muerte y sangre en Ucrania), responde con un nuevo acto de fe, solidaridad y entrega, “su lucha y su martirio es para nosotros la luz; y es que al mal hay que vencerlo con el bien o con un comportamiento firme de la sociedad que haga frente a la arrogancia del poder totalitario, y defender a la población contra nuevos actos de terror político”…

            Lo que ocurre desde hace más de un mes en Ucrania además de todo eso, es una invasión y muerte sin ningún sentido de unos cuantos locos y enfermos rusos que siguen soñando con la violencia y la esclavitud. Y en aquel entonces, como ahora, Polonia está demostrando su solidaridad y por eso ha abierto sus puertas a sus vecinos y hermanos ucranianos, en silencio y solidaridad, sin temer que esa su actitud ejemplar podría suponer la extensión de la brutal invasión también a ellos…

            Siento profundamente ahora el contraste al recordar mi último viaje a Polonia, en el 2016, una Polonia de entonces con tanta paz y ejemplaridad que fue proclamada una de sus bellas ciudades, Wroclaw-Breslavia, y junto a Donostia-San Sebastián, la capital europea de la cultura. Visita y estancia que aprovechamos para recrearnos de nuevo en Varsovia, Gdans y Croacia…

Ryszard Kapuscinski: “Las malas personas no pueden ser periodistas”

Ryszard Kapuscinski, el conocido periodista-poeta de la guerra

            En Polonia ha habido siempre extraordinarios personajes, ejemplares en su trabajo, por ejemplo: el periodismo, que es lo nuestro. Uno de ellos fue Ryszard Kapuscinski (1932-2007), que nos dejó bien claro una verdad indiscutible: “Las malas personas y los cínicos no pueden ser buenos periodistas, no sirven para este oficio” (…)

            Kapuscinski fue considerado uno de los mejores reporteros internacionales. Debutó con 17 años en la revista polaca “Hoy y mañana” y sobrevivió a 27 revoluciones, informó doce veces desde el frente y condenado a muerte en cuatro ocasiones. Fue maestro de la Fundación “Nuevo Periodismo Iberoamericano, creada y presidida por García Márquez. Colaboró en medios como Time, The New York Times, El País, La Jornada y en periódicos alemanes. En 2003 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades por “su preocupación por los sectores más desfavorecidos y por su independencia frente a presiones de todo signo, que han tratado de tergiversar su mensaje”

            Este periodista polaco era tan poético como exigente y nos dejó numerosas reflexiones que recodaremos con atención en algún otro artículo. Ponemos un ejemplo: “La del periodismo es una profesión muy exigente. Todas lo son, pero la nuestra de manera particular. El motivo es que nosotros convivimos con ella veinticuatro horas al día. No podemos cerrar nuestra oficina a las cuatro de la tarde y ocuparnos de otras actividades. Este es un trabajo que ocupa toda nuestra vida, no hay otro modo de ejercitarlo. O, al menos, el hacerlo de un modo perfecto”

              Kapuscinski, con respecto a las guerras como las que él vivió y Europa está viviendo desde hace más de un mes, decía: “Las guerras siempre empiezan mucho antes de que se oiga el primer disparo, comienza con un cambio de vocabulario en los medios de información”.

Amenaza de armas químicas y once millones de ucranianos desplazados

            Volviendo a la actualidad, la preocupación de la OTAN es la posibilidad de que Rusia pueda recurrir a armas químicas tras haber acusado, “falsamente”, a los aliados de preparar ese tipo de armamento. Según distintos medios, Putin estaría así buscando un “pretexto” para poder emplear ese rango de armas durante su agresión a Ucrania. Ante esa amenaza, los líderes aliados acordaron el pasado jueves en la cumbre de Bruselas suministrar a los ucranianos, además de armas, equipos para ayudarles a protegerse contra riesgos químicos, biológicos, radiológicos y hasta nucleares.

            El presidente ucraniano Volodimir Zelenski, ha asegurado el pasado viernes, a través de un video, que debe haber conversaciones «serias» para poner fin a la guerra. Ha reiterado los términos de Ucrania, incluida la soberanía y la integridad territorial y además subrayó que las condiciones deben ser “justas”. Finalmente, Zelenski agradeció profundamente a los ucranianos que han luchado contra la invasión rusa, afirmado: “Durante la última semana, nuestras heroicas fuerzas armadas han asestado poderosos golpes al enemigo, pérdidas significativas”. Según el presidente ucraniano, más de 16.000 rusos han muerto. incluidos varios comandantes. Por su parte, Rusia afirma que son solo 1.351 los soldados que han muerto en combate.

            En cuanto a las cifras de ucranianos desplazados se habla ya de una cuarta parte de la población. «Más de 6,5 millones de personas están desplazadas dentro de Ucrania y 3,7 millones de personas se han visto obligadas a huir del país», ha lamentado la representante de ACNUR en Ucrania, Karolina Lindholm Billing, en rueda de prensa desde Ginebra, que además ha avisado de que hay 13 millones de personas más «atrapadas» en zonas de conflicto o bien «incapaces de salir debido al aumento de los riesgos de seguridad o la destrucción de puentes y carreteras».

            De todos los desplazados fuera de Ucrania, España acoge ya unos 40.000, de los que 7.500 ya han tramitado su estatuto de protección temporal y otros 20.000 han solicitado cita previa en el teléfono que ha habilitado el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. Un dato muy significativo es el hecho de que más de 1.000 niños ucranianos que han huido de la invasión rusa están ya escolarizados en centros de la Comunidad de Madrid y se han resuelto 1.200 documentos de asistencia sanitaria. Así lo ha dado a conocer este sábado la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, a través de su perfil de Twitter, donde ha apuntado que se han realizado «casi 2.000 atenciones en el 900 y en la oficina de Atención y Ayuda». El Gobierno de la Comunidad madrileña ha puesto en marcha un comité de crisis ante las consecuencias de la guerra de Rusia contra Ucrania para acoger a ciudadanos ucranianos.

La gravísima situación política, social y económica de España

            No podía concluir mi comentario quincenal sin hacer una referencia a la situación que vivimos en España, donde los políticos que mandan culpan a la guerra de cuanto estamos pasando entre huelgas y miserias. Nada mejor para ello que ceder la palabra a Emilio Contreras, que, hace unos días en “El Debate”, escribía: “El Gobierno ha sobrevivido confiando en la manguera de cientos de miles de millones que el BCE ha vertido en nuestro país desde 2008 con tipos de interés bajísimos. Pero esta alegría parece haber llegado a su fin (…) Los horrores de la guerra de Ucrania y los duros enfrentamiento de las fuerzas políticas son una cortina de humo que nos impide ver la tormenta económica que se nos viene encima” (…)

            Y termino recogiendo del diario polaco Rzeczpospolitala humana comparación que hace con lo que pronunció John Fitzgerald Kennedy en Berlín Occidental en 1963 ―dos años después de la apresurada construcción del Muro de Berlín― aquella emblemática frase “Ich bin ein Berliner” (soy berlinés). En nuestro caso, sería: “Soy ucraniano” (…) Somos ucranianos, todos ucranianos… y admiradores, siempre, de Polonia, todos somos polacos. Al menos este que firma…