Asociación Vasca de periodistas - Colegio Vasco de periodistas

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SI ALFRED NOBEL LEVANTARA LA CABEZA …

Por Dra. Aurora Bilbao Soto.

“En los 5.500 años de historia de la Humanidad se han desarrollado unas 15.000 guerras, utilizando desde, piedras, palos, flechas, lanzas, armas de fuego, explosivos ... “

Alfred Nobel hizo una inmensa fortuna, precisamente gracias a la patente de uno de esos explosivos, la dinamita, y decidió que esa fortuna se repartiría en forma de premios entre las personas o grupos que hubieran aportado beneficios a la Humanidad.

“Mi dinamita conducirá a la paz más pronto que mil convenciones mundiales. Tan pronto como los hombres se den cuenta de que, en un instante, ejércitos enteros pueden ser totalmente destruidos, seguramente pactarán una paz dorada”.

Sin embargo, el tiempo no le ha dado la razón. En el mundo hay actualmente 56 conflictos activos, aunque solo conozcamos los que son más mediáticos, el resto son conflictos silenciosos o silenciados, pero que se cobran vidas, muchas vidas, sin que el mundo les llore.

El mundo desea vivir en paz, pero, hay quien se empeña en que no sea así. Afortunadamente, siempre hay quien pone todo su coraje y logra dar un “pequeño paso para la Humanidad”, personas y organizaciones que merecen un reconocimiento y gratitud. Esto parece encajar con el espíritu (y la letra) del testamento de Alfred Nobel, quien dispuso la creación de una Fundación de la que derivó un Comité formado por cinco miembros elegidos por el parlamento noruego. Ellos decidirían quienes eran “los que, durante el año precedente, hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad”, como dejó dispuesto en su testamento.

Desde 1901, el Comité Noruego del Nobel de la Paz ha otorgado el prestigioso galardón a 98 personas y a 20 organizaciones, (por cierto, solo 19 mujeres).

  • Los primeros premiados

Frédéric Passy (conocido como el “decano de los activistas por la paz europeos y fundador de varias sociedades por la paz) y Henry Dunant fundador de la Cruz Roja, recibieron conjuntamente el primer Premio Nobel de la Paz en 1901.

  • La primera mujer premio Nobel de la Paz

Bertha Félicie Sophie, baronesa von Suttner, fue educada en el ambiente militarista de la época.En su novela¡Abajo las arma! hablaba del pacifismo y el feminismo dejando claro el papel de la mujer en el proceso hacia la paz. Eso le valió el reconocimiento internacional como activista pacifista. Ejerció una gran influencia sobre el propio Alfred Nobel.

  • 19 mujeres premios Nobel de la Paz (20% del total)

Emily Greene Balch (EE. UU.). Betty Williams (Irlanda). Mairead Corrigan (Irlanda). Madre Teresa de Calcuta (India). Alva Myrdal (Suecia). Aung San Suu Kyi (Birmania). Rigoberta Menchú (Guatemala). Jody Williams (EE. UU.). Shirin Ebadi (Irán). Wangari Maathai (Kenia). Ellen Johnson Sirleaf (Liberia). Leymah Gbowee (Liberia). Tawakkul Karman (Yemen). Malala Yousafzai (Pakistán). Nadia Murad (Irak). Maria Ressa (Filipinas). Narges Mohammadi (Irán).

Los méritos reconocidos con la concesión del premio a estas mujeres son indiscutibles: su lucha incansable por la defensa de los derechos humanos, de la paz con justicia …, la libertad de expresión, el entendimiento en el diálogo como medio de resolución de conflictos, el rechazo firme a la violencia, el desarme, la educación de las mujeres,  … . La mayoría de ellas, víctimas de la violencia, siempre apostaron por la concordia. Así lo proponía Alfred Nobel en su testamento.

El jurado debe tener en cuenta “toda la trayectoria de una persona o institución” en “lo que hacen concretamente por la paz”.

  • Candidatos al Nobel de la Paz 2.025.

Aunque el Comité mantiene las candidaturas en el más absoluto de los secretismos, se suelen filtran los nombres de los favoritos.

En la presente edición, de las 338 candidaturas recibidas, se podría destacar, Greta Thunberg, (activista climática y denuncia política), las  Salas de Respuesta de Emergencia de Sudán, (red de voluntarios que asisten a víctimas de la guerra y el hambre), Unrwa (la agencia de apoyo a los refugiados palestinos), la Corte Internacional de Justicia o la Corte Penal Internacional, Reporteros Sin Fronteras o el Comité para la Protección de Periodistas, (defensores de la libertad de prensa) …

La pretensión de Donald Trump de hacerse con el premio no merece ningún comentario, por respeto a las candidaturas presentadas y porque insulta la inteligencia y la dignidad de las “personas de bien”. “Hay una enorme diferencia entre lograr un cese del fuego temporal y resolver las causas profundas del conflicto”.

  • María Corina Machado,  Nobel de la Paz 2.025.

No lo tenía fácil el Comité tanto por el número de candidatos, como por la “trayectoria pacifista” de la mayoría de ellos, como por el escenario de conflictos que asolan al mundo. Y se decantó por otorgárselo a María Corina Machado, opositora venezolana.

A decir del Comité, se lo merecía “por su incansable labor en la promoción de los derechos democráticos y su lucha por una transición pacífica hacia la democracia en su país”.

Nadie puede negar la imagen que ha dado al mundo de mujer demócrata, de enfrentarse abiertamente a la dictadura de Maduro, obligándole a pasar a la clandestinidad. Sí, todo eso cierto, pero no es menos cierto  que algunos de sus postulados para alcanzar la democracia en Venezuela, proponían una intervención militar. Solicitó apoyo  a través de una carta enviada en 2018 al gobierno de Netanyahu, mostrando una evidente conexión ideológica con él, hoy genocida declarado del pueblo palestino. No se le ha oído ni una sola muestra de empatía hacia el pueblo palestino. Hasta donde alcanza la lógica y la coherencia, este retrato de la Premio Nobel de la Paz 2025, no parece estar muy en sintonía con la defensa de la democracia y los derechos humanos. Apelar a la intervención armada no es precisamente lo que mejor puede servir al pueblo venezolano para recuperar la democracia. ”Lo que se obtiene con violencia solamente se puede mantener con violencia”. (M. Gandhi)                                             

No es mera casualidad comprobar de qué lado están los líderes que le han  felicitado por su premio, frente a los que han expresado sus recelos y sus dudas sobre sus méritos, que han llegado incluso a cuestionar la decisión del Comité Noruego del Nobel.

No siempre he aplaudido las decisiones del Comité. En algunas ocasiones incluso, me han dejado perpleja o me han avergonzado.

Pertenezco a la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear, que obtuvo el premio Nobel de la Paz en 1985, por lo tanto, soy partícipe de una pequeña y humilde “alícuota” de ese premio, pero ciertamente no me siento “cómoda” coincidiendo en la misma lista de premiados con María Corina Machado.

Dra. Aurora Bilbao Soto

Profesora jubilada UPV/EHU

P.D.

Carta enviada por Maria Corina Machado a Netanjahu y a Mauricio Macri de Argentina en 2018