«Triunfar en la vida no es ganar. Triunfar en la vida es levantarse y volver a empezar cada vez que uno cae».
Pepe Mujica, expresidente de Uruguay

Se ha apagado una de las voces más lúcidas y necesarias de nuestro tiempo. Hemos perdido a Pepe Mujica, una persona sabia, afable y humilde dotada de humanidad, sensibilidad y valores admirables. Se nos ha ido un referente para la esperanza y un futuro justo sin trampas que salvaguarde y defienda la Justicia y el interés general.
Mujica nos deja su legado, pero la perdida es tremenda. Es una pésima noticia para un mundo tan convulsionado como el nuestro y tan carente de «faros» y referencias mundiales que ayuden a reencontrar el camino de la cordura y nos alejen de la decepción y la apatía.
Para salir del atolladero, este dolorido mundo lleno de conflictos, violencia, indiferencia, desinformación y relatos envenenados, necesita buenas personas, lideres que además de ser buenos gestores públicos, sean buenas personas. Y, desgraciadamente, no las hay.
Estamos en manos de la peor generación de políticos internacionales de la historia más reciente. Asusta el nivel de egoísmo, mediocridad, grisura e incapacidad de liderazgo de quienes manejan el Planeta en estos momentos tan delicados.
Con esos «mimbres» de los que en muchos casos nos hemos dotado, difícilmente podremos trabajar para intentar un horizonte mejor.
En todos los órdenes de la vida y más en la política necesitamos elegir buenas personas, buenos profesionales que se atrevan a ser realmente servidores públicos, que lejos de ser máquinas de poder partidista. palpiten y se estremezcan con el dolor y el devenir humano.
Amaia Goikoetxea Marques
Decana del Colegio Vasco de Periodistas
Presidenta de la Asociación Vasca de Periodistas