Al encarar una obra siempre habrá contratiempos. Es una obra. Generará ruido. Molestias. Dificultades. Como en una casa cuando cierras la celosía, cambias la bañera por un plato de ducha o se te ocurre que es buena idea comprar un sofá nuevo. De la misma manera puede haber problemas, pero hay que mirar más allá de la obra y en el para qué se hace. Con qué propósito. Y a través de este, mirar al futuro con el deseo de resolver la ecuación que deviene de: ¿había alguna problemática? ¿como se resuelve? ¿cual es el horizonte de destino? Y en este caso, como en otros en el municipio de Getxo, el subfluvial viene a recordarnos que si fuera por algunos no se haría ninguna obra nunca, dejando en barbecho cualquier proyecto, sin confesar ni reconocer su trasfondo decrecionista y reduccionista de nuestra civilización.
El colapso de la avanzada es inminente. E inevitable. Si, en su día fue un camino de cabras. ¿Y que? El avance y progreso humano transcurre por estos pagos. Un buen amigo lo dijo del camino que transcurre desde el cruce de venancios (o casi) y que sube hacia el colegio europa, abriendo la oportunidad para la entrada y salida a la ahora existente estación (intermodal) de Ibarbengoa, que fue objeto de ecoterrorismo en su momento. Y sin embargo Andra Mari no se ha convertido en Kowloon ni parece destinada a serlo. Eso si, en el nuevo PGOU, el 72% se declara no urbanizable, y el tema del parque industrial de Martiturri pone nervioso a alguno que otro. Es imprescindible conjugar progreso con transporte público y con infraestructuras, eso es tan cierto como que cuando uno hace una ciudad desde cero debe tener esto en cuenta, a diferencia, por ejemplo, de Sejong city, donde se olvidaron del transporte público. Allí si no tienes coche estás, en términos de Sheldon Cooper, fastidiado. No es el caso que nos ocupa. Aunque alguno quiere presentarlo de esa manera.
Nuestra problemática es que hay que seguir sacando coches de la carretera, pero de natural los coches siguen saliendo y la perspectiva es que seguirá habiendo más, sean de combustión, eléctricos o de hidrógeno. Y además, están los autobuses que no van los los aires, sino que siguen siendo terrenales y van por los mismos espacios donde van los uber y taxis, las motos, y, como no, las ambulancias, furgonetas de reparto y demás elementos viarios. En el gran Bilbao se ha olvidado cuando había que ir hasta el propio Bilbao para girar hacia la otra márgen. O lo que costó abrir siquiera el puente de Rontegui, estando sin los accesos por abrir. Y aún así, se tiene un único punto de conexión entre márgenes. Que si, que habrá un puente entre Erandio y Barakaldo, es parte de esta solución. Si, habrá un paseo entre Getxo y Bilbao por la ría. Si, habrá un paso de metro entre areeta y sestao. Porque el mallado es tan necesario en carretera como en el metro. También ellos tienen un único punto de conexión entre márgenes. Y un mal día, que los terroristas seguro que pueden saber, porque alguna vez puede ocurrir de manera “natural”, un problema en el punto de conexión, en el nodo, genera ineficiencias que serían respondidas de inmediato como imprevisión por aquellos que dicen que el subfluvial es innecesario.
¿Como pueden ser las obras? Se ha escogido el mejor punto debido al lecho fluvial, tema oradación y que las consecuencias tengan efecto beneficioso en el vecino puerto de Bilbao, como relleno para futuras actividades. Esto ya ocurrió con la tierra del túnel entre inglaterra y francia, que se inauguró en 1995, y desde entonces se ha aprendido mucho. Se procurará generar el menor problema, pero este será a lo largo de 4 años, no todo en todas partes, pero si con las debidas preocupaciones, que ya se plasmaron en alegaciones, muchas de las cuales fueron incorporadas al proyecto. Evidentemente y de manera transitoria y temporal el parque de Artaza sufrirá el hecho de que por ahí va la salida, casi todo el trazado en soterramiento, con entrada y salida desde tres ángulos. Para dar servicio casi completo. Pero las obras, que limitarán los tránsitos serán temporales. Pasos subterráneos suplidos por escaleras en altura y pasarelas elevadas. Una, la cercana al parque de bomberos parece que vendrá para quedarse. Solo habrá que visualizar la diferencia de diseño. Las obras son molestas, pero son por un fin mayor. Un beneficio para el conjunto. Que es lo que se suele notar a partir del momento en que las obras cesan, se abre al tráfico y se empieza a utilizar de manera cotidiana. Y no es que la obra vaya a atraer como si fuera campo de sueños (constrúyelo y vendrán), sino que la ampliación es inevitable en el tránsito. La duda es doble. Por un lado, ¿se puede evitar el colapso? Respuesta: se han hecho obras en la avanzada, antes y después de Rontegui para contener unos años ese futuro. Pero con la inevitabilidad del subfluvial. Y por otro lado, ¿se puede mejorar aún más la red de metro, tren, tranvía, bidegorris, bizkaibus o bilbobus? Recordemos que si la reciente y superada huelga en los buses urbanos de la capital bizkaina ha sido tan longeva puede haber sido por haber existido alternativas en el transporte público, sin ir más lejos, en las líneas 1,2 y 3 de metro. Ergo, hemos de situarnos en el escenario donde estamos, y no donde se quisiera. Ese sería el horizonte de llegada. Y para eso hay que hacer obras.
Sin obras no hay mañana. Sin ellas no se podría transformar el entorno urbano, y sólo sería posible hacer parches sobre lo ya existente. No se podría derribar ni un sólo edificio, aunque tuviese aluminosis o estuviera afectado por en amianto. No se podrían edificar nuevos, por la complejidad de las nuevas técnicas constructivas. Ver el problemón que tienen en inglaterra como consecuencia de decisiones tomadas en la segunda guerra mundial es un auténtico primor. Aprender y escarmentar en cabeza ajena. Allí las construciones antiguas parecen ser mejores. Pero tiene una oscura explicación que conviene evitar. El progreso trae destrucción creativa, como diría Hayek, gran amigo de Keynes. En nuestro caso una necesidad convierte un transepto en virtud para alcanzar la resolución, pero, ah! en medio nos encontramos el partidismo. Aquellos que sabiendo los problemas, la propuesta de solución, sabiendo que es buena, entienden que el partido en el gobierno en Getxo, Leioa, Bizkaia o Euzkadi puede recibir críticas fundamentadas y, sobre todo, no fundamentadas, como en toda leyenda, metiendo una pizca del 5% de verdad en un mar proceloso de maledicencias e insultos a la inteligencia.
¿Alguien piensa que por quitar la alcaldía de Galdakao al PNV va a llegar antes el metro allá? ¿Alguien puede creer a quien en la última campaña europea se declaró a favor del corredor atlántico, pero en contra de la Y vasca, que se inserta en el anterior trazado transeuropeo? Buscar ganar una serie de votos desde la rauxa, desde la rabia, puede ser contraproducente en el medio y el largo plazo, cuando los ciudadanos vieran, en caso de tener éxito, que el problema sigue ahí y la solución no ha llegado. Por eso hay que tirar hacia adelante cosas como el subfluvial. Porque en Leizarán los que estaban en contra hoy la toman con total normalidad para ir hacia un sentido y el otro. Por esa y muchas razones, aunque sea dificultoso, especialmente para los que viven en el entorno, pero que esa dificultad se procurará que sea la mínima al máximo, en la idea plasmada en presentaciones y relación con los vecinos, se plasmará en que una vez culminada no sólo quedará el entorno lo más parecido a lo que está ahora antes de la obra, sino que además estará, ahí abajo, escondido, sólo visible por las bocas de entrada y salida, el subfluvial que resolverá los problemas de tráfico en la avanzada y que, con el mallado, evitará que un problema en un punto pueda colapsar todo el tráfico en el gran Bilbao. Pensar en futuro, construyendo el mañana. Una euzkadi mejor, si, donde es necesario más transporte público y colectivo, pero donde sigue existiendo el particular. No verlo es hacerse trampas en el solitario.
Juan Carlos Perez